jueves, 30 de septiembre de 2010

Cuando hablan de Hebe


El discurso pasional de Hebe de Bonafini, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, en defensa de la ley de medios de la democracia, puede gustar o no gustar, compartirse o no.

En un país libre como el nuestro, cualquiera tiene derecho a decir: “ese discurso no me gusta”.

O bien, decir todo lo contrario.

Pero cuando habla Hebe la derecha no critica “amablemente”, sino que se revuelca en su propio lodo y dispara a granel: “está desquiciada hace rato”, como dijo Macri.

“No encuentro en todos los años de democracia ejemplos de semejante atropello y desatino” lo siguió el radical Ernesto Sanz, para agregar: “está en duda su real estado psicofísico”.

“Mirá quién habla” diría mi Vieja.

Ambos opositores deberían saber que del cinismo, como del ridículo, no se vuelve. Mientras en la ciudad los estudiantes tomaban sus escuelas para no morir aplastados por una viga del techo, el jefe del Pro se paseaba por Europa junto a su novia, bronceado, acusado y procesado por asociación ilícita.

Al jefe del radicalismo habría que preguntarle si no cree que su afirmación respecto a que los pobres se gastan la Asignación Universal por Hijo en la timba y las drogas, no es más violenta y miserable que el discurso que hoy condena.

Se distanciaron tanto de la historia de este pueblo, que terminaron por llamarla a Hebe de la misma forma que la llamaron los dictadores: las locas de Plaza de Mayo.

Cuando habla Hebe no mata ni secuestra a nadie, no tortura ni encarcela, no llama a la violencia ni convoca a la venganza. Tampoco roba niños.

Pero eso sí:

Cuando habla Hebe le aparecen en la multitud los rostros sonrientes de sus hijos desaparecidos, malheridos, desabrigados, abandonados, humillados, torturados.

Y habla como le sale. Y dice como lo siente.

Si la democracia se profundiza sin más violencia que el hambre que aún queda por reparar, es porque ninguna de estas madres salió a ejercer justicia por mano propia. A ellas les debemos esta convivencia.

Y aunque endurezcan su discurso y su ternura a fuerza de tanto dolor acumulado, ellas construyeron su reclamo siempre en paz.

¿Cómo negarles entonces el derecho a alzar la voz de la impaciencia?

Después de todo, ya somos grandecitos para aceptar o no cualquier idea.

Por eso cuando hablan de Hebe, muchos tendrían que hacer varios enjuagues y buches para sacarse antes el mal aliento que les viene de tanto maridaje con los que secuestraron a sus hijos.

La plena vigencia de la Ley de medios pondrá las cosas en su lugar; no hay que dejarse correr con la vaina ni la hipocresía de los que quieren seguir poniéndonos la agenda.

Cuando ello ocurra serán difundidas declaraciones como las de León Gieco hace un par de días y que pasaron casi desapercibidas: “Una de las mejores cosas que me pasaron en mi vida respecto de la política, fue este gobierno. No tengo otra cosa que destacar, excepto los tres meses de Cámpora y los dos primeros años de Alfonsín, todos los demás fueron una basura atómica: los militares, el menemismo, De la Rúa, todo eso fue un desastre”

Cargó contra la oposición: “Macri, Duhalde, Carrió, Morales, Cobos, son lo peor que hay en este momento…son como la gente del campo: un gorilaje total, son golpistas esos”.

“Es un proceso que está en marcha, lo que pasa es que algunos quieren magia, que se vaya esta mina así viene Duhalde y nos salva, siempre quieren magia. Es la primera vez que un Gobierno hace planes a 30 y 40 años. Que hace un plan educacional a 10 años. Vamos a tener que esperar, no hay que ser tan arrogante de querer ver el cambio, simplemente hay que hacer algo para que este mundo no se vaya a la mierda.

El cambio se lo tenés que dejar a las próximas generaciones”.

Hace tiempo que artistas populares de esta talla son una voz de referencia para el pensamiento colectivo.

León Gieco lo es desde los tiempos de la dictadura, cuando aquel milagro de la armonía, “Sólo le pido a dios”, alumbraba en las tinieblas.

Hay que seguir multiplicando estas voces, ahora que no estamos solos.


El Argentino, 30 de septiembre de 2010

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Con el pueblo en las calles


La presencia de miles de ciudadanos reclamando por una ley de la democracia, con las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo presentes, demuestra cómo la democracia se supera a sí misma cuando la calidad institucional se llena de pueblo.

Contra todas las malarias que nos vende el monopolio Clarín y sus parientes, contra sus alocadas mentiras, contra ese contubernio de ex izquierdistas con la derecha de siempre y que se denomina en el Parlamento “Grupo A”, contra nuestras propias limitaciones, contra las injusticias que aún persisten en un país y un continente desigual, creemos que hay noticias de verdad, tangibles, palpables, disfrutables, que no se pueden ni se deben negar, aunque más no sea en defensa de la verdad y de nuestro derecho a la alegría.

Ayer nomás tuvimos cuatro noticias muy destacables y cuya repercusión durará unas cuantas lunas y soles por delante.

*Con lluvia o con sol, con justicia cautelar o contra ella, el pueblo se movilizó nuevamente frente a los Tribunales para reclamar la plena e inmediata vigencia de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

*La Argentina preside desde ayer el G-77, el Grupo de 132 países, incluida China, que integran la Organización de Naciones Unidas.

*Se inició el Juicio por violación, secuestros, desaparición y muerte al ex comisario, ex legislador y ex intendente Luis Abelardo Patti.

*La pobreza disminuyó en la Argentina a 12%, ubicándose al nivel más bajo desde 1988.

La primera noticia nos habla del sector más dinámico de la sociedad, trabajadores y clases medias, unidos en defensa de la ley vigente. Si se piensa un poquitín más hondo, habrá que concluir que es un giro copernicano en las luchas sociales de este pueblo. Porque en estos tiempos que corren nos movilizamos para que la Justicia y su máximo Tribunal, la Corte Suprema de la Nación, respeten y hagan respetar la ley y la Constitución Nacional.

Es una rebeldía propositiva, constructiva, edificante, democrática. Es una rebeldía que nos iguala; no pretende destruir a nadie ni se manifiesta odiosamente contra nadie.

Dijo la multitud: “Está vigente la ley de medios, cumplámosla ¡pero todos por igual!”

En otros tiempos las movilizaciones eran por reclamar contra una ley nociva para la sociedad o una parte sustancial de ella. Ahora es para defender la ley que supimos construir. Fue un acto brillante y hondamente emotivo.

En la segunda, la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner en el poderoso G-77, por primera vez en la historia, echa por tierra definitivamente la cantinela del “aislamiento internacional” declamado por la oposición y el Clarín. Nadie elige a una presidenta “aislada” para representar sus intereses económicos, políticos y culturales ante el resto del mundo. Pero mucho más que esta miseria argumentativa de los opositores, digamos que la decisión global del G-77 expresa el reconocimiento de los países latinoamericanos y del Caribe para con Argentina.

En la tercera, la profundización y extensión de los juicios contra los crímenes de lesa humanidad, termina por resolver ese falso dilema impuesto durante el menemismo y la Alianza radical donde “el voto popular anula las pretensiones de juzgar a los candidatos, como Patti y Bussi, por ejemplo, acusados por su participación en la dictadura”.

En esta Argentina la consigna es: Más y mejor democracia es más y mejor justicia, más derechos humanos y cero de impunidad.

La cuarta noticia es celebrar que 800 mil personas dejaron de ser pobres y poco menos de 400 mil superó la línea de indigencia. Significa que la curva descendente de la pobreza y la indigencia, iniciada en el segundo semestre de 2003 con la presidencia de Néstor Kirchner, continúa bajando.

Nadie dice que ésto es la panacea. Pero que es el camino que hará feliz a nuestro pueblo y nuestra región, ningún ciudadano de buena fe lo puede negar.

El que lo niega es por despistado, por confundido o lisa y llanamente, por cómplice de los que quieren seguir sosteniendo un país dominado por los monopolios.


El Argentino, 29 de septiembre de 2010

martes, 28 de septiembre de 2010

El cautelar no es un bicho

Se llamaba "El Familiar" en los Ingenios azucareros de Tucumán y "El lobizón" en el Litoral de los yerbatales y La Forestal.

Metían miedo cada vez que se llevaban a alguien por rebelde, por reclamar un jornal más digno o por no bajar la vista cuando el patrón lo miraba.

"Se lo llevó mandinga" decían y todos entendían que se habían llevado a un compañero de trabajo.

Estas leyendas fueron creadas al gusto del paladar del poderoso de turno.

En pleno siglo XXI quizás no sea "El Familiar" ni "El lobizón" ni "El Pombero".

En su versión moderna, se llama "El cautelar".

A veces toma la forma de un juez, otras de un leguleyo, otras de un usurero, otras de un diputado o una diputada opositora y en todos los casos donde requieran sus servicios, actuará en nombre de un tal Magnetto.

"El cautelar" anida y se mueve en las sombras, como sus antepasados. Aborrece de la luz del día; odia a la gente de bien; "el silencio es salud" es una de sus frases preferidas; inclina la testa cada vez que nombra o escucha que lo nombran a su amo y señor; desprecia vivir en libertad y en democracia; se jacta con decir "monopolio y a la bolsa" cuando dicta un fallo; huele fácilmente el miedo de los otros y ese es el momento cuando lanza sus garras y muestra su bocaza maloliente.

"El cautelar" no tiene causas populares que defender; no tiene mística ni principios.

En la era del hielo menemista directamente fallaba a favor de los poderosos y en contra de las causas justas. Pero desde hace un tiempo a esta parte sólo hace guerra de zapa, cual patrulla inspirada en grupos de tareas aptos para golpear a puro fallo retardatario de justicia, a la espera de asestar un golpe de timón en las próximas elecciones. Y si es posible, antes.

No ganan ni ganarán ninguna de las batallas que dependan de esta especie; pero mientras llega el día luminoso de la plena justicia, le ponen la plancha a la Ley de medios de la democracia.

Así pasó con las cautelares presentadas en contra de la Ley por los diputados del Grupo A; con la fusión de Multicanal y Cablevisión; el aumento de la TV por cable; la disposición para que Papel Prensa se venda a un precio igualitario; la democrática y equitativa grilla de canales de TV; la resolución del Ministerio de Planificación sobre Fibertel.

Así sigue pasando con la cautelar del monopolio Clarín sobre el artículo 161 de la nueva Ley de Servicios de Comunicación que dispone el mismo plazo de reconversión para todas las empresas sin reconocerles coronitas a nadie, por poderoso que se sienta.

"El cautelar", que no es un bicho sino un mal bicho, recibirá esta tarde, a las 17 horas, un antídoto eficaz contra sus fines espurios: la movilización de distintos sectores sociales, políticos, sindicales, culturales, convocada por la Coalición por una Radiodifusión Democrática.

Será frente a Tribunales, ante el inminente fallo de la Corte Suprema sobre el secuestro de la Ley en manos de las corporaciones.

Una marcha para emprenderla "a paso de vencedores" como dijo el patriota criollo en la Batalla de Ayacucho.

La democracia avanza. Es el monopolio el que se resiste.

Como dice la Presidenta, "A veces el humor es el único antídoto contra la obscenidad judicial: la justicia cautelar" refiriéndose a su twitter desde Naciones Unidas: "Otra vez, otra medida cautelar. ¿Adiviná a favor de quién? ¿San Martín, Rosas o Magnetto, CEO de El Monopolio Clarín? Acertaste, es Magnetto!!!

Cristina define a la justicia cautelar como "una medida procesal exprés que impide la aplicación de leyes votadas por amplia mayoría en el Congreso. Que niega al Estado la responsabilidad de regulación y control reconocida por la doctrina y la Constitución Nacional; comodín de El Monopolio…Es como si tuvieramos una justicia para El Monopolio y otra para el resto de la sociedad, sean empresas o ciudadanos"

Hoy frente a Tribunales, habrá que pedir a la Corte que la Corte con estos golpistas de estado de baja intensidad, llamados últimamente, "El cautelar".



lunes, 27 de septiembre de 2010

Filosofando en la cocina

“Mujer: fuera de tu cocina se decide lo que pones en tus cacerolas”
Escribió el poeta y dramaturgo alemán Bertold Brecht.
Y alumbraba el mundo.
Más allá de nuestra suerte cotidiana, nuestros achaques y nuestras alegrías, de ir y volver al trabajo en este día, de asistir a clase como todos los lunes, de criar los hijos, de ir a comprar al Super, hay otra gente fuera de nuestra cocina que piensa y se esfuerza por que no falte nada para la mesa familiar.
Y hay otra gente que sin mucho esfuerzo y cero de ternura, pone palos en la rueda para que vuelva a faltarnos algo o todo, que blasfema entre odio y resentimientos: qué cosa es esa de la Asignación Universal por Hijo, qué cosa es esa de intervencionismo estatal en el mercado, qué cosa es esa de repartir las ganancias con los trabajadores, qué cosa es esa de andar escarbando tanto en el pasado.
“Lo pasado, pisado”, dijo Videla y lo repiten con un eco fastidiado, Macri, Carrió, Lanata y Caparrós.
Así estamos este día en que comprobamos que la “doctrina Massera” en los sótanos de la Esma se abrió paso en la corporación mediática. El marino genocida trató inútilmente de valerse de revolucionarios secuestrados por sus chacales, para diseñar el cuadro de situación que le permitiría reciclarse una vez de vuelta la insoportable democracia.
Ahora vemos a colonizados que trabajan para que las cacerolas de nuestra cocina vuelvan a la ingrata ausencia del zapallito y la acelga, de la papa y la carne, del arroz y el pollo.
Que cada uno se ponga el sayo que le corresponda.
Nosotros seguiremos mostrando este ladrillo para que sepan cómo es nuestra casa, otra lección aprendida del poeta alemán.
Si el modelo político que hoy gobierna es el que nos permitió recuperar cinco millones de empleo, es fácil entender porqué el superávit comercial trepó los 1.000 millones de dólares y porqué volvieron los créditos a 50 cuotas sin interés, para comprar todo lo que nos hace falta para el hogar.
En épocas donde se juega la suerte de varias generaciones a un mismo tiempo, dónde en un mismo matete es posible encontrar abrazados a colaboracionistas y ex funcionarios de la dictadura junto a la sombra de quienes se quebraron en el camino, es más preciso que nunca evitar perderse en la cortina de humo que a diario tiran.
La mejor manera de hacerlo es confrontar lo que vivimos día a día con las últimas estadísticas que se difundieron. Nos salimos de la vaina para decir “alcanza con salir a las calles y ver los bares, las pizzerías y las tiendas repletas de gente comprando y consumiendo”; pero vale refrescar algunos datos, a manera de ejemplo, nada más.
*El nivel de inversión económica no para de crecer. Peugeot acaba de anunciar la inversión de 25 millones para un centro de investigación y desarrollo automotriz único en el país y el segundo en el mundo, después de China.
*La producción industrial creció un 10 % en agosto por la fabricación y venta de autos y la producción de granos.
*La economía subió un 9,2 % en lo que va del año.
*Las ventas en los supermercados aumentaron un 12,6 % en términos interanuales y en los shoppings trepó al 37,9 % en relación a julio del 2009.
Todo crece en nuestro país; la matrícula escolar, el empleo, la economía, pero eso sí, baja el desempleo y la inseguridad.
¿Vio que ahora volvieron con la muletilla esa de que algunos prefieren irse del país?
Es de canalla ocultarles a esa pobre gente (permítanme la piedad) que Europa es hoy la Argentina del 2001, con olas de desocupados deambulando por las calles, con nazis y fascistas ganando terreno electoral, con xenofobia y racismo, con tasas de alcoholismo y violencia como no se vieron nunca.
Y si nos comparan con nuestro continente, el ministro de Justicia, Julio Alak fue contundente con las cifras presentadas oficialmente: si en Argentina lamentamos el homicidio de 5,8 personas por cada 100.000 habitantes, en Colombia son 40.
La única incertidumbre es la oposición.
La única certeza es Argentina, como debe ser.

El Argentino, 27 de septiembre de 2010

domingo, 26 de septiembre de 2010

Ahora sí es Nunca Más

El caso Strassera desnuda a una oposición política que se muestra anacrónica e incapaz de entender que esta Argentina del Bicentenario no es la misma del siglo pasado. Reaccionan “desagraviándolo” porque es una forma de ser indulgentes con ellos mismos y con la mediocridad que demostraron cuando fueron gobierno.
No es sólo la impunidad de los genocidas la que se terminó, también es la de sus cómplices civiles. Aunque cueste, la sociedad en su conjunto deberá procesar la cuota de responsabilidad que le cabe por los estropicios morales causados por el terrorismo de estado. Las autoproclamadas “deidades republicanas” deberán dar cuenta de ello en primerísimo lugar.
En esta hora de encrucijadas, Strassera eligió actuar como el fiscal de la dictadura que fue y no como el que juzgó a los jefes de la dictadura. Al hacerlo, provoca la complicidad de radicales y “PJ” de derecha detenidos en el tiempo y que a falta de ejemplos íntegros, lo rescata cual héroe de barro construido durante un breve tiempo, a quien derribaron a fuerza de leyes de impunidad a posteriori, para volver a pasarle el plumero del olvido y homenajearlo finalmente en estos días.
Ni a Fellini se le hubiese ocurrido.
Ese sector político, muestra así una carencia de ética y honestidad republicana, que explica su conducta sumisa ante las corporaciones y agresiva frente a los gobernantes que, desde el 2003, impulsaron el juicio y castigo a todos los culpables, no sólo a un pequeño grupo.
¿Qué es el cinismo sino el culto a la farsa de la historia? ¿Los mismos que echaron por tierra el juicio a los genocidas, con el punto final, la obediencia debida y los indultos, son los que homenajean al que en una hora de gloria posibilitó la condena a los comandantes?
Por otro lado ¿el hombre que cuando ofició de fiscal de la dictadura interrogó a Lidia Papaleo atada a un camastro hospitalario, ahora es premiado por su foja de servicio presuntamente inmaculada?
¿Esa será la “contracultura kirchnerista” que proclamaron los diputados radicales Margarita Stolbizer y Ernesto Sanz? Es bueno que lo avisen a tiempo, porque serán millones los que seguirán fortaleciendo la cultura de la verdad, la memoria y la justicia iniciada el 25 de Mayo de 2003 cuando asumió Néstor Kirchner y continuada en nuestros días con la veintena de juicios contra el terrorismo de estado a lo largo y ancho del país.
Esta vez, no habrá vuelta al pasado.
“La culpa no es del chancho”, dice el antiguo refrán popular. Los responsables de tamaña ignominia son los cómplices de ese hombre que cuando decenas de miles de compatriotas sufrían cárcel, torturas, asesinatos y desapariciones, juraba por las actas y los estatutos del proceso de reorganización nacional; negó el habeas corpus en defensa del ex gobernador Jorge Cepernic, como contó la Presidenta en su dolido mensaje; negó todos los habeas corpus que le presentaban los familiares de los detenidos políticos; aceptó que así lo hacía porque “yo era fiscal y cumplía con las pautas. Somos muchos los fiscales que en ese momento denegábamos hábeas corpus. Era la legislación vigente. Si Cepernic estaba a disposición del Poder Ejecutivo (Videla) se decidía el rechazo del hábeas corpus”; avaló la negativa de los hijos presuntamente apropiados por la señora de Noble a someterse a exámenes genéticos con misma lógica procesista de Elisa Carrió; el que declaró que la dictadura no lo echó “porque yo era un funcionario como la gente” y agregó “yo lo único que espero y esto no deja de ser una manifestación política, que (los Kirchner) terminen presos”.
Este hombre es una metáfora de la democracia tutelada que vamos dejando atrás.
Pero nada resulta más aberrante y ofensivo que saber que Julio Strassera supo escribir una carta a varios ex presos políticos, con fecha 23 de marzo de 1994, informando sobre la remisión por parte del Ministerio del Interior del menemismo, Resolución número 15, que ordenaba pagar las indemnizaciones acordadas por ley 24.043 y que él tramitaría el cobro de cada ex detenido “previo convenio de honorarios equivalente al 15 % del valor pecuniario que se logre obtener”.
No hacía falta abogados para percibir ninguna reparación por parte del Estado.
Las personas que se acercaron indignadas hasta nosotros en estos días muestran la firma de Strassera al pie del recibo que entregó a cada ex preso por la friolera de 15 mil dólares y algunos, hasta 19 mil dólares.
O sea, el mismo que interrogó y pidió condenas a detenidos en tiempos de la dictadura, les cobró luego, en democracia, jugosos honorarios cuando fueron liberados.
Desde esa “moral”, sólo puede acusarse a sí mismo.
Ninguna de estas personas, vale aclararlo, pretende que Strassera les devuelva ese dinero que les correspondía legítimamente por ser ex presos de la dictadura de la que él formó parte, ni pretenden homenaje alguno.
Sólo arriman su indignación en esta hora en que se está rompiendo el molde de una democracia que sirvió de cobijo a quienes se reciclaron después de su colaboracionismo, ayudados por los paladines “políticamente correctos”; tan correctos que seguramente, llegado el caso, volverían a quitarle las esposas a Lidia Papaleo y negarles el hábeas corpus a miles de ciudadanos que desaparecieron en la larga noche de la dictadura.
Eso sí, lo seguirían haciendo con “buenos modales” y “sin crispación”.
¿Es que acaso no se sienten siquiera avergonzados los opositores que llegaron hasta el último peldaño de la desvergüenza y el impudor ante las víctimas de la dictadura?
Todos ellos son “Strassera” por su propia decisión: colaboracionistas del olvido y la impunidad.
En la ofensa proferida contra la presidenta Cristina Fernández y el ex presidente Néstor Kirchner, ofenden la memoria de los 30.000 desaparecidos, ofenden a quienes se honran en ser testigos contra los genocidas, ofenden a las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo y ofenden al único gobierno democrático que hizo posible que se haga justicia sin aceptar límite alguno, desterrando para siempre la resignación moral a la que quisieron acostumbrarnos.

Miradas al Sur, domingo 26 de septiembre de 2010

Una argentina en Nueva York


La Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, es un foro anual con suficiente acústica para los presidentes de todo el mundo.
La mayoría de ellos lee su discurso. Pero algunos despliegan su oratoria con una ductilidad que sólo puede explicarse cuando hay sobrada convicción política.
No hay vuelo sin alas, como no hay voces libres sin pensamiento propio.
La presidenta argentina no lee, habla mirando a los ojos de su auditorio.
Lo hizo así nuevamente en su discurso oficial ante el más importante escenario de las relaciones internacionales.
Nos interesa rescatar algunos ejes de su elocuente mensaje: Malvinas, Modelo nacional, Cambio Climático y Justicia internacional.
Lejos de cualquier rutina discursiva, Cristina Fernández de Kirchner abordó cada uno de esos puntos en absoluta sintonía con las propuestas y reclamos que iba desgranando.
En la reiterada defensa de nuestra Soberanía sobre las Islas Malvinas no utilizó ningún concepto que pudiera pecar de lugar común; por el contrario, aprovechó para denunciar al Reino Unido por la depredación de nuestros recursos naturales y la posibilidad cierta de ocasionar en la zona donde realizan las perforaciones en busca de petróleo, una nueva catástrofe ambiental como la que esa misma empresa provocó en el Golfo de México, en la mayor catástrofe ecológica ocurrida en el mar y las costas de los EE.UU.
Pero no se quedó allí la Presidenta. Denunció como injusto, anacrónico e inoperante al Consejo de Seguridad de la ONU en el que Inglaterra ocupa un sillón titular.
Para decirlo con palabras del barrio, los piratas saquean nuestras Islas y la riqueza de nuestra plataforma marina, amparados por la impunidad vitalicia que le otorgan privilegios propios de un colonialismo anacrónico.
¿Con qué moral juzga Inglaterra a los demás países del mundo desde ese sillón privilegiado?
Malvinas es nuestra mayor causa nacional. Hay que ser muy canalla para aceptar invitaciones de lujo de Gran Bretaña mientras dure esta ocupación colonial.
Es lo que hicieron los legisladores del Grupo A hace poco tiempo y es saludable guardar ese dato en la memoria.
En otro tramo, Cristina mostró los frutos del modelo político y económico que nos permitió salir de la honda crisis del 2001 y 2002, así como enfrentar victoriosamente los coletazos feroces de la crisis financiera internacional. Argentina no paró de crecer nunca en estos siete años últimos.
Desde la presidencia de Néstor Kirchner hasta ahora, todos los parámetros de nuestra economía y nuestro desarrollo social fueron en constante ascenso. Y todo, sin depender ni cumplir con ninguna de las recetas ofrecidas por el FMI o cualquier otro organismo multilateral. Los países que sí aceptaron los reiterados ajustes impuestos desde afuera, no hicieron más que echar nafta al fuego de su propia crisis. Y es aquí donde la Presidenta reiteró que era hora también de reformular a esos organismos de crédito que demostraron con creces su inoperancia en el mundo actual.
En igual sentido, reiteró la posición argentina respecto a las variadas propuestas para afrontar el Cambio Climático. Que a nadie se le ocurra imponerles cuotas a los países emergentes mientras en los países desarrollados, responsables principales del calentamiento global, siguen tirando manteca al techo con sus ácidos, carbono quemado, residuos nucleares, pareció decir.
La propuesta de juzgar en un tercer país, que no sea ni Argentina ni Irán, a las personas sospechadas de los atentados terroristas contra la AMIA y la Embajada de Israel, reafirma la posición de buscar justicia sin atajos ni excusas. Esos fueron atentados contra el pueblo argentino, reafirmó la Presidenta, un pueblo que respeta su diversidad cultural y religiosa, que no la “tolera” sino que la disfruta y que por eso mismo, no puede admitir que quede impune ningún crimen que nos afecta a todos los que nos sentimos y sabemos, por sobre toda otra consideración, ciudadanos de una nación que sólo quiere vivir en paz.

El Argentino, domingo 26 de septiembre de 2010

viernes, 24 de septiembre de 2010

El orgullo nacional

En el almuerzo inaugural de la Asamblea General de Naciones Unidas, la Presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue distinguida en la mesa central junto al Secretario General de la ONU, Ban-Ki moon y el presidente de los EE.UU., Barack Obama.
Minutos antes, Obama elogió a las Madres de Plaza de Mayo en su discurso oficial ante la Asamblea.
¿Qué dirán ahora los que declaman que “la Argentina está aislada internacionalmente”?
¿Qué dirán los opositores partidarios del Grupo A y sus adyacencias y sus mandantes de la corporación mediática del Grupo Clarín?
La progresía que se “izquierdiza” fronteras afuera, pero hacia adentro se derechiza contra el gobierno de Cristina, no puede negar que por unanimidad los gobiernos latinoamericanos eligieron el liderazgo argentino para la UNASUR y para el Grupo de los 77 países que representan en las Naciones Unidas a los países emergentes, incluido China.
“¿Y ahora qué corno decimos?” dicen en las huestes de la progresía parlamentaria, cuando escuchan los elogios a la Presidenta que vienen desde Chávez, Evo y Correa hasta el Pepe Mujica, ahuyentando a los buques ingleses de las costas uruguayas en solidaridad con la Argentina por la causa Malvinas.
La derecha política y mediática que sentenciaba el aislamiento total y definitivo de la Argentina, anota resignadamente que Kirchner se reunió con Bill Clinton, que reúne a los líderes sudamericanos, que dictará una conferencia en la “New School University”, que Cristina asume el liderazgo del G-77 y se prepara para recibir la propuesta internacional para que la Argentina integre el Consejo de Seguridad de la ONU, que el canciller Timerman se reúne con la mayoría de los cancilleres del mundo presentes en la cumbre de Nueva York y como si fuera poco ¡Obama reivindicando a las Madres de Plaza de Mayo como un ejemplo heroico en la lucha contra la dictadura en su discurso ante las Naciones Unidas!
Es mucho para los paladares negros de la oposición.
El orgullo nacional es patrimonio de los pueblos.
Siempre fue así.
Clinton le transmitió a Kirchner su admiración y la de muchos líderes del mundo por el ejemplo que expresa la Argentina, con su administración eficaz, sus cuentas en orden, su desendeudamiento externo, su crecimiento económico, su desarrollo social y todo sin pedir nada a nadie.
Por otra parte, el Departamento de Estado, con la firma de Hillary Clinton, reconoció los esfuerzos exitosos del gobierno argentino para mantener el superávit fiscal primario desde el año 2003, la baja de la pobreza, el crecimiento del 7 u 8 % para el 2010 y la superación exitosa de la crisis financiera internacional.
¿Qué dicen los números hasta la fecha?
Que la economía nacional creció ya el 9.1 % y que las empresas nacionales y extranjeras siguen expandiendo sus planes de inversión. ¿Ejemplo? Coca Cola invirtió 30 millones de dólares en una nueva planta local.
Lamentamos los dolores de cabeza de los opositores pero no podemos ni queremos ocultar la realidad: las ventas de artículos del hogar, por ejemplo, crecieron un 66 % en relación a las ventas del año pasado.
En la impotencia, es posible que alguna pluma opositora escriba:
“Al término de la reunión con el ex presidente de los EE.UU., Bill Clinton, el ex presidente argentino Néstor Kirchner, se levantó para saludarlo, pero Clinton lo detuvo con un seco e imperativo reclamo: “¿Y el chori que me prometieron Néstor?”
Bromas aparte, hablemos de la oposición.
El Grupo A, el autoproclamado bloque mayoritario del Congreso, el que debe garantizar el quórum, volvió a fracasar en Diputados dejando a la Cámara sin sesión por segunda vez consecutiva. Para completar el bochorno, se tiraron con todo entre ellos (menos con flores) acusándose mutuamente por el nuevo fracaso.
No hay caso, no dan pie con bola.
Reunidos como “PJ disidente” resolvieron tirar la toalla y avisar que no se presentarán a competir con Kirchner en las elecciones primarias del peronismo.
Se fueron nomás, con más pena que gloria.

El Argentino, viernes 24 de septiembre de 2010

jueves, 23 de septiembre de 2010

El país de Germán Abdala


Hoy se vota la dirección que tendrá de aquí en más, la Central de Trabajadores de la Argentina.
Cuando termine el día sabremos si finalmente será el maestro Hugo Yasky o el estatal Pablo Michelli, el que encabezará la CTA.
No son matices los que diferencian a unos y otros.
Son distintas miradas las que dirimen hoy sobre el país, la suerte crucial de América Latina, la concepción del sindicalismo, sobre el gobierno nacional, sobre los viejos sectores del poder económico oligárquico, la mesa de enlace de la patronal rural.
Seguramente rondará la memoria de Germán Abdala a la hora de asegurar con el voto democrático, el rumbo de este espacio que construyeron los trabajadores en días y noches donde había que dar testimonio sobre el país que se quería construir.
Igual que ahora, igual que siempre.
A Germán, más que interpretarlo, hay que saber escucharlo.
Desentrañar su pensamiento puede ser un faro de luz para quienes, con buena o mala fe, usan su nombre deformando el mandato que legó para la historia del pueblo.
Un Germán que desde la distancia también nos interpela a todos.
¿De qué lado estuvimos cuando la Sociedad Rural y sus aliados llamaron a combatir al gobierno democrático en su intento de redistribuir el ingreso de los que más tienen con los que menos tienen en esta sociedad desigual?
¿Del lado de los patrones rurales o del lado del pueblo?
¿De qué lado estuvimos cuando se construyó de abajo hacia arriba la nueva Ley de Medios de la democracia?
¿Del lado del Grupo Clarín o del lado de la democratización de la palabra?
¿Estamos consolidando la unidad latinoamericana y el MERCOSUR?
¿O estamos en la vereda de enfrente de los presidentes de la región que, por unanimidad, eligieron a Néstor Kirchner al frente de la mayor organización política que construyó el continente, la UNASUR?
¿Estamos apoyando decididamente la Asignación Universal por Hijo, el rescate del ahorro de los trabajadores, el rol del Estado frente a las distintas crías que dejó el neoliberalismo depredador de los noventa?
¿O estamos con el Grupo A y sus adyacencias?
Germán Abdala seguramente nos interpelaría sobre estas grandes cuestiones.
Pero decíamos que había que saber escucharlo y leerlo.
Decía Germán en un reportaje publicado en la revista El Porteño de agosto de 1992:
“Tenemos que salir de la típica actitud infantil de la izquierda, de luchas por la hegemonía, donde jamás se permite construir a largo plazo…Es indispensable que toda la izquierda social no organizada, todos los sectores populares, democráticos, nos unifiquemos”.
“Nuestra experiencia nos demostró que no alcanza con democratizar un sindicato, recuperar una estructura y ponerla al servicio de los trabajadores. No alcanza si eso no se potencia con una propuesta política masiva hacia toda la sociedad, si no se une íntimamente con el resto de las organizaciones sociales y políticas del país. Nosotros fallamos en la construcción de un nuevo modelo, de la nueva propuesta, la alternativa global a esta sociedad. Hemos quedado embarcados en sobrevivir cada uno en su experiencia, cada uno en su sindicato, en su fracción.”
En otro tramo decía Germán:
“La gente está cansada de paros y movilizaciones, de que siempre seamos los mismo los que nos veamos las caras. La gente empieza a valorar que hay que empezar a cambiar desde otro lugar. Que tenemos que tener políticas claras hacia los medios de comunicación, que hoy son clave en formar opinión en la sociedad. Que debemos tener dirigentes creíbles, insisto en que tenemos que saldar todo un debate ideológico entre los que fuimos los responsables, militantes durante los años 70, con la nueva militancia, porque eso tampoco cuajó. Y no cuajó porque hay soberbia en los viejos militantes y en las estructuras formales. Ninguna de ellas es capaz de aceptar que sufre el mismo síndrome que los partidos políticos del sistema”.Así hablaba Germán, pensando en un nuevo sindicalismo y en un nuevo país, como el que creemos honestamente, hoy estamos construyendo.


El Argentino del 23 de septiembre de 2010

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Vivir en la Argentina




Vivir en la Argentina supone vivir en un país que ya no tiene leyes de impunidad, como la obediencia debida, el punto final y los indultos a los genocidas, las leyes que encubrieron el terrorismo de estado en plena democracia.
Supone vivir en un país donde se están llevando a cabo decenas de juicios orales y públicos contra los criminales de la dictadura y se descuelgan los cuadros de los dictadores que ya no están en sus casas porque están presos y juzgados bajo el imperio de la ley.
Supone vivir en un país contradictorio, previsible, a veces imprevisible, en movimiento constante, en desarrollo, desigual, con sueños, con horizontes.
Supone vivir en un país donde cualquiera puede decir lo que quiera del gobierno sin que nadie lo haga callar.
Supone vivir en un país tan curioso, que un ex fiscal que "acusó" a los dictadores, hoy desprecia a los únicos gobernantes que concretaron la sentencia del "Nunca más" y se abraza amorosamente con los opositores que dictaron los indultos cuando gobernaron, anulando todo lo que ese mismo ex fiscal "condenó".
¡Qué loco, no!
¿O no es así doctor Strassera?
Durante muchos años nos hicieron creer que todo lo bueno estaba afuera y todo lo malo adentro de nuestras fronteras.
La democracia era griega, francesa, estadounidense, alemana o sueca. Y más de uno arriesgó: "incluso, con senadores vitalicios".
¿Se imaginan a Videla senador?
Argentina es un país inconcluso, con asignaturas pendientes, pero es un país que está revirtiendo un ciclo neoliberal de casi cuatro décadas.
En tiempos históricos, es preciso tantear las paredes, mirar el camino recorrido, trazar nuevas hojas de ruta, diseñar la perspectiva, alimentar las esperanzas y anotar en la memoria algunas de las cosas que vienen ocurriendo:
El superávit fiscal sigue creciendo; el índice de delitos sigue cayendo; se siguen construyendo escuelas a lo largo y ancho del país; la búsqueda de justicia se profundiza; la lucha por la identidad de las Abuelas recuperó al nieto 102; el gobierno presentó ante la Justicia la denuncia por crímenes de lesa humanidad durante la "apropiación ilegal" de Papel Prensa.
En lo económico, no nos va tan mal que digamos:
El incremento del PBI en el segundo trimestre del año ha sido de 9,3 %. Esa cifra nos ubica entre los países de mayor crecimiento del mundo.
Más producción, es igual a más empleo, más consumo, más inversión, más desarrollo. Más inclusión social.
Hay un verdadero boom del consumo interno, con un aluvión de ventas de electrodomésticos de fabricación nacional, con una producción de LCD creciendo un 450 % en el año, con venta de plasma creciendo a un 280 %, televisores de tubo un 199 %, duplicando las ventas en apenas un año.
Ni hablar de los celulares, que de 54.700 unidades pasaron a venderse 1.323.300 unidades.
¿Quiénes los compran? ¿Los extraterrestres acaso?
La cámara empresaria que representa a los fabricantes de cocinas, termotanques, calefones y estufas, informó que la industria nacional cubre un 96 % de este mercado y que para todo el 2010 esperan crecer entre un 15 y 20 %.
Y subrayan que este crecimiento se explica por la activa intervención del Estado nacional que defiende a la producción argentina frente a prácticas desleales de otros países.
En el ítems lavarropas y pequeños electrodomésticos, nuestros productos cubren hasta el 70 % del mercado interno y esperan seguir creciendo hasta superar en un 20 % lo producido el año anterior.
La venta de computadoras llegó a su pico histórico.
De nuevo el misterio: ¿quiénes las compran? ¿Los marcianos?
Son datos del sector privado, no es "propaganda gubernamental".
Como los que anuncian el histórico récords en la fabricación y venta de automóviles.
Prevén que durante este año se venderán casi un millón y medio de vehículos.
En la conectividad interna, Aerolíneas Argentinas ya registra un incremento del 40 % en la cantidad de pasajes vendidos en todo el país.
Con todo lo que aún falta, dígame: ¿No le parece bello vivir en esta Argentina?


El Argentino, 22 de septiembre de 2010

martes, 21 de septiembre de 2010

La cuna de la primavera


Al fin llegó la más linda de todas las estaciones.
Este año se parece, mucho más que otras veces, a los pibes que ganaron nuevamente las calles con sus rebeldías.
La derecha se creyó que ya no quedaban utopías, sólo sueños rotos para siempre.
El negacionismo de nuestro propio genocidio, se extendió hasta los heraldos de esa progresía quebrada de todo y de nada.
“Que esto no se dice, que esto no se hace, que esto no se toca”
No quieren que se discuta aquello que los compromete, que los enloda, que los encarcela.
No son los años setenta lo que les molesta sino la memoria que construimos con nuestra propia memoria. No con el olvido de ellos.
Al final del camino quedamos nosotros, ustedes, en la Plaza y en los Bosques de Palermo y al costado del arroyo o del río. Celebrando la primavera como dios manda. Y si dios no manda, celebrando igual.
Quedamos nosotros, con nuestras angustias y nuestros dolores, sabiendo que de vez en cuando hay que animarse a palpar con la yema de los dedos, cada herida, cada ausencia, cada emboscada al corazón, para saber que estamos vivos como pueblo.
¡Es primavera y que nos agarren si pueden!
Dicen que Pablo Neruda escribió aquello de “podrán cortar mil flores pero no podrán detener la primavera”
Ahí está Laguna Paiva para demostrarlo.
“Votos sí, huevazos no”. Parece que fue la consigna de quienes triunfaron.
En el mismo pueblo santafesino donde hace pocos meses un grupo de patrones rurales cargó con patadas y huevazos contra el diputado Agustín Rossi y su hermano Alejandro, también diputado elegido por su pueblo, el domingo último la gente, la sociedad, el electorado, como se guste en llamar la democracia al fin y al cabo, le dio el triunfo a Rodrigo Fernández, del espacio vecinalista y kirchnerista que dobló en votos a la candidata del peronismo federal, ese que comandan Duhalde, Solá, De Narváez y ya no se sabe quién más.
Más al norte, en la ciudad de Fontana, provincia del Chaco, Antonio Rodas del frente liderado por el gobernador kirchnerista Jorge Capitanich, también dobló en votos al candidato de la Alianza radical, esa alianza de Cobos, Sanz, Rozas y De la Rúa.
Estos resultados, con sus ganadores y sus perdedores ¿están dando una señal de lo que se viene? Es para pensarlo.
Pero cuidado con los vientos que vienen de afuera. El tembladeral del mundo no ha pasado. Mire lo que sucedió en Suecia. El mismo domingo del que venimos hablando, se realizaron las elecciones generales para elegir el nuevo Parlamento.
Ganó la derecha gobernante y por primera vez, la extrema derecha, racista, xenófoba, obtuvo 20 escaños, convirtiéndose en el fiel de la balanza de la democracia sueca. La social democracia, la izquierda y el partido verde, todos juntos, se ubicaron segundos, pero los medios los señalan como los grandes perdedores.
Si usted viaja a Europa, ya sabe, no vaya desabrigado.
Hoy es el Día de la Capital de la República, mi Buenos Aires querido, declarado por ley en 1880.
Y es el Día de la Sanidad y el Día Internacional de la Paz.
Es tu Día, estudiante.
Nos vamos recordando que un 21 de septiembre de 1899 nació en Gálvez, Santa Fe, el poeta José Pedroni.
En su poema “La cuna” dice:
“Haz con tus propias manos la cuna de tu hijo. Que tu mujer te vea cortar el paraíso.
Para colgar del techo, como en los tiempos idos que volverán un día. Hazla como te digo.
Trabajarás de noche. Que se oiga tu martillo. “Estás haciendo la cuna”, que diga tu vecino.
Alguna vez la sangre te manchará el anillo. Que tu mujer la enjuague, que manche su vestido. Las noches serán blancas, de columpiado pino. Harás según el árbol, la cuna de tu niño. Para que tenga el sueño en su oquedad de nido. Para que tenga el ángel en un oculto grillo. La obra será tuya. Verás que no es lo mismo. Será como tus brazos, la cuna de tu hijo. Se mecerá con aire. Te acordarás del pino. Dirás: “Duerme en mi cuna”. Verás que no es lo mismo”
Es nuestra forma de abrazarlo al nuevo nieto recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo.
El Argentino, 21 de septiembre de 2010

lunes, 20 de septiembre de 2010

Víspera de pájaros



Para celebrar la primavera es preciso entender porqué el lapacho floreció, porqué los pájaros cantan más alegres y en el Presupuesto del próximo año está asegurada la financiación de la Asignación Universal por Hijo.
Jorge Giles¡Es tan lindo festejar sabiendo que un millón de pibes ya no están a la intemperie! No es preciso esconderse de nadie ni temer represiones contra el pensamiento ahora que se celebrará oficialmente el respeto por la diversidad cultural. Para esperar la primavera, es preciso saber que por primera vez en la historia batimos varios récords que tocan de lleno nuestras vidas cotidianas: *La Argentina integra el G-20, que es el grupo de los 20 países más importantes e influyentes del planeta y Néstor Kirchner preside la organización más importante de Latinoamérica, la UNASUR. *Desde ahora la Argentina liderará el G-77, que es el grupo de Naciones Unidas que reúne a los países emergentes del planeta, incluida China. Por unanimidad eligieron como líder del Grupo a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner por su representatividad internacional y la vasta experiencia de nuestro país enfrentando la crisis global desatada en el hemisferio norte en el 2008. *Se registró un crecimiento de la economía nacional durante 7 años seguidos, con claras muestras de desarrollo y políticas de inclusión social. Ya no es preciso estar a expensas de lo que digan o dejen de decir las mercenarias plumas de ningún monopolio mediático. Para esperar la primavera hay que leer el Presupuesto presentado en el Congreso por el ministro Amado Boudou, que es la hoja de ruta de la nación y el pueblo para transitar el año 2011. Es un país previsible como nunca. Claro, es previsible para seguir creciendo, para crear empleo, para incentivar más y mejor consumo interno, para usar como se debe, legítima y legalmente, las reservas acumuladas con el esfuerzo de todos. Detengámonos aquí. ¿Por qué los opositores no salieron todavía a pedir perdón a la sociedad por el asalto al Banco Central y al Parlamento que hicieron en enero pasado con Redrado de mascarón de proa? ¿Cómo no explicaron todavía el porqué pretendían salir a endeudarse en el exterior en lugar de usar nuestras propias reservas sin costo alguno? Digamos de paso, que cuando armaron ese último secuestro neoliberal, las reservas orillaban los 48 mil millones de dólares y hoy, habiendo pagado las deudas con esas reservas, se acercan a los 52 mil millones. ¿Dónde está el Apocalipsis anunciado en enero de que nos quedábamos sin reservas? ¿Porqué no explican antes de opinar en contra de este Presupuesto, cómo se equivocaron tanto el año pasado cuando decían que el Presupuesto anterior, también era “un dibujo” “que la inflación iba a estallar por el aire” “que el dólar cotizaría a 10 pesos por unidad”, “que se iba a recalentar la economía con tanto consumo y que por eso había que enfriarla con ajustes”? Nada de esto pasó. Se equivocaron fiero. Y menos mal que fue así porque en el reverso de sus desaciertos está una primavera que encuentra a los argentinos con un país creciendo a cifras récords, nuevamente. Si las “ideas” opositoras cotizaran en bolsa, quebrarían en la primera ronda del día. Por eso, cuando veamos que escupen fuego por la boca, la primera pregunta que hay que hacerse es ¿qué dijeron en el Presupuesto anterior? Respuesta obvia: lo mismo que están diciendo ahora. “Aciertan” con Clarín, pero la pifian con el pueblo. En la antigüedad, antes de esta era, los Presupuestos eran un dibujo escrito en las oficinas centrales del FMI. El rubro “Ajustes en el gasto social” se llevaba todas las palmas. Se recortaban las partidas para el empleo público, para la educación, para la salud, para el empleo, para las obras públicas. Y se agigantaban los gastos para pagar la deuda externa. Eso sí: era un dibujo “prolijo”, votado a dos manos por los mismos que hoy se niegan a votar la “desprolijidad” de un país que avanza. A no desesperar. La víspera de la primavera es de los pájaros, no de los pajarones.

El Argentino, 20 de septiembre de 2010

domingo, 19 de septiembre de 2010

El nuevo emergente del kirchnerismo


Algo profundo se está moviendo en el subsuelo de la Patria; invocando a Scalabrini Ortiz.
La bandada de pibes en el homenaje a La Noche de los Lápices, defendiendo a punta de conciencia cada colegio destruido o llenando el Luna Park y sus alrededores, con sus consignas de unidad en ese diverso montón que fue a escuchar a Cristina y ver a Néstor Kirchner, estaría indicando que son el nuevo emergente de este proceso social.
Ellos son los primeros que se forman en un período democrático con el mismo signo político.
El que arrancó en la secundaria desde el año 2004 en adelante, con Néstor o con Cristina, hoy está participando de esta nueva generación de jóvenes que se movilizan por sus legítimos derechos, formados en una democracia que más allá de sus errores, parte de un presupuesto más alto: un gobierno nacional que no admite la represión estatal, donde se juzgan sin ningún tipo de condicionamientos las violaciones a los derechos humanos de la última dictadura, donde los trabajadores participan en más de dos mil convenciones paritarias, discutiendo salarios y condiciones de trabajo, donde el ahorro de los trabajadores fue recuperado para los trabajadores, donde la educación pública alcanzó y superó el 6 % del presupuesto nacional, donde todos los pibes en condiciones de vulnerabilidad social reciben la Asignación Universal por Hijo, donde el matrimonio igualitario es ley, donde el gobierno y múltiples sectores de la sociedad civil construyeron la nueva Ley de Medios… Podríamos seguir y cualquiera, medianamente honesto, sabe que la lista de conquistas logradas en estos siete años es interminable.
Pero en verdad, queremos desentrañar el hondo significado que tiene esta irrupción juvenil en la política.
Es un tiempo de de decisiones históricas.
Durante el neoliberalismo, oponerse a los gobiernos de turno, era oponerse a las políticas de ajuste y entrega de nuestra soberanía nacional.
Pero en el 2010, oponerse a Evo Morales, Rafael Correa o Cristina Fernández de Kirchner, es estar del lado de quienes se oponen a las políticas de inclusión social y unidad latinoamericana.
La encrucijada nos atraviesa a todos.
En la próxima elección de la CTA está en juego esa disyuntiva.
O se valora y profundiza este camino, como sostiene la lista que encabeza Hugo Yasky o se termina favoreciendo objetivamente a la derecha del Grupo A conducida por Magnetto.
No por Fidel Castro.
Jauretche decía que en tiempos de repliegue, había que interpretar las voces del pueblo, pero fundamentalmente sus murmullos y silencios, porque allí se incubaban los tiempos por venir. Pero que todo se hacía más simple cuando lo incubado comenzaba a caminar por su propia cuenta.
El kirchnerismo no es una estación final, es un camino. Lo advirtieron alarmados los patrones de la Sociedad Rural cuando se opusieron a la ya mítica Resolución 125 que establecía las retenciones segmentadas para las exportaciones agrícolas.
Los enemigos del pueblo se avivan antes que nadie por dónde pasa la historia. Son impacientes a la hora de salir a degüello. Estaban advirtiendo que no tolerarían a un gobierno dispuesto a cuestionar la distribución desigual del ingreso y la riqueza. “Eso es comunismo”, decían. Y, como otras veces en la historia, sedujeron y cooptaron a ese medio pelo más predispuesto a dejarse violar por los patrones, antes que hacer el amor con su pueblo.
Se dice que las transformaciones estructurales en una sociedad suceden cuando el sujeto de cambio está constituido por los trabajadores y los jóvenes. Es la primera condición, no la única, para que los cambios hacia una sociedad más justa, democrática e inclusiva, adquieran la velocidad y la densidad necesaria para consolidarse y seguir al mismo tiempo, profundizándose.
¿No es eso acaso lo que está pasando? ¿No es ese el motivo real del espanto que manifiestan Mauricio Macri y los medios que insisten en titular “caos de tránsito” al brote de una nueva primavera democrática?
Los adversarios de verdad, los que tienen el poder desde siempre, leen la realidad casi igual como las lee un militante popular. Sólo que actúan en sentido contrario.
Vaya con la diferencia.
Por eso apuestan a volver a la vieja receta de utilizar a la clase media como campo de batalla de sus operaciones.
La babosean, la acosan, la manosean, la usan, con el único fin de hacerles creer que con la dictadura estaba mejor; con Menem, con De la Rúa, con el monopolio mediático domesticando a diestra y siniestra, estaba mejor.
Corrieron atrás de las palabras de Cristina en el Luna Park, para desvirtuarlas y licuarlas, como hace el ladrón que grita para confundir a la multitud “al ladrón” y señala a un inocente cualquiera.
Leamos la desgrabación del discurso, no por pereza para el análisis, sino para confrontar verdad con mentira.
Dijo Cristina: “…la verdad es que fue el 24 de marzo de 1976 donde se vino a destruir específicamente la matriz industrial de clase media y generadora de valor agregado que había significado el primero y el segundo gobierno peronista…¡Qué nos pasa! Y acá quiero hablarnos, y no es una cuestión de clase, por favor, soy peronista, a nosotros mismos, a esta clase media tan volátil, a esta clase media como yo, universitaria, a la clase media que muchas veces no entiende y cree que separándose de los laburantes, de los morochos, le va a ir mejor. Le pasó a todos, es como el sino de las grandes frustraciones en la historia argentina. Yo creo que, tal vez, junto a todas las cosas que hemos construido en estos años, una de las más importantes haya sido visualizar, identificar a los trabajadores como uno de los componentes esenciales pero tampoco el único. Creemos en una sociedad policlacista, diversa, en lo cultural, plural.”
Estaba hablando de ella y de tantos como ella.
¿Qué parte no entendieron las plumas mercenarias de Clarín y los sepultureros de la clase media, disfrazados de nodriza?
Sería bueno saberlo, así lo debatimos democráticamente en la primera marcha de la primavera.


Miradas al Sur, domingo 19 de septiembre de 2010

Vuelve, vuelve primavera


Es el último domingo de invierno
Y como suele ocurrir todos los años, es difícil, casi imposible, que la nostalgia por la estación que despedimos supere a la alegría esperanzada por aquella que viene en un par de días.
Estamos contentos y lo sentimos a flor de piel.
Señoras y señores, a ponerse de pie que está llegando la primavera.
A desplegar las alas como nunca antes. Animarse a volar bien alto, que hay viento suficiente para poder hacerlo.
La Argentina vive lo que América Latina vive en su conjunto. Ni más ni menos. Estamos convencidos que este modelo de inclusión social es un camino de ida, antes que un modelo cerrado y fosilizado; sí, es mucho lo que falta andar, lo que falta reparar socialmente, pero acaso ¿hay otro camino mejor? ¿Hay algún atajo para llegar más rápido? Todas las respuestas remiten al mismo punto de origen: este es el camino.
Con sus idas y sus vueltas, con sus errores y defectos, con las virtudes que tenga. Está claro que enfrente están los mismos del “síganme, que no los voy a defraudar”.
Y desde el otro costado opositor, el “dicen que soy aburrido”.
En la semana que termina, “Ricardito” Alfonsín, como lo llama Carrió, muy suelto de cuerpo afirmó que el peronismo federal (el que comanda Eduardo Duhalde, obviamente) no está en condiciones de gobernar el país. Y por supuesto, Felipe Solá, le respondió con igual sentencia. Lo que se dice, intercambiaron gentilezas.
Es la primera vez y quizás no sea la última, que coincidiremos con ambos al mismo tiempo.
A ambos sectores del Grupo A les resultará muy difícil sacarse el lastre de encima que los identifica más con el pasado que con el futuro promisorio que queremos seguir construyendo.
Pero además porque, ligados como están al Grupo Clarín, hacen todo lo posible para parecerse cada vez más como la cría del neoliberalismo que este gobierno dejó atrás. Es triste y desolador el rol que dentro de ese espectro cumple la progresía más preocupada por ubicarse lejos y en contra del gobierno pero sin prurito alguno para abrazarse con los que representan a los patrones rurales, por ejemplo.
En ese universo opositor todo es negativa contra el gobierno y sus políticas sociales y en el entretiempo, todo es rosca y contra rosca de puro tacticismo electoral. No se les cae una idea superadora para aportar a la superación de la realidad actual de los argentinos. Como si tuvieran en el hemisferio izquierdo de su cerebro, una urna así de grande y en el hemisferio derecho, la agenda que les escribe Magnetto día a día.
Menos mal que no gobiernan.
Fue una semana histórica.
Los pibes ganando las calles y el escenario mayor de la política, resguardando sus aulas con su propio cuerpo y despertando de la siesta a más de un adulto pesimista; es todo un dato para festejar y celebrar en nombre de la democracia que supimos conseguir.
Posiblemente ese sea el renglón más significativo de los últimos años. Porque está indicando que nada está perdido, que las utopías siguen siendo posibles en un pueblo que renueva su piel.
Fue una semana vital, vigorosa, pasional, signada por una nueva camada de jóvenes que ganó las calles en defensa de sus propios intereses y reivindicaciones, que en definitiva son los intereses de toda la sociedad.
Es para celebrar la primavera por partida doble. Por el calendario y las flores y el clima y los pájaros, pero por sobre todo por esta irrupción juvenil que renueva las ganadas de seguir viviendo en libertad como lo hacemos.
Que el gobierno de Cristina haya inaugurado la primera señal infantil de Argentina y de Latinoamérica, el canal Pakapaka, es otro motivo para festejar la primavera.
Se vienen las elecciones en la CTA; se plebiscitará a los que mejor valoren los cambios que se vienen produciendo en toda la región y particularmente en la Argentina. No importa tanto cuán lejos o cerca estén del gobierno; importa cuán comprometidos están con la lucha y la cultura de este pueblo, como le manifestaron León Gieco y Alfredo Alcón a Hugo Yasky.
¡A esperar la primavera entonces!

El Argentino, 19 de septiembre de 2010

viernes, 17 de septiembre de 2010

El país del Pakapaka


Terminaba de leerle un cuentito a mi hija más chiquita para que se duerma feliz, cuando me preguntó entre bostezos: "¿me cuidas este día y me lo das mañana nuevamente?"; aunque conozco su honda y profusa imaginación, mi asombro por sus ocurrencias es permanente; entonces balbucee como para salir del paso: "Cuidalo vos debajo de tu almohada" pero me aclaró que ya debía darme cuenta que a ella se le escaparía y mañana no podría seguir disfrutándolo como hoy.
Ojalá, con la misma inocencia, podamos cuidar así las cosas bellas y profundas de la vida, como la que vivimos estos días en la Argentina.
¿Acaso usted no tiene ganas que pidamos juntos que alguien nos cuide esta semana que hoy termina?
El acto de la juventud en el Luna Park; la irrupción de miles de jóvenes en las calles y participando en la defensa de los colegios; la esencia cultural de los nuevos feriados anunciados por la Presidenta; la inauguración del Salón de los Pensadores y Escritores argentinos con la entrada a la Casa de Gobierno de la digna memoria de Rodolfo Walsh, Arturo Jauretche, Scalabrini Ortiz, Hernández Arregui, Leopoldo Marechal, entre otros maestros del pensamiento nacional y popular; el anuncio de la Presidenta acerca del debate participativo para elaborar el proyecto final sobre el marco regulatorio de la distribución equitativa y democrática del papel para diario; la elección de Argentina para presidir por primera vez el Grupo de los 77 países de Naciones Unidas que, con China incluida, son la expresión más cercana de lo que fue el Movimiento de países No alineados; la presentación del Presupuesto 2011 en tiempo y forma al Parlamento previendo un constante crecimiento de nuestra economía; los nuevos índices que indican que el consumo interno y la producción siguen en permanente alza en todos los rubros, al igual que la imagen de Cristina y Néstor Kirchner en todos los segmentos sociales y etarios pero mucho más en los jóvenes; el recuerdo y el homenaje a los estudiantes desaparecidos en La Noche de los Lápices, con los pibes marchando en contra del autoritarismo del gobierno de Mauricio Macri y escuchando a Emilce Moler, la militante sobreviviente de aquella tragedia; el inicio de las Audiencias Públicas en el Congreso de la Nación por la distribución, fabricación y comercialización del papel como un bien de interés público…
¿No es acaso para decir "No me guardás esta semana?"
Es tanta la mala honda que tiran desde el Grupo A opositor como desde el Grupo Clarín que les sostiene, que para darnos el gusto, cerramos la semana a toda orquesta con el corazón jugando a la Pakapaka.
En efecto, la Presidenta de la Nación y el ministro de Educación, Alberto Sileoni, lanzarán hoy el primer canal público infantil con alcance nacional y latinoamericano.
Pakapaka, el nombre del canal, significa en quechua jugar a las escondidas. Y es paradójico y poético que en un país donde nos escondieron la alegría, las esperanzas, la justicia, el empleo, la educación durante tantos años, hoy se inaugure una señal nacional para los pibes, para los changuitos, para los gurises, para los mitaí y que hará de la escondida apenas un juego para divertirnos a la hora del recreo o en la plaza del barrio.
Como si la historia bailara su propia ronda, se le ocurrió que fuera un canal de niños el que inaugurara la etapa de una televisión sin monopolios ni dictadura mediática.
Sin desmerecer los dibujitos y programas que bajan desde hace una pila de años verticalmente del hemisferio norte y sin derecho al pataleo, esta vez Pakapaka será un canal auténticamente nuestro, latinoamericano. Más que un canal, será un puente para ir y volver a la casa del amigo y de la amiga, allí donde se encuentre, en Tilcara, en Corrientes, en Santa Cruz, en Bolivia, en Venezuela o en La Paloma, en el Uruguay.
Es casi una metáfora del país que viene: una vanguardia de niños abriendo el paso hacia el futuro.
Claro, habrá que saber velar el sueño de los pibes sin descuidar el presente que hoy se viene forjando.
El Argentino, viernes 17 de septiembre de 2010

jueves, 16 de septiembre de 2010

La noche de los lápices


El 16 de Septiembre de cada año, el calendario de la memoria derrama más de una lágrima.
Ese día de 1955 se produjo el golpe militar que derrocó al gobierno democrático y popular de Juan Domingo Perón e instaló la dictadura cívico-militar, llamada “Revolución libertadora”.
Ese día de 1974 la banda fascista “Tres A”, comandada por José López Rega, asesinó a uno de los más honestos, lúcidos y combativos de los dirigentes sindicales argentinos, el Negro Atilio López.
Ese día de 1976 la última dictadura cívico-militar de Videla, Massera y Agosti, secuestró y desapareció a militantes juveniles que militaban en la ciudad de La Plata, tragedia conocida como “La Noche de los lápices”.
Ese día de 1973 en Santiago de Chile, la dictadura de Pinochet asesinó al cantor popular Víctor Jara.
Estos hechos parecieran a la distancia como un reflujo en escala de los horrores causados por el Inquisidor General de España, el temible Torquemada, el que quemó en la hoguera cientos de bibliotecas y más de 10 mil personas acusadas de herejes y contrarias al orden establecido por la Corona y la Santa Inquisición.
Estremece recordar que también un 16 de setiembre, de 1498, falleció Torquemada.
Como si en su estertor final, dejara un mandato siniestro a los inquisidores del futuro.
Lo cierto es que el terror siempre vino del mismo lado, es decir, de la derecha.
Hay que celebrar que hoy no tengan la capacidad de fuego que en el pasado tenían. Podrán agredir de palabras, como lo hacen las plumas ricas y famosas del Clarín y La Nación; podrán reagruparse por su gusto al azufre y la naftalina; podrán montar un show mediático antidemocrático y autoritario como el que ejercieron los diputados de la Coalición Cívica agrediendo al Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; justo ayer, 16 de setiembre. Cualquier coincidencia ¿es sólo casualidad?
Pero lo que no podrán hacer es girar las agujas del reloj hacia atrás. Nunca más.
Por más que se esfuercen en presentar una realidad virtual de un país virtual nacido de sus odios, de sus frustraciones y de su impotencia política.
¿Saben porqué? Porque la Argentina está atravesando el crecimiento económico más importante de los últimos 200 años, como afirmó ayer la Presidenta ante los directivos y empresarios de medios de comunicación provinciales y locales.
Los sectores populares corrigen sus errores en el tiempo, los asumen, los enmiendan, los superan. Pero la derecha pisa la misma piedra una y otra vez. Son tan autoritarios que se abrazan con los viejos aliados de la última dictadura pero le niegan el saludo respetuoso a un ministro de un gobierno democrático elegido por el pueblo. Fue lo que pasó ayer con diputados que responden a Elisa Carrió. Un bochorno y una vergüenza para la calidad institucional y los buenos modales que tanto declaman. Contaron con la solidaridad republicana de las huestes de Pino Solanas y Claudio Lozano.
Para colmo de males TN adelantó una hora antes, en vivo y en directo, que este grupo se iba a retirar del recinto y que sólo esperaría la ocasión propicia.
La delación está en su naturaleza.
La vida en el país real anda por otros carriles.
El consumo interno sigue aumentando; el sector industrial crece a tasas chinas; por unanimidad la Argentina fue elegida para presidir el llamado G 77 de Naciones Unidas; la venta de electrodomésticos creció un 20 % en lo que va del año como consecuencia de la vuelta de los planes de créditos en 50 cuotas fijas; en la bolsa suben los bonos; la venta de autos a crédito registró un crecimiento del 54,36 % en términos interanuales.
Y un dato muy significativo: el país volverá a producir chapas de acero para uso naval. La noticia dice que hace más de 30 años que no se fabrica ese producto siderúrgico en el país. Los empresarios del sector aseguran que los astilleros estarán en condiciones de construir una embarcación de porte mayor cada quince días.
Lo que sí continúa bajando es el riesgo país y el consumo de tabaco.
“¡Y el gobierno no hace nada!”


El Argentino, 16 de septiembre de 2010

miércoles, 15 de septiembre de 2010

La rebeldía en el Luna Park
















Habló Cristina y la utopia volvió en las voces de miles de jóvenes que corearon su nombre y el de Néstor Kirchner, allí presente.
La rebeldía gobierna, mientras la oposición conservadora almuerza con Magnetto.
Un verdadero Síndrome del Bicentenario.
En la historia de los pueblos, las transformaciones suceden cuando el sujeto del cambio está constituido por los jóvenes y los trabajadores, en estado de rebeldía.
Sin rebeldía contra las injusticias, no hay cambio social.
Lo reafirmaron ayer en el Luna Park y en sus alrededores.
Allí están las crónicas periodísticas y las imágenes televisivas con la irrupción de la juventud en el escenario político nacional, sin poder ocultarlo.
Lo que la derecha, en cualquiera de sus variantes, llama "la crispación" es en verdad esa rebeldía alegre, pacífica y transformadora.
Ocurrió ayer. De aquí en más, el tiempo político apurará las agujas de todos los relojes, con una dinámica que expresará la construcción de una próxima victoria, imprescindible para la consolidación del proyecto nacional y popular.
La derecha se opondrá hacia adentro y hacia afuera del arco partidario. Lo que se escinda, incluso, será por esa franja conservadora, aunque se presenten con envase "renovador". Romperán a nivel de cúpulas como un reflejo espasmódico del crecimiento que desde las bases protagoniza esta nueva generación de militantes.
Cuando la juventud participa en política activamente, los cambios son irreversibles. Por ahí anduvo el discurso de Cristina.
Felipe Pigna rescata un artículo escrito por Arturo Jauretche en el mes de julio de 1973 que, como un faro, ilumina los días que corren.
Decía Jauretche: “Hay mucha gente que se asusta de ver en la escena pública lo que ve todos los días en su casa. Casi hay que preguntarle, al que se asusta por las actitudes políticas de los jóvenes, cómo andan las cosas por casa. ¿Tienen que dar la llave de la puerta de casa o hace rato que la llave ha sido tomada? …Y esos cambios que se sienten profundamente, en los modos de comportamiento, en la economía familiar, en las líneas de autoridad, son el producto de que el mundo camina; y camina muy rápidamente. Lo mismo que en la vida privada ocurre en la política social."
"No darse cuenta de que este fenómeno universal tiene su connotación lógica en la Argentina es no darse cuenta de que enfrentamiento de las generaciones es una cosa necesaria. Porque si los jóvenes carecen de la madurez que le reclamamos, nosotros carecemos de la adecuación a la realidad que ellos nos reclaman. Somos hijos de nuestro tiempo, aunque no querramos serlo…Quien no entiende esto se halla imposibilitado de entender al general Perón cuando habla de del trasvasamiento generacional."
"En la Argentina hubo un proceso revolucionario que transcurrió desde que, de nuevo, tuvimos, a partir de 1945, la presencia del pueblo en el poder. Ese hecho, es cierto, no fue comprendido entonces por razones ideológicas."
La del 45 fue una revolución de jóvenes…Recuerdo que el día de la proclamación de la fórmula Perón- Quijano, frente al obelisco, en medio de la multitud me encontré con un viejo camarada de lucha…Veía la multitud y se afligía ¿Será posible que estos triunfen?. No tengas ninguna duda…van a triunfar, le dije. Lo que caracteriza a esa multitud es la edad. ¿No ves que son todos jóvenes?, le pregunté"
En la proclamación de la fórmula de la Unión Democrática, había mayor cantidad de personas, pero Jauretche advirtió a su amigo: "Lo que da la sensación de la fuerza de un movimiento, es la presencia de la juventud. ¿No ves que éste es un mitin de viudos tristes? Esa gente se había parado en el tiempo. No comprendía que el país daba un salto adelante; eso lo comprendían los más jóvenes.
Por eso yo deseo para mis viejos camaradas peronistas que no se pongan en viudos tristes. Espero que contemplen este avance de la juventud con la alegría propia de nuestro movimiento"
Ayer La Cámpora abrió las puertas de su propia historia.
Desde algún cielo, Jauretche habrá festejado con los pibes.


El Argentino, 15 de septiembre de 2010

martes, 14 de septiembre de 2010

El Eternauta en el Luna Park


Ya todos saben que Néstor Kirchner estará representado hoy en el acto convocado por la Juventud Peronista- La Cámpora, adentro y afuera del Luna Park. El anuncio de la presencia en el estadio de la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, terminó de completar el marco político y afectivo a la iniciativa de los jóvenes en defensa del proyecto nacional y popular.
Las calles de Buenos Aires se vieron cubiertas en estos últimos días por la clásica figura de El Eternauta, la historia creada por Héctor Oesterheld y dibujado por Solano López. La particularidad es que el rostro de Kirchner es la de aquel héroe que, como decía su autor, uno de los 30 mil desaparecidos por la dictadura: “se me ocurre que quizá por esta falta de héroe central, El Eternauta es una de mis historias que recuerdo con más placer. El héroe verdadero es un héroe colectivo, un grupo humano. Refleja así, aunque sin intención previa, mi sentir íntimo: el único héroe válido es el héroe en grupo, nunca el héroe individual, el héroe solo.”
Con esa figura mítica los jóvenes se convocan para esta tarde en el Luna.
Juan Cabandié, aquel joven que nos estremeciera con sus palabras el día que el gobierno de la democracia recuperó para la memoria histórica las instalaciones de la ESMA, declaró en torno al acto que “es evidente que Kirchner está a la izquierda de los sectores juveniles. Antes los jóvenes estábamos a la izquierda de todos. Hoy es al revés, tenemos que lograr que haya una juventud transgresora, movilizada. Ese es el desafío”.
Serán seguramente jóvenes movilizados en torno a una causa política, felizmente politizados, a contramano del modelo que Mauricio Macri pretende para los chicos del Pro, sin ideas, sin principios, sin formación, sin mística. Cuantos más huecos, mejor. Eso fue y es el neoliberalismo. El que impuso como única consigna social “está todo bien” y a poner el pulgar para arriba mientras el país se nos venía para abajo como el gimnasio de Villa Urquiza y el boliche de Palermo.
La militancia reverdecida hoy en el Luna Park y en los colegios tomados en defensa propia, es el verdadero héroe colectivo.
El futuro llegó de la mano de estos pibes que contrastan con su entusiasmo y su inteligencia, con aquellos desencajados escribas del espanto y la barbarie “occidental y cristiana”.
¿Usted alcanzó a leer los editoriales de Clarín y La Nación referidos a la salud de Néstor Kirchner? Si los tiene en su casa, guárdelos a buen recaudo de los más chicos para que no se contaminen con tanto odio y desprecio por la vida humana. ¿Seguirán yendo al programa de Morales Solá los atildados políticos que se precian de personas honradas y seguramente lo son? Pues bien, si así lo hicieran, ojalá no dejen de devolverle en cámara semejante ofensa a la condición humana. En democracia caben todos, pero es intolerable que Drácula escriba prosas con tinta de sangre a la mañana y por la noche se vista de carmelito descalzo recibiendo a sus invitados. Y que nadie le diga nada.
Los radicales del Grupo A deschavaron sus resentimientos y le desearon a Kirchner “que se ponga bien por que lo vamos a enfrentar en las próximas elecciones” y la derecha pejotista del mismo Grupo, con Duhalde a la cabeza, le dio consejos para que no se tome tan en serio la defensa de los intereses populares.
Toda situación de crisis, personal o colectiva, desnuda la condición humana. En el odio y el revanchismo de los opositores se expresa la politiquería plastificada que vamos dejando atrás.
Sólo los necios no valoran los nuevos vientos que soplan en nuestro país, como este ventarrón que hoy hace que el gobierno de Cristina recupere el valor del 20 de Noviembre como Día de la Soberanía, establezca el 12 de Octubre como Día del Respeto a la diversidad cultural y por otro lado, revitalice la alegría popular de los tradicionales Carnavales.
Volvió la política de la mano de los pibes y entonces, la democracia es una fiesta.
Como esta tarde, en el Luna Park.


El Argentino, 14 de septiembre de 2010

lunes, 13 de septiembre de 2010

El militante


El militante no sabe de descansos ni de glorias vanas.
El es la voluntad al borde del abismo, así en la triste derrota de una noche de invierno como en el cielo de las victorias.
Lo lancean por el flanco izquierdo y lo hieren por su costado derecho y sin embargo avanza igual con la frente en alto.
Si siente algún dolor o miedo en el centro del pecho, lo disimula ante el enemigo y se larga a llorar, si es preciso, con sus compañeros.
Siente miedo no por su propia vida sino por la del pueblo que ama y defiende.
Pasajero de la historia, sabe que algo quedará de su andar cansino, de sus palabras al viento, de la modesta muestra de coraje que mostró las veces que hizo falta demostrarlo.
El militante es el último eslabón de la cadena humana, el más perfecto e imperfecto de todos, al mismo tiempo, el más humilde, el que más se entrega por el prójimo.
Tiene algo de Pedro en las catacumbas, compartiendo el pan y el aliento con sus compañeros, pero también de Miguel Hernández y de Paco Urondo en el instante final. Se mira en el espejo del Ché con sus aciertos y errores, porque todo militante del pueblo tiene un poco del Che y esa condición humana, más humana que todas.
Es la Evita que no descansa cuando debe hacerlo porque siente que las otras Evas del pueblo, están más cansadas que ella, con siglos y siglos de tristezas, de llagas en el cuerpo, de hambre, de torturas, de mordazas, de hambre nuevamente.
El militante se enferma un día y se levanta al otro. Y se vuelve a enfermar y dice “vamos que ya falta poco” y sabe que el aliento de los suyos es su propio aliento.
El enemigo sobrevuela sobre su lecho de enfermo, espera, desespera y aletean sus alas negras mientras de su pico salen los proverbios que invitan a un descanso eterno.
“Rendíte de una vez”, dicen los carroñeros con un texto maloliente.
Pero el hombre, el militante, el que comparte el pan y el paño, sabe que él se muere sólo en la desigualdad, en la desesperanza del que no tiene nada que ganar ni que perder, en la entrega infame a los poderosos, en la desaparición de la palabra vida, en la capucha del torturador y su mandante.
El militante descuelga los cuadros de los genocidas y sabe que está saltando sobre el filo de la historia y que de ahora en más no hay ni puede haber vuelta atrás.
Descorre todos los cortinados del poder, invita al desparpajo, sueña una noche que se encuentra con Rodolfo Walsh en la esquina de San Juan y Entre Ríos y el periodista de verdad, el peronista, el revolucionario, le dice con voz de mando “andate flaco, vos venís después” y despierta sudando nostalgias de otros tiempos lejanos, allá en La Plata, con Néstor Sala, Carlos Labolita y con el Pato Tierno y otros compañeros que desaparecieron con la dictadura.
Y si vino después, como quiso Rodolfo en aquel sueño, como quiso la historia colectiva, la suya propia y la de su mujer, que se la aguanten entonces, por que vino a honrar la vida para siempre de los treinta mil que se llevaron. Pero mucho más que eso, vino a honrar la vida de los que reclaman con sus bocas desdentadas y de sus madres y del futuro que nos hermana a todos.
El domingo amanece de a poquito en la ciudad.
En el barrio de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires, una bandada de pibes, a quien llaman “La Cámpora”, le hace el aguante al hombre que vino a rescatarlos del olvido.
Quisieran cantar muy fuerte para que él los escuche, pero saben que no es prudente despertarlo. Y entonces, todos miran en silencio hacia una ventana invisible, como queriendo que de pronto se abra y él salga a saludar como lo hizo Perón con otros pibes, en los años setenta.
“Todo está bajo control” dice Oscar Parrilli y el alma vuelve al cuerpo en la fría madrugada de este 12 de septiembre del Bicentenario.
Alguien me abraza y me dice cómplice al oído: “zafamos, como aquella vez”
La alegría es plural y no duerme esta noche ni mañana ni nunca, esperando el alta.
El militante Néstor Kirchner se prepara para volver a empezar.


El Argentino, 13 de septiembre de 2010

domingo, 12 de septiembre de 2010

El último viaje de Mauricio Macri


Un título así de sugerente también podría servir para informar, simplemente, que en medio de su procesamiento judicial por presunta participación en una asociación ilícita y el inicio de las actividades de la Comisión que lo investigará en la Legislatura, el tipo se hizo armar las maletas y se rajó a Europa. Es lo que hizo el jefe del Pro.
¿No tiene ni un cachito así de vergüenza para irse justo ahora? No.
¿No tiene el más mínimo sentido de pertenencia nacional como para declarar a la prensa europea contra el gobierno democrático de su país? No.
¿No le parece que es una burla siniestra haber enviado un mensajito de texto desde Paris o Roma o Málaga o donde corno esté paseando “sus condolencias a las familias de las dos chicas fallecidas hoy en el derrumbe”? No.
¿No siente algo de pudor al ausentarse tanto como lo hace cada vez que debe cumplir con una responsabilidad institucional para el que lo votaron? No.
Quien crea que todo es fruto del azar y la mala suerte en la vida de Mauricio Macri, se equivoca o es un cómplice o es un imbecil.
Cuando fue diputado nacional, recibió el triste galardón de haber sido el que más veces faltó a las votaciones realizadas en el Parlamento. En el año 2006, de 321 votaciones, Macri faltó a 277; a lo largo de ese tiempo se lo escuchó hablar apenas dos veces, una más que su ex socio Francisco de Narváez. Abordado por los periodistas respondió sobre los motivos de su ausencia crónica: “Es un sitio en el que no se debaten ideas…”
Este año faltó a la ceremonia de homenaje a las víctimas del atentado a la AMIA porque viajó a Santo Domingo, donde se enteró además de la confirmación de su procesamiento como presunto miembro de una asociación ilícita dedicada al espionaje ilegal.
Su mejor discípula sin dudas sigue siendo Gabriela Michetti. Lea esta performance y se dará cuenta porqué lo decimos: así como su jefe Mauricio se ausentaba sin explicaciones de la Cámara y de la jefatura de gobierno, después (33 días sólo desde el 25 de setiembre del 2008 al 22 de enero del 2009) Michetti tiene su propio record al ausentarse en 40 de las 43 sesiones de la Legislatura; para ser más precisos, del 13 de diciembre de 2007 al 6 de noviembre del 2008.
Son líderes ausentes, son gobernantes sin gobierno, son tipos acostumbrados a ganar sin trabajar. En las paredes de sus dormitorios seguramente tendrán un cuadro del príncipe Carlos. Son el último rezago de una vieja oligarquía patricia que ya no es tal. Son de plástico. Ensayan un pogo con los pibes que encima los putean y dos noche s después un pogo real que debían cuidar y prevenir nos hace perder dos vidas jóvenes, dos muchachas de esta ciudad, dos familias doloridas para siempre. Porque es esta ciudad y sus ciudadanos los que pierden esas vidas.
Pero siempre están ausentes. Siempre conectados con la derecha mundial y desconectados con las necesidades y las vivencias de un pueblo como el porteño que está más huérfano que nunca, sin seguridad, sin educación, sin gobernantes.
Abundan las notas sobre el desgobierno del Pro. Cada una de ellas aporta lo suyo a la angustia creciente de una población que se siente en la intemperie absoluta.
Sólo queremos agregar desde acá que a estos tipos plastificados, sin sentimientos, sin ganas de laburar como usted, como yo, como todos, no los votemos nunca más. Pero que no los olvidemos. Que tengamos sus “proezas” siempre a mano, como un alerta eterno para que no nos vuelva a suceder. No causan disgustos solamente, provocan muertos y heridos, provocan derrumbes en los boliches, en los gimnasios y en las escuelas. Y agradezcamos al que le ocurra a cada uno, pero si no mataron a un estudiante hasta ahora es porque los jóvenes aún tienen un ángel de la guarda cuidándolos.
Es el último viaje de Macri. Entre el juicio por espiar a los vecinos y las muertes y las tomas de los colegios para evitar más muertes, el próximo que haga ya no nos daremos cuenta que no está en la ciudad. Porque nunca está.


El Argentino, 12 de septiembre de 2010