Las
imágenes filmadas por una cámara de seguridad a bordo de un tren urbano
exhibidas ayer son de terror.
El
motorman duerme sobre el mando del tren que debiera conducir responsablemente.
El
tren dispara sobre las vías sus 500 toneladas de hierro y acero. No está vacío.
En sus vagones viajan mil pasajeros desprevenidos absolutamente de lo que pasa
en la cabina de mando.
Ellos
sólo saben que los espera una jornada de trabajo o de estudio o de trámites en
el centro. Y que al final del día,
recién vendrá el sueño reparador.
El
tren cruza un paso nivel a 60 km. por hora. Y pasa otro y otro y otro más.
El
motorman sigue durmiendo de manera
criminal.
Esa
mañana, seguramente viajaba Dios a bordo de ese tren. Solamente así se explica
el milagro que no haya ocurrido una nueva tragedia ferroviaria.
Estas
conductas antisociales deben ser erradicadas definitivamente.
Que
cada cual se haga responsable de su parte. Pero ojo: no alcanza con echar la
culpa a ese conductor y a todos los que incumplen peligrosamente con su
responsabilidad.
La
dirigencia política, social, religiosa, judicial, periodística, deportiva, toda
la dirigencia argentina, debería ser el digno espejo donde nos miremos.
Pensemos como pensemos. Trabajemos donde trabajemos.
Saber,
por ejemplo, que el gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, mintió escandalosamente
en un spot electoral publicitario, como lo denunció Carolina Scotto, ex rectora
de la Universidad local y actual candidata a diputada por el Frente para la
Victoria, deja mucho que desear si de conductas ejemplares se trata. ¿Quién
puede creerle ahora a De la Sota?
Saber
que los que se candidatean para ocupar una banca y
ofrecen proyectos de ley al mejor postor y discursean sobre “el dialogo” son
los mismos que se agarran a piñas antes de llegar a las urnas, también deja
mucho que desear.
¿O
no es este el caso de la alianza del desjunte opositor de Carrió, Prat Gay,
Solanas, radicales, los del PRO y el rejuntado de Massa?
Cuánta
distancia con los gobernadores reunidos ayer en apoyo a Martín
Insaurralde.
Saber
que Gabriela Michetti se ausentó en 40 de las 43 sesiones de la legislatura
porteña cuando fue Vice jefa de Macri y que como diputada nacional votó en
contra del Matrimonio Igualitario, la recuperación de YPF y Papel Prensa y no
votó las leyes de Muerte Digna, Regulación de la Medicina Prepaga, el Voto a
los 16 años, la Fertilización asistida, el trabajo digno para los peones
rurales, de Identidad de género ¿no es acaso un mal ejemplo para la convivencia
social?
El
fin de ciclo es para todos los
irresponsables antisociales.
El
nuevo ciclo es para los que sueñan; no para los que viven dormidos.
El
Argentino, jueves 1 de agosto de 2013
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