martes, 28 de abril de 2015

La Buenos Aires que está sola y espera



1.- Cuando sobre el escenario del comando de campaña del espacio ECO (donde competían en las PASO sus pre-candidatos Lousteau y Ocaña) aparecieron tan sueltos como efusivos los socios dilectos de Mauricio Macri, Elisa Carrió y Ernesto Sanz, supimos fehacientemente que en la CABA se terminaba de configurar el archipiélago PRO.
Por eso dijimos la misma noche de las elecciones, que el ECO de Lousteau era el lado B del PRO, mientras que el lado A era el de Rodríguez Larreta. Por ese motivo el que más festejó fue el reafirmado jefe político de la derecha más antikirchnerista, Mauricio Macri.
El verdadero jefe de todos brindó desde la tapa de Clarín al día siguiente.
2.- No se trata de interpretaciones subjetivas ni tendenciosas, toda vez que Sanz llevó a la UCR a su máxima tensión interna y a su mínima expresión política en la Convención partidaria de Gualeguaychú cuando a brazo partido impuso la subordinación del partido a la alianza con el PRO de Macri.
Igual con Carrió que destrozó el último espacio de la progresía que quedaba en pie, el FAUNEN, a cambio de aliarse con el PRO de Macri.
¿Y cómo vivieron la noche de las elecciones los miembros de la nueva sociedad de la derecha: Sanz, Carrió y Macri?
Sanz y Carrió festejaron con Lousteau y Macri con su delfín, Rodríguez Larreta.
A confesión de partes…
3.- Es interesante observar el dato significativo que expresa fácticamente el traspaso de votos de Mauricio Macri a Rodríguez Larreta.
La historia política dice que en las elecciones provinciales de 1962 en la provincia de Buenos Aires se presentó la formula Framini-Anglada que expresaba legítimamente la voluntad política del peronismo. Ganó, pero se los impugnó por presión del partido militar de entonces. Ahora bien y ante la complejidad de las comunicaciones masivas en tiempos de la Resistencia, para que el electorado peronista comprendiera que Framini era el verdadero candidato de Perón, el que anunció la primera fórmula propia fue el propio Perón que anunció desde Madrid que la fórmula era Framini-Perón. Sabía que la prohibirían y se la prohibieron casi al instante. Pero el objetivo estaba cumplido: todo el mundo supo que Framini era Perón.
Pidiendo permiso y perdón a la historia y sin pretender comparar nada de nada, sí vale el dato para comprender que los liderazgos fuertes no dejan herederos, pero sí proclaman candidatos victoriosos que los reemplacen en una coyuntura electoral.
Digámoslo más claramente: el que ganó a Gabriela Michetti en la interna del PRO se llama Macri, no Rodríguez Larreta.
4.- ¿Qué hay como opción genuina en la vereda de enfrente del archipiélago PRO?
Creemos que la respuesta es meridianamente clara: la única alternativa posible, porque expresa un proyecto de país que está en la antítesis del PRO, es el Frente para la Victoria y sus aliados potenciales. Porque salió inmediatamente por debajo del lado B del PRO. Y porque no hay nada más en el medio.
Es el PRO o es el Kirchnerismo.
Es que históricamente la opción sigue siendo: centralismo porteño o federalismo integrador e inclusivo.
La falsa opción de Lousteau sí le sirve a la oposición comandada por Magnetto, toda vez que formatea el ring a su gusto y paladar y sin correr riesgo alguno, gane quien gane.
5.- Si en la CABA se impone este escenario donde los principales candidatos componen un mismo archipiélago ideológico-político, es seguro que a nivel nacional llevarán la misma receta. No hagamos nombre pero hagamos funcionar todas las neuronas para comprender que en un escenario semejante no ganaría Framini, sino Vandor.
6.- A diferencia del archipiélago PRO, el kirchnerismo es un continente sólido, unido tras el liderazgo de CFK y del proyecto de país que ella lidera, con militancia territorial federal, con mística, con historia y con una militancia mayoritariamente juvenil.
El candidato Recalde es uno de los dirigentes de la fuerza más movilizada y directamente encolumnada con Cristina y Máximo Kirchner que es La Cámpora. No es un dato menor saber que el centro del dispositivo electoral del kirchnerismo porteño está representado por la agrupación que comparte con otras agrupaciones kirchneristas el centro del dispositivo nacional de la fuerza.
Lo que queremos expresar es que Recalde no es el prototipo del candidato prefabricado para la ocasión, sino el militante, el dirigente y el buen funcionario público que termina siendo candidato por voluntad de la organización política y por mérito propio.
Por eso cuando se interpreta la cantidad de votos obtenidos en las PASO hay que poner en valor todas estas condiciones. Después de hacerlo se entenderá mejor porque la de Recalde fue una buena elección.
7.- Así como el PRO deberá ajustar los cinturones para que no se la caigan votos, el Frente para la Victoria deberá volar más alto para ensanchar su cielo y su universo de votantes.
En el caso del PRO hablamos de techo, en el de Recalde hablamos de piso.
Creemos en este sentido que la disputa central del kirchnerismo no debiera ser con Lousteau sino con Rodríguez Larreta.
A Lousteau sí habrá que desplumarle sus plumas de progresía con sólo demostrar que tributa nacionalmente para el espacio común que comparte con Carrió, Sanz y Macri.
Recalde deberá seguir caminando las numerosas y populosas villas porteñas para explicar cómo se hizo para lograr la AUH, por ejemplo, y seguir interpelando amorosamente a esa clase media que supo ser cacerolera y hoy volvió a vacacionar todos los fines de semanas largos del año.
Fue el proyecto kirchnerista el que hizo posible uno y otro logro. Pero visto está que hay que hacer mucha docencia y ejercitar la memoria contra el olvido, a tiempo completo.
8.- Mariano Recalde seguirá creciendo, sin lugar a dudas. Hay que construir un sentido común que ubique a cada uno en su lugar de pertenencia para que ese sentido sirva de contexto al crecimiento propio.
Si el votante porteño más progresista e independiente llega a la conclusión (con nuestra docencia militante y comunicacional) que el lado B es igual que el lado A del PRO, preferirá votar a quienes se plantan como verdadera alternativa a la derecha macrista.
Ayudará y mucho la presencia presidencial en este tramo ya definido rumbo a las elecciones de julio y ayudará la presencia de otros referentes queridos y representativos de la Argentina, de América Latina y del mundo junto a Recalde.
9.- Va de suyo que el peor pecado político que podría cometerse es encerrarse en las propias filas partidarias. Por el contrario, junto a esas filas militantes y dignas que resistieron estoicamente el bombardeo que reciben de los grandes medios desde hace más de 10 años, Recalde debería caminar en todos los frentes, en todas las iglesias, en todos las barriadas, en todas las hinchadas. Desde allí recién y como lo hizo hasta ahora, entrar a los estudios de TV sin perder la templanza ni la afabilidad que le es tan natural.
No habría, creemos, que dejar de difundir lo que muchos no saben: el dramático hecho que protagonizó el día que un corruptor le ofreció 20 millones de dólares para lograr un negociado con los tickets canastas (¿se acuerdan que eran parte del sueldo en tiempos de desguace?) Y él junto a Héctor, su padre, corrieron a contarle a un juez la tentativa y a dotarse de equipos tecnológicos para grabar las pruebas del delito.
Recalde pasó la prueba del fuego contra la corrupción, no declamó su anticorrupción, la ejerció. ¿Qué tiene para mostrar en ese terreno Rodríguez Larreta?
Se votan proyectos, pero también conductas de vida.
10.- Hay que apuntar al voto joven y al voto de los adultos mayores. Los abuelos y los nietos también deciden y mucho en estas elecciones.
¿Es posible que un joven de 16 y de 18 años siga los pasos danzarines del PRO en el escenario antes que a la frescura y el compromiso de la juventud kirchnerista?
¿Es posible que la desmemoria haga que nuestros padres y abuelos no se detengan a comparar los tiempos en que el candidato del PRO ejercía la conducción del PAMI y estos tiempos del kirchnerismo, movilidad jubilatoria mediante?
Como verán, esto recién empieza. Cada uno ocupa su lugar en el punto de partida que decidió la voluntad popular en las PASO. Muchos lenguaraces por izquierda y por derecha ya quedaron descartados afuera de la pista.
Pero no se vaya que ahora viene lo mejor.
Que no haya más soledad en Buenos Aires, ni soledad de Buenos Aires ante el país de todos, es el deseo de muchos argentinos. Si la próxima victoria es de un hombre honorable como Mariano Recalde ayudará a lograrlo.
Que así sea.