viernes, 22 de enero de 2010

A LA ALTURA DE LOS VIENTOS DEL BICENTENARIO

La Presidenta anunció ayer los casi 17.000 millones del superávit comercial y un crecimiento histórico en la producción agraria y la actividad industrial.

Un récord a la altura del Año del Bicentenario patrio.

“Lo hicimos con más vientos en contra que vientos de cola, pero lo hicimos”, dijo una Cristina orgullosa y emocionada mientras presentaba el nuevo tramo en la Hidrovía.

Como prueba del desarrollo inclusivo, parece cierto nomás que el país salió de vacaciones.

Cinco millones de argentinos arribaron a la costa atlántica y otros lugares de veraneo en la primera quincena de enero; pero en el registro de diciembre pasado hasta hoy, son casi 10 millones los paseantes.

El Secretario de Turismo de la Nación, Enrique Meyer, dio a conocer esta información señalando que el incremento del turismo nacional en lo que va de enero, respecto al año anterior, trepó hasta el 9,6 %.

“Chupate esa mandarina” habría que decirles a los comisarios políticos y mediáticos del “Operativo Desánimo” como denominaron en su momento Cristina y Néstor Kirchner a los medios y los opositores que se la pasan pronosticando “catástrofes sociales”.

Por otros andariveles menos constructivos, transcurre el otro lado de la luna, allí donde la ciudadela prefabricada de Julio Cobos parece irremediablemente sitiada.

Ya no por los dirigentes del oficialismo que reclaman por un lugar que constitucionalmente le corresponde al Poder Ejecutivo, sino por los referentes opositores que volvieron a reclamar a coro “Que se vaya” y también por sus propios desvaríos anticonstitucionales.

¿Quién lo sostiene a Cobos? ¿El radicalismo? No; ¿la Coalición Cívica? No; ¿El macrismo? No; ¿el sector de Pino Solanas? No; ¿La centroizquierda aliada del bloque oficial? No.

Se podría decir que le siguen haciendo el aguante, Eduardo Duhalde y sus huestes del pejotismo disidente y otro tanto, el monopolio mediático. Nadie más.

Es esta debilidad congénita la que está horadando el inflamado “liderazgo” mediático de Julio Cobos.

Así como hay un gobierno que resiste cientos de tapas negativas de Clarín, un liderazgo inventado por el monopolio, no dura más que eso.

Cobos está llegando al fin de su estrellato prematuro y es lógico que así sea.
Ningún liderazgo se construye en base a una actitud desleal y deshonesta.

Si hubiese sido hombre de convicciones profundas, estaba en todo su derecho de abandonar el barco oficial y favorecer luego a sus adversarios.

Pero no debe hacerlo desde el lugar adonde llegó jurando lealtad a su compañera de fórmula y al programa de gobierno.

Ayer volvió a intentar legalizar su traición al mandato popular, cuando adelantó respecto al caso del motín de Martín Redrado en el Banco Central que “mi estrategia va a ser escuchar a todos antes de decidir mi postura. Voy a tomar la decisión que tenga que tomar, como lo hice siempre haciéndome responsable de eso”
¿O sea que Cobos se declara en rebeldía explícita contra lo que manda la Constitución y las leyes vigentes, que es representar a la Presidenta ante el Congreso de la Nación?

¿O sea que él decide por sí mismo sin responsabilidad política y jurídica alguno?
¿Cobos es legislador acaso? No. Es el representante del Poder Ejecutivo en el Senado de la Nación. Y es de sentido común pensar que si la Presidenta firmó un Decreto removiendo de su cargo al amotinado Redrado, Cobos debería decir: “Voy expresar mi voto en el mismo sentido del Poder Ejecutivo que represento ante las Cámaras”
Hasta arrancaría una sonrisa de simpatía si agregara a renglón seguido: “no me queda otra”

Desde tinieblas mucho más oscuras, el periodista haitiano Jean Roland Chery, respondió ayer a una certera pregunta de Víctor Hugo Morales sobre el porqué de la pobreza extrema de Haití.

Chery respondió dolida y profundamente: “porque las dictaduras y los políticos de la elite corrupta, nos dejaron sin proyecto nacional”

Aprendamos a valorar el proyecto de nación que estamos recuperando, después de nuestras propias tempestades.


Jorge Giles. 22 de enero de 2010.

jueves, 21 de enero de 2010

¿POR QUÉ NO SE TERMINA DE IR COBOS?


Ya es un coro atronador el que pide que Cobos renuncie a la vicepresidencia.

Al oficialismo, ahora se le suman varios opositores con igual reclamo.

Y el tipo sigue allí. Tan inconmovible como De la Rúa subiendo al último helicóptero.

¿Tan comprometedoras son sus acciones con el golpismo mediático?

Sí; mil veces, sí.

La Presidenta anunció ayer que la Argentina logró el mayor superávit comercial anual de su historia: 16.591 millones de dólares.

Lo hizo al inaugurar las nuevas instalaciones del INVAP, agregando que la desocupación bajó al 8,4 %

Aunque usted no lo crea, este nuevo éxito del gobierno nacional es el verdadero motivo del golpismo mediático y parlamentario pergeñado desde algunos centros de poder y que estimula a Cobos a trotar en el banco de suplentes.

Quieren destrozar este modelo de desarrollo, incluyendo los juicios a los genocidas.

La Presidenta suspendió su estratégico viaje a China en estricto resguardo de la alta responsabilidad institucional que ejerce.

Si viajaba, Cobos podría coronar un golpe parlamentario, con Redrado sentado como el Tío Patilludo sobre nuestras reservas monetarias.

Y “Clarín” cantaría “Bingo”

Claro, si Cobos renunciara hoy al cargo que sigue usurpando, el estratégico viaje, tan beneficioso para el comercio y la producción nacional, se podría reorganizar con apenas horas de diferencia.

Pero si la operación golpista sigue latente y el vicepresidente continúa atornillado a su sillón igual que Martín Redrado, es la Argentina la que sufre las consecuencias del golpismo intermitente que consuman.

Desde el 2003, los viajes presidenciales guardan relación con intercambios económicos, comerciales, productivos, científicos, educativos, es decir con emprendimientos concretos que son de interés vital para la nación.

Cobos lo sabe y por eso está propinando este daño irreparable, no al gobierno sino al país todo.

Cuando se gobierna, la información recibida no se procesa con la afabilidad del comentarista radial, sino con la tensión propia del que conduce una barca colectiva en medio de un mar infectado de tiburones. Y en ese marco, se toman las decisiones más convenientes. Que podrán resultar simpáticas o no, pero hace tiempo que este gobierno aprendió qué cosa es la gobernabilidad y cuál es el arte de la buena gestión.

Si uno supiera que mañana un par de bandidos entrará a robar su casa y alegremente decide no hacer nada y salir igual de viajes, es un irresponsable total.

Nadie, sensatamente, esperará que se consume el hecho para hacer la denuncia después, sino que evitará que se concrete el daño mayor.

De eso estamos hablando.

Cuando la Presidenta confirmó la fecha de su viaje a China, luego de meses de esfuerzo diplomático del gobierno, un murmullo proveniente de sus antípodas señaló que en el tablero de control de los destituyentes marcaron esa fecha como el comienzo de la operación final que llevaría a Julio Cleto Cobos a tomar decisiones antagónicas con el rumbo de gobierno impreso por Cristina.

Quizás lo haría citando una frase que aunque la opereta se frustró, la aprovechó igual por quedar pegada en el borrador del comunicado que emitiría desde su despacho senatorial: “No realicé ni realizaré ninguna acción fuera del rol que me asigna la Constitución. A ella le debo lealtad y por ella juré hacer observar fielmente la misma. Sólo traté de encontrar soluciones a problemas que yo no generé”

Como un remedo del golpe “constitucionalista” de Honduras, justificaría así el golpe parlamentario de la oposición de derecha, en ausencia de Cristina.

Cobos, que mucho sabe de deslealtades, no pudo evitar la fuga informativa y eso posibilitó que las sospechas, que eran fruto de análisis políticos y previsiones oficialistas, trocaran por certezas sobre la operación destituyente en marcha.

Siempre hay algún testigo contra los traidores. Aunque no lo sepan.

Pero, mal que les pese, no hay traición capaz de frenar a un país que sigue avanzando a paso redoblado.


Jorge Giles. El Argentino. 21 de enero de 2010.

lunes, 18 de enero de 2010

La dimensión real de la sublevación conservadora

PANORAMA POLÍTICO

Para tener una dimensión objetiva y actualizada de la sublevación conspirativa de Martín Redrado, bastaría con recordar que empezó con un gran despliegue de apoyo político y mediático y termina como está terminando, con el solitario y grotesco acompañamiento de Raúl Castells y sus huestes.

“De la gloria a Devoto”, como dice el refrán popular.

Las propias declaraciones del ex presidente del Banco Central autoreferenciándose como un hombre duro, resaltando que es “más fuerte de lo que parece”, expresan un desorden de identidad personal severo, antes que un auto de fe republicano.

La oposición que lo acompañó en su motín usurpador, particularmente Julio Cobos y otros dirigentes políticos, con el sostén delivery de la jueza Sarmiento, según la calificó la Presidenta, volvió a mostrarse como un rejuntado de bárbaros arremetiendo contra la fortaleza del gobierno, con un empuje inicial brioso y estridente para desgajarse a medida que transcurrían los días, con deserciones y peleas intestinas entre la UCR, Carrió, Macri, la progresía aliada y el pejotismo disidente.

Todos contra todos.

Está en la naturaleza de los opositores amigarse y pelearse al mismo tiempo, según la fiereza de las dentelladas que lanzan contra el gobierno y de paso, contra los intereses de la sociedad.

Si a esta situación le agregamos el levantamiento del embargo por parte del juez Griesa de los EE.UU.y el aislamiento casi total de Redrado en el Directorio del BCRA, se hace nítida la franca debilidad política de la conspiración.

Su permanencia sólo es comprensible por el entramado de poder que estuvo y está moviéndose en estos días alrededor de la asonada antidemocrática.

No habrá que bajar la guardia más allá del probable desenlace final y aunque este episodio ponga de manifiesto que la iniciativa política continúa favoreciendo al frente gobernante hoy en la Argentina; la oposición sólo tira manotazos al aire y retrocede hasta la retaguardia del poder real.

Es decir, retrocede hasta el poder del monopolio mediático y sus ramificaciones en la justicia, en el Parlamento, en la política.

Repasemos. Fue la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner la que impulsó el Fondo del Bicentenario en la voluntad de garantizar el frente externo y a la vez, impulsar las inversiones necesarias para seguir sosteniendo un camino de crecimiento sostenible.

Y fue la oposición la que se colgó del fondillo de los pantalones de Martín Redrado, como lo hiciera antes con Julio Cobos, para resistir y quebrar la defensa y profundización del modelo de desarrollo inclusivo.

Es tan débil la oposición en términos de responsabilidad institucional y de creatividad e imaginación política, que su principal signo de vitalidad se expresa por sumar a sus filas los restos que abandona el oficialismo en su travesía de cambios.

¿O acaso Cobos y Redrado no representan parte de esos restos?

Ante la embestida conservadora, el gobierno mantuvo templanza y firmeza en su proceder. Y esta actitud del oficialismo es la que perturba a los analistas que responden a los centros de poder y confunde a más de un intelectual prestigioso del sistema dominante en el último cuarto de siglo.

Es el caso de Guillermo O’Donnell, que en su despliegue académico por Clarín y por TN, enrostró “autoritarismo” al proyecto político liderado por Cristina y Néstor Kirchner, olvidando groseramente la actual profundización de la democracia a niveles que no conocíamos, posibilitada por las medidas contundentes tomadas en el plano social.

La Asignación Universal por Hijo es a la pobreza y a la indigencia lo que la ley de Medios de Comunicación es al estigma del mismo monopolio mediático que promocionó con bombos y platillos la palabra del afamado politólogo.

La democracia se “crispa” cada vez que gobierna un elenco que expresa genuinamente un proyecto de país.

Cuando no es así y las gestiones gubernamentales se fagocitan y suceden a sí mismas como variaciones en fa menor, en una misma nota del pentagrama, todo conflicto se desvanece pronto y en consecuencia, habría “clima de negocios” y seríamos felices y los que pueden, comerían perdices y los que no, se embromarían.

La gestión de gobierno instalada el 25 de Mayo de 2003 con Néstor Kirchner y continuada por Cristina desde fines del 2007, está expresando una irrupción novedosa en la democracia argentina que rompe con la siesta acomodaticia de todos los factores implicados en esta etapa, toda vez que: 1) expresa un proyecto y un modelo de país inspirado en la historia nacional y popular; 2) no acepta el dominio de las presuntas formas republicanas sobre el contenido del proyecto de sociedad inclusiva que expresa; 3) muestra plasticidad, flexibilidad y madurez para enfrentar situaciones complejas, pero sin renunciar a la esencia del proyecto que representa.
Rompe los códigos de la “buena conducta” o lo “políticamente correcto” como usualmente se dice.

Creemos que son útiles y necesarias estas consideraciones políticas y conceptuales para intentar explicarnos las diversas y controvertidas conductas que están puestas de manifiesto en la coyuntura.

No hay posicionamientos sin historia ni raíces. Todo se remite al subsuelo de algún relato histórico. Aunque, incluso, no lo sepan los mismos protagonistas.

En la semana que termina es posible advertir el agotamiento precoz de la embestida conservadora. Y es nuevamente ratificada la inconmovible voluntad de sostener contra viento y marea el modelo gobernante por parte de sus actores principales. Empezando por la Presidenta y siguiendo por sus huestes en el Congreso de la Nación.

El tejerazo legislativo de la oposición y el relato conservador pierden consistencia aceleradamente; ello no ocurre por gracia propia ni por impericia.

La razón quizá está en que hay un relato de la realidad objetiva, con aciertos y errores, que está descorriendo todos los anacrónicos cortinados de antiguas sumisiones para continuar profundizando la democracia de los argentinos.



Jorge Giles. Miradas al Sur. 17 de enero de 2010

domingo, 17 de enero de 2010

Con el dolor en Haití y el voto en Chile

Haití es la residencia del dolor humano.

Hace una eternidad que es así.

Alguien dijo: “Seguro que Dios nunca pasó por Haití”.

La primera y única revolución negra del continente. La primera patria de América.
El grito inaugural de nuestra libertad se acunó bajo su cielo y es la empobrecida Haití la que no termina de vivir y de morir con esta tragedia mayor.

Las dictaduras la dejaron así.

La esclavizaron de miseria. Borraron su memoria.

Y este dolor que no para de sangrar entre sus escombros.

Que la solidaridad argentina y la de toda América latina la alivie en algo.

Habrá que ayudar después a reconstruir un pueblo que debería ser patrimonio humano universal.

Aquí en el sur, el pinochetismo golpeará las puertas de la democracia chilena para volver a entrar.

Igual que ocurre en nuestra Argentina con los buitres de afuera y de adentro que en esta primera quincena del año avisaron su presencia.

Merodean por aquí y por allá en el vano intento de impedir el paso de una patria para todos.

Nadie de la oposición arrima una propuesta, una idea, un aliento.

Viven enojados con la vida. Con ellos mismos y con todo lo que los rodea.

No habrá que esperar más que piedras de ese lado.

Pero pese a ellos, el pueblo no está solo esta vez.

El año lo encontró acompañado por una Presidenta que “no afloja ni bajo el agua”.
Y esa actitud conmueve.

Tanto traidor, tanto incapaz en el timón de los gobiernos que precedieron al de Néstor Kirchner, resalta en la noche de la historia semejante coraje.

Mucho más si, como ahora, tiene perfume de mujer.

No es un detalle menor.

En tanto hoy, la vida pasará con su canasta de angustias y esperanzas, de dolores y alegrías.

El recambio de la mitad de enero bate otro record en turismo nacional.

El consumo interno sigue en alza.

El odio irracional de la derecha opositora y sus aliados de la progresía contra el gobierno nacional y popular también sigue en alza.

Martín Redrado se asumió como destituyente y usurpador de bancos y por lo tanto seguirá atrincherado en el Banco Central un par de días más.

Los menemistas de viejo y nuevo cuño practican sus viejas costumbres de hacer declaraciones estridentes desde una carpa vip en Pinamar o en un Resort de Miami.
Las familias humildes ya cuentan con las tarjetas bancarias para seguir cobrando mes a mes los 180 pesos por cada hijo en concepto de la Asignación Universal.

Raúl Castells prepara un nuevo show mediático en solidaridad con Redrado.

Elisa Carrió pronosticará un nuevo cataclismo.

Julio Cobos es candidato a recibir el negativo premio a la traición.

Y la vida seguirá su curso.

Pero es preciso saber que hay necesidad de bajar de las tribunas, de meternos de lleno en el campo de juego, de participar como se pueda y se deba en esta instancia histórica.

La mejor respuesta a las pálidas que nos tiran por la tele, los diarios y la radio, es este orgullo de sentirnos un mismo pueblo, una misma comunidad, es preguntarles a los politiqueros de siempre qué corno hicieron cuando fueron gobierno, no dudar en interpelar a los sabelotodos que recetan la entrada al paraíso mientras esconden las llaves del infierno donde nos dejaron en el 2001 y el 2002.

Hoy se vota en Chile, allí donde decía el Presidente Salvador Allende, dos años antes de su martirio heroico:
“América Latina tiene la oportunidad de estar presente en el momento que el mundo cruje. Cruje en lo económico. Cruje en lo moral. Cruje en lo político. De ahí entonces que las reservas de este continente tendrán que pesarse cuando los pueblos alcancen la posibilidad de intervenir. Cuando los pueblos lleguen al gobierno.

Cuando hayan arrasado con las viejas oligarquías cómplices del imperialismo. Y cuando, indiscutiblemente, haya una voz de América Latina, de pueblo continente, como lo soñaron los próceres de nuestra independencia”

En esos caminos andamos, eterno Salvador de las Américas.


Jorge Giles. El Argentino. 17 de enero de 2010

viernes, 15 de enero de 2010

LA SOLIDARIDAD VS LA CONSPIRACIÓN


Con la Presidenta de la Nación acompañando la partida de los tripulantes y pasajeros del avión Hércules que lleva ayuda a la sufrida Haití, la solidaridad natural de los argentinos desplegó toda su grandeza ante la miseria ruin expresada durante los últimos días por los sectores de la oposición conspirativa.

Al finalizar la semana, se extiende la sensación de que la suerte está echada para el motín ejecutado por Martín Redrado en el Banco Central y que contó con la ayuda y complicidad del monopolio mediático, de Julio Cobos, de una jueza, de la oposición de derecha y sus laderos de la progresía.

Distintos sectores políticos, no precisamente oficialistas, le soltaron la mano al ángel rubio de las finanzas. Sólo lo apoya Macri.

Pero el golpe letal para sus ambiciones se lo dio el propio Directorio del Banco Central que en reunión ordinaria, le quitó los poderes a Redrado en su falso rol de “presidente” de la entidad.

El levantamiento del embargo, por parte de un juez de los EE.UU., sobre un pequeño monto de nuestras reservas monetarias, quitó el dique de contención que habían tratado de imponer desde afuera y adentro del país al constante crecimiento de todos los índices de nuestra economía.

Al conocerse la noticia, la bolsa trepó a valores muy altos y el riesgo país cayó bruscamente, en una clara demostración de confianza en la Argentina.

Mientras tanto, se conocieron los datos que difunde regularmente la Universidad Di Tella indicando que el Índice de Confianza de los Consumidores (ICC) se elevó 13,3 % en enero lo que implica un 10,3 % superior al índice registrado el año anterior; en el Gran Buenos Aires y el interior del país el incremento del ICC fue del 16,4 y 10 % respectivamente; el mismo estudio señala que el rubro Expectativas Macroeconómicas aumentó 11,8 %; el subíndice relacionado con la Situación Personal creció 8% y la predisposición para la compra de bienes Durables e Inmuebles fue del 25,4 %.

¿Nos damos un gusto y lo decimos de nuevo? ¡25,4 %!

Estos datos de la economía real de los argentinos confirman el excelente clima que existía al momento de la conspiración y desmienten a los malandras del pesimismo malicioso.

Lo vivido en esta semana intensa nos lleva a la conclusión que si bien fue un motín frustrado, no fue del todo una asonada inútil.

Hemos aprendido que esa derecha con terminal en los monopolios mediáticos y en los fondos buitres, no tiene vocación constructiva pero sí capacidad de daño.

Capaces de atrasar todos los relojes, amenazan con volver al corralito, a los ajustes y a la sumisión al FMI como lo hicieron cada vez que fueron gobierno.

Ojo al piojo. Tengamos la memoria siempre a mano, en la cartera de la dama y el
bolsillo del caballero.

Atrás de las trincheras que cavaron con las banderas de la “independencia” del BCRA y “no toquen las reservas”, se esconde la concepción de Cavallo y del abuelo de Federico Pinedo; aquel Pinedo que fundó el Banco con la participación de banqueros privados y extranjeros, inaugurando las primeras “relaciones carnales” del siglo XX.

Es para festejar que el tejerazo legislativo que pretendieron realizar en el Parlamento, en auxilio de esta asonada neoliberal, también haya sucumbido ante la firmeza de los bloques presididos por el senador Picheto y el diputado Rossi.

La conspiración ha sido derrotada parcialmente por que el primer amotinado, Julio Cobos, continúa usurpando ese lugar que le pertenece al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y no a la oposición que él intenta liderar.

Seguramente correrá la misma suerte que Redrado con el Directorio.

¿No tienen un mínimo de vergüenza republicana, de valor democrático, de hombría de bien, para no seguir usurpando un lugar que no les pertenece y del que los echan públicamente todos los días desde la oposición y desde el gobierno?

Estos son los “republicanos de pura cepa” que ante la primera oportunidad, como diría Serrat, van a cagar a las instituciones de la república.




Jorge Giles. El Argentino. 15 de enero de 2010.

jueves, 14 de enero de 2010

LOS BUITRES VUELAN SOBRE NUESTRAS CABEZAS

Cuando ayer un diputado de la oposición reclamó a los gritos en el Parlamento “que el gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner permita que el FMI ingrese nuevamente al país para auditar la economía nacional”, una lágrima de vergüenza ajena corrió por las mejillas de los que, con aciertos y errores, seguimos siendo consecuentes con los intereses del pueblo y la nación.

La revelación que expresan las palabras de los legisladores opositores, demuestra que los buitres no están solamente en los fondos apátridas, sino que tienen su nido al lado de nuestras casas.

Los opositores, en su fundamentalismo antioficialista, desnudan como nunca la perversidad de sus conductas.

Se declaran contrarios a la judicialización de la política y son ellos los que corren a refugiarse en las faldas de una jueza cuando de oponerse al gobierno se trata.

Se autoreferencian como “alternativas superadoras al oficialismo” y hacen base en las conductas desleales, fisgonas, felonas de personajes sombríos como Redrado y Cobos.

Se presentan, como Pinedo, a la justicia para apelar contra el gobierno y a renglón seguido, recusan a esa misma justicia.

Se propagandizan como responsables a ultranza de nuestra economía y son los que declararon el default y establecieron antes el “corralito” y luego el “corralón”.
Como dice Cristina, estos buitres son más peligrosos que los de afuera.

El daño que al país están haciendo, encabezados por Cobos y Redrado, no tiene parangón con los eventuales daños de los buitres extranjeros y sus jueces afines.

Esta oposición es heredera del pacto Roca-Runciman, ese que nos vendió al extranjero cual si fuésemos “una nueva perla de la corona inglesa” como se vanagloriaban los conservadores.

El país inclusivo siempre perdió cuando sus gobernantes agacharon la testa ante los poderosos. El ciudadano de a pie perdió.

Y es esto lo que hoy no viene pasando. Por eso están crispados.

Si todos los dirigentes de la política argentina tiraran del carro nacional por el mismo camino de autonomía y de justicia social, otro gallo cantaría.

Pero resulta que el enemigo duerme en nuestro mismo granero.

¿Por qué la oposición se mete a trabar una decisión constitucional de la Presidenta de la Nación de echar a un funcionario designado por ella misma?

¿Por qué la oposición se reúne con el juez de los EE.UU., Griesa, para pedir que embarguen las reservas, es decir los ahorros, de los argentinos?

¿Por qué la oposición judicializa la política cada vez que el gobierno elegido por el voto popular toma una decisión?

¿Por qué la oposición traba una ley del Poder Ejecutivo que ni bien tomada logra como efecto inmediato la baja de la tasa del riesgo país, la apertura de nuevos mercados para vender nuestros productos, la rebaja sustancial de las tasas de interés por el pago a la deuda?

¿Por qué la oposición se abroquela en la defensa de los fondos buitres que buscan saquear nuevamente la Argentina?

“Seremos respetables a las naciones extranjeras, no por riquezas, que excitarían su codicia; no por la opulencia del territorio, que provocaría su ambición; no por el número de tropas, que en muchos años no podrán igualar las de la Europa; lo seremos solamente cuando renazcan entre nosotros las virtudes de un pueblo sobrio y laborioso; cuando el amor a la patria sea una virtud común, y eleve nuestras almas a ese grado de energía, que atropella las dificultades, y desprecia los peligros.”


Estas palabras no las pronunció un legislador del oficialismo, en defensa de las legítimas decisiones adoptadas por la Presidenta de la Nación.

Las dijo Mariano Moreno el 2 de Noviembre de 1810.

Esta disputa viene desde el fondo de la historia. No es nueva.

Se corresponde con la añeja disputa entre un modelo de país soberano, con desarrollo productivo, inclusivo, diversificado y el otro modelo de país atado a la dependencia, agro exportador, de monocultivo, sin desarrollo industrial, exclusivo.
Es una disputa inconclusa.

Pero esta vez, llevamos las de ganar.



Jorge Giles. El Argentino. 14 de enero de 2010.

miércoles, 13 de enero de 2010

DURMIENDO CON EL ENEMIGO

Algo bueno: la democracia ya no oculta a los enemigos del desarrollo que operan cama adentro.

Allí están Cobos y Redrado para comprobarlo.

Mientras, la batalla por la legalidad y legitimidad de las decisiones presidenciales, sigue su curso parlamentario, judicial y mediático.

Todos son cursos cruzados por la política y sus maniobras no siempre santas.

En el entretanto van apareciendo en la superficie argumentos, de un lado y del otro, que eventualmente podrían ayudar a entender mejor las posiciones en pugna.

El neoliberalismo promotor del Consenso de Washington liquidó al Estado y puso al mercado a regular la economía.

Esto fue así en todo el mundo en la década de los noventa y hasta bien entrado el siglo XXI.

En simultáneo descentralizó la educación y la salud y centralizó en sus manos los Bancos Centrales y sus respectivas reservas monetarias envueltos en la bandera de la “independencia absoluta” de esos templos monetarios.

Alguien que le informe a la senadora Duhalde, que la proclamada “independencia” que ella abraza cual cruzada opositora, es un invento mayor del neoliberalismo, por que cuando gobernó Perón este país, el Banco Central estuvo orientado a promover, estimular y apoyar el desarrollo económico y social de la nación.

Le recomendaríamos incluso que se instruya en la ley que regía el Central a partir del gobierno de Héctor Cámpora. Comprobaría que eso era el peronismo en su estado natural, mientras que la nueva causa opositora es apenas un remedo a destiempo de la doctrina Fukuyama.

Por eso mismo, el rol y la institucionalidad de los Bancos Centrales están en discusión en todos los países del mundo.

Las paredes de esos Bancos tienen grietas por todos lados desde que saltó por los aires la crisis internacional originada en el mismísimo centro financiero de Wall Street.

Ayer, el economista brasileño Luiz Carlos Bresser-Pereira, miembro de la prestigiosa Fundación Getulio Vargas y ex ministro de Economía de su país, de mirada heterodoxa, fustigó duramente a la oposición argentina de derecha y de izquierda que ataca al gobierno de la Presidenta Fernández de Kirchner y consideró que son parte de una vasta maniobra política que intenta imponer la dictadura de los “técnicos” de los Bancos Centrales para boicotear el desarrollo económico, como sucede hoy en la Argentina.

En su análisis, afirma que es antidemocrático sostener el principio de independencia del Central como si fuera un valor superlativo que está por encima de las mismas instituciones democráticas y lo que es más grave, por sobre una decisión legítima de política fiscal y económica del Poder Ejecutivo.

Bresser-Pereira concluye que esta situación la creó pura y exclusivamente la oposición argentina, principalmente esa derecha que jamás digirió que los Kirchner hayan reducido la deuda externa y se hayan desprendido soberanamente del agobio del FMI.

En las antípodas de esta mirada, el diario Clarín publicó un extenso análisis del politólogo argentino Guillermo O’ Donell, en la que da letra académica a las posiciones más antidemocráticas sostenidas por los principales actores de la conspiración en marcha.

Se olvida el politólogo que esta gestión de gobierno se caracterizó por llevar al Parlamento las medidas que instrumentaron los cambios estructurales más trascendentes de esta gestión. Y cuando le tocó perder por la deslealtad de Cobos, no arrojó el resultado por la ventana sino que lo cumplió democráticamente.

Se olvida que es el gobierno que menos DNU firmó en la historia democrática.

Y se olvida que las medidas sociales, como la reestructuración del sistema jubilatorio y la Asignación universal por Hijo, más leyes de la importancia de la Ley de Medios, van en dirección a una mayor profundización de la democracia y no hacia ningún autoritarismo.

Qué lástima semejante olvido, por que el peligro autoritario reside justamente en el domicilio del diario donde escribió su artículo.



Jorge Giles. El Argentino, 13 de enero de 2010

martes, 12 de enero de 2010

¿Qué se disputa hoy en la Argentina?

Tómelo con calma, pero es nuestra responsabilidad decirle que está en disputa el poder en la Argentina.

Tranquilos, no caerá nada de su lugar, no habrá corridas de ningún tipo, ni podrán pasar la raya de la democracia.

Pero algunos sectores están conspirando para poder hacerlo.

Use su propia linterna cuando oscurece la pantalla de la tele y verá con toda claridad que no se juega la suerte del gobierno de turno, sino la suerte personal y colectiva de todos los argentinos.

Es la democracia o el viejo autoritarismo.

Es la soberanía popular o la dictadura del poder económico.

O triunfan aquellos que cuando gobiernan tiran el carro con los melones al precipicio o lo hacen quienes se esfuerzan por llevar el carro con la cosecha hasta el mercado de frutos.

Es así de sencillo. Y de dramático.

Hay que aprovechar la conspiración de los conservadores para crear doctrina y hacer un poco de historia en el Año del Bicentenario. Están en juego varios conceptos que resultan vitales para la salud de una sociedad democrática y sería de mucha pereza intelectual perdernos en el laberinto del minuto a minuto en lugar de profundizar sobre lo que realmente se discute y se disputa en la Argentina.

Y se está disputando poder. Ni más ni menos.

Prueba de ello es el alzamiento destituyente de Cobos, Redrado, la jueza, los opositores parlamentarios, el monopolio mediático de Clarín, La Nación y otros medios afines contra las legítimas medidas que ejerce constitucionalmente la Presidenta.

La discusión acerca de dónde reside el poder en la sociedad, tiene más edad que los 200 años de la patria.

Pero ocurre que la democracia es mucho más joven que la patria. Y entonces se producen estos disloques donde una Carta orgánica bancaria parece más importante que la Constitución Nacional y una jueza administra justicia exclusivamente para el poder económico, como en la etapa virreinal, y se lo niega al poder democrático que reside en la autoridad presidencial que eligió la sociedad.

Así, este gobierno elegido democráticamente y que posibilitó que los argentinos hoy dispongan de 48.000 millones de reservas, recibe cátedras de los que endeudaron y vaciaron el país cuando fueron gobierno.

Desvergonzados e inmorales, es decirles poco.

Cristina quiere que esas reservas garanticen el Fondo del Bicentenario para demostrar que este país ya no está en el infierno del 2001 y 2002.

Los opositores, en cambio, quieren contraer más deudas afuera y que para pagarlas sean usadas las partidas presupuestarias que hoy van a salud, a educación, a fuentes de empleo, a desarrollo productivo, a consumo interno.

Le decían “ajuste” ¿se acuerda?

Ya en los albores de la patria, Mariano Moreno advertía sobre estas mismas cuestiones. En la Representación de los Hacendados y sobre la pretensión de algunos colonialistas de tomar un préstamo a una tasa usuraria del 12 % anual, decía: “Si no se tienen suficientes ingresos para responder, nada se aventaja con su hipoteca, pues los prestamistas desconfiarán justamente. Si sus fondos se consideran bastantes, háganse cargo de aliviar directamente los apuros…un doce por ciento de premio sobre capitales asegurados dice muy mal con el elevado celo que prefiere la pérdida de la tierra a un remoto peligro de que la herética pravedad la contagie”
Estos mismos desvelos son los que manifestó la Presidenta cuando ayer dijo que “la especulación financiera es un gran negocio para algunos sectores minoritarios”
La conspiración televisada refleja la imagen de un poder de representación repartido entre impares absolutos: la Presidenta es la expresión de la soberanía popular, ¿pero quién lo votó a Redrado, a Clarín, a la jueza?

Nadie, pero se alzan descaradamente contra un mandato presidencial.

Cobos, sí que fue votado por aquellos que lo mandataron para cuidarle las espaldas a la Presidenta. Y terminó apuñalándola y con ella a todos sus votantes.

Que no sigan avanzando.

Esta democracia es joven, pero no es tonta.


Jorge Giles.El Argentino. 12 de enero de 2010.

lunes, 11 de enero de 2010

EL GRITO DE SANTA TERESITA

La historia ya no juega a las escondidas.

Quiere celebrar el Bicentenario de la patria tirando la casa por la ventana.
Casi a todo o nada.

Habrá fiesta popular en las calles.

O desfile conservador de carrozas de oro en el Rosedal.

Pareciera que con un dedo singular, la historia traza una raya divisoria sobre la piel curtida del relato argentino y nos pregunta nuevamente “¿De qué lado estas?”
Las opciones vuelven a ser solamente dos.

O la restauración conservadora.

O el proyecto nacional, popular y progresista.

Néstor Kirchner acaba de denunciar la existencia de una gran conspiración contra el modelo de país en marcha.

En las tanquetas de papel de los conspiradores viajan los dueños del monopolio Clarín y sus repetidoras, Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble, el usurpador Julio Cobos, radicales aliancistas de De la Rúa, pejotistas de derecha, ex progresistas descarriados, corporaciones empresarias muy poderosas.

Son muchos y variados los personajes que, a falta de blindados con orugas, disparan sus municiones de tinta miserable y desánimo fatal.

El Grito de Santa Teresita, protagonizado por Kirchner, fue la advertencia pedagógica sobre lo que viene sucediendo en el país.

Ya nadie puede mirar para el costado cuando se juega el destino colectivo y personal de cada ciudadano.

Ese Kirchner que allí habló, contra lo que difaman los medios del monopolio y sus alcahuetes políticos, pensó una y mil veces si decirlo o no.

¿Para qué alarmar a una sociedad que trabaja tranquila o está de vacaciones?

Tomó la decisión de pegar el grito de alerta cuando entendió que la conspiración no es sólo contra el gobierno de Cristina ni contra el PJ ni el progresismo del frente gobernante, sino contra el pueblo argentino que vuelve a recuperar el empleo, la producción, el consumo interno, la asignación universal por hijo, las jubilaciones dignas, los derechos humanos.

La declamada y falsa “defensa de las reservas monetarias” es apenas la expresión de la resistencia conservadora a la construcción de un país soberano y con justicia social.

Los que fundieron al país son ahora los embanderados de la independencia absoluta del Banco Central, porque lo conciben del mismo modo que lo concibió Cavallo en tiempos de Menem y De la Rúa. Como el templo sagrado de una nación privatizada.
Así quedamos.

Pero, mal que les pese, las reservas deben estar al servicio soberano del país.
Cuando asumió Kirchner la presidencia, le dejaron en la caja 8.000 millones y en las plazas del pueblo, una treintena de compatriotas muertos.

Hipócritas y miserables, son ellos los que ahora se presentan con piel de corderos cual eficientes defensores de nuestros ahorros.

Siguen sosteniendo que la economía, por ser de una presunta categoría superior, debe manejar la política y no su contrario, como viene sucediendo en los últimos seis años.

Es parte del meollo de esta disputa.

Claro, esta vez no hay rendición ni pacto espurio con los poderosos.

La batalla cultural no se toma vacaciones, mientras la historia galopa entre nosotros, construyendo un nuevo sujeto político de cambio.

Debieran haberlo aprendido aquellos que hoy pretenden revolver un río que es manso pero no es débil.

Esos enemigos del desarrollo de la historia están nerviosos y confundidos.

Si así no fuese, nadie entendería la razón que los asiste en estas horas.

Lanzan manotazos enceguecidos, peleando contra sus propias sombras. Sienten que esta vez tienen enfrente una mujer que es coraje y decisión, pero también gestión e inteligencia.

Que sea progresista, vaya y pase.

Pero que sea peronista y progresista y encima con superávit fiscal y comercial, es demasiado para soportarlo.

Podrán refugiarse unas horas en las faldas de una jueza que es capaz de parecerse al correcaminos y luego a la tortuga Manuelita, según convenga a los conspiradores.

La historia ha empezado a andar y ya nada ni nadie la podrá detener.

Es mejor que se acostumbren. Sólo habrá fiesta popular en este Bicentenario.


Jorge Giles. El Argentino. 11 de enero de 2010

domingo, 10 de enero de 2010

PANORAMA POLÍTICO

CUANDO LA POLÍTICA CONDUCE LA ECONOMÍA

LA VIEJA CHIRINADA REDRADO: EL VIEJO ORDEN AÚN SE RESISTE

Para entender lo que pasa, empecemos por decir que la historia galopa entre nosotros, construyendo un nuevo sujeto político de cambio al que algunos llaman Kirchnerismo.

La chirinada de Redrado, apoyada por los monopolios mediáticos, una jueza y los opositores que les responden obedientemente, volvió a poner al desnudo la confrontación histórica entre dos modelos de país.

Desde la fortaleza de su gestión, el gobierno, que a la hora de tomar decisiones drásticas moja sus patas en lo mejor de la épica nacional y popular, actúa con responsabilidad democrática y en el mismo sentido de los vientos de cambio que soplan en América latina.

La profundización del modelo de desarrollo económico diversificado, se metió con la vaca sagrada del monetarismo neoliberal. Y tal osadía, provoca estas resistencias.
La derecha conservadora resiste desesperadamente, apelando a lo peor de su prontuario. Mueve sus resortes a diestra y siniestra y se vale del poder de fuego acumulado en el ámbito legislativo, en el judicial y en líneas internas del propio ejecutivo. La traición de Cobos y Redrado son un botón de muestra.

¿En qué plano está ubicada esta situación política, más allá del ritmo vertiginoso y las idas y vueltas de las circunstancias?

Intentemos una aproximación.

El mundo en llamas por la crisis internacional más grave en cien años, y en particular las principales potencias capitalistas, usaron sus reservas monetarias cuantas veces fue necesario para salvarse del derrumbe total.

Salvaron el sistema bancario y financiero, contradiciendo el Consenso de Washington que estigmatizaba cualquier intervención del Estado en asuntos que le son propios al mercado.

Los que aquí se rasgan las vestiduras, aplaudieron cuando Bush, Obama y la Reserva Federal de los EE.UU. echaron mano al tesoro para socorrer la banca privada del país del norte.

En ese mundo, el vaciamiento de las cajas del Estado fue acompañado por la perdida brutal y masiva de empleos y caída abrupta de su producción interna y el freno violento de sus bienes transables en el comercio internacional.

Al sur del mismo continente, la economía argentina aguantó de pie semejante desplome mundial, aumentó sus reservas monetarias, sostuvo el nivel de empleos mientras discutía aumentos salariales en convenciones colectivas, eliminó el perverso mercado de las AFJP y recuperó para el Estado la administración del ahorro de los trabajadores, otorgó la Asignación universal por hijo, dispuso de una suma fija para jubilados y pensionados, construyó caminos, puentes, gasoductos, escuelas y hospitales en el mayor plan de obras públicas de la historia argentina, sancionó la nueva ley de medios de comunicación de la democracia y afrontó dignamente todos sus compromisos externos, sin necesidad de arrodillarse ante el FMI, como era de uso y costumbre hasta el día que asumió la presidencia Néstor Kirchner.

En este plano hay que entender la resistencia febril del viejo orden conservador.
Disparan contra el gobierno de Cristina para que trastabille este desarrollo económico con creciente inclusión social que hoy vive la Argentina.

Saben lo que hacen y por qué lo hacen.

Nadie debe confundirse: el viejo modelo está en operaciones.

Les resulta intolerable un gobierno popular exitoso. Es un mal ejemplo que desnuda las miserias de la gestión conservadora de la prehistoria política argentina.
Los que fundieron al país son ahora los embanderados de la independencia absoluta del Banco Central, porque conciben a esas reservas como las concibió Cavallo cuando en tiempos de Menem hizo creer que con ellas garantizaba el 1 a 1 de la convertibilidad. Así quedamos.

Las reservas deben estar al servicio del país. Porque cuando fue al revés, los neoliberales de guante blanco saquearon el tesoro nacional.

Además, siguen sosteniendo que la economía debe manejar
la política y no su contrario, como sucede en los últimos seis años.

Ese es el meollo de esta disputa.

Los conservadores pretenden que las reservas acumuladas por este gobierno, sean utilizadas a futuro, exclusivamente en función de sus poderosos intereses económicos. Si llegaran a triunfar con Cobos o con cualquier otro candidato en el 2011, de 50.000 millones de dólares que seguramente recibirán, las reservas descenderán en caída libre hasta besar la lona de un nuevo fracaso nacional.

¿Quiénes sufrirán este hipotético derrumbe?

Las clases medias y los trabajadores, en primerísimo lugar.

Un párrafo especial merece cierta dirigencia de la progresía, como la que lidera Solanas, que actúa de infantería a destajo en las huestes de la derecha resistente. Es lamentable, pero como si hubiesen olvidado repentinamente sus propios orígenes, omiten una razón histórica esencial para saber dónde se está parado en cada coyuntura histórica. Y esa razón no es otra que la disputa entre dos proyectos de país distintos, entre los intereses nacionales y populares y los intereses de las minorías del poder.

Resulta que para afuera alaban a Evo Morales y adentro piensan como los neoliberales y actúan al servicio de Clarín.

Esa progresía también se quedó en los noventa, con el agravante que hoy se mimetizan con los “pejotistas” que combatieron en esos años de entrega de la soberanía y empobrecimiento extremo.

Enuncian un planteo falso: “ni el pejota ni la ucr, una tercera fuerza progresista”.
¿No entendieron que en el 2001 estalló el viejo sistema de partidos tradicionales?
La divisoria de aguas es entre proyectos de país y no entre partidos que ya no existen.

En la Argentina hay un nuevo escenario desde que un proyecto transformador, que defiende los intereses de la nación y el pueblo, compuesto por peronistas (PJ y no PJ), radicales, intransigentes, humanistas, el frente grande, los movimientos sociales, pensadores nacionales, artistas populares, organismos de derechos humanos, el movimiento obrero, conforman decididamente una nueva épica nacional.

La batalla cultural no se toma vacaciones.

Debieran recordarlo, los que hoy pretenden revolver un rio que es manso pero no débil.


Jorge Giles. Miradas al Sur. 10 de enero de 2010.

EPITAFIO PARA LOS LADRONES DE GUANTE BLANCO

Se robaron el país cuantas veces pudieron.

Esos señores de sonrisa fácil, trajes a rayas bien marcadas, anillos de oro con sus iniciales de piedra incrustadas, perfume francés del que no se consigue sino en París, o en su defecto, a la vuelta del toro de Wall Street.

Cada vez que asaltaron la democracia, lo hicieron en nombre de la república, contra la chusma, contra el populismo y la demagogia de crear empleo, escuelas y hospitales, jubilaciones dignas, convenciones colectivas.

Nadie podía con ellos. Fueron invencibles a la hora de la espada y el tormento. Expertos en traiciones y deslealtades se pasaron por el forro cuanta promesa hacían en campaña electoral.

“Se me ocurre una idea”, dijo Cavallo a Menem.

No era suya sino de los neoliberales del mundo uníos.

Y siguió con el cuento cuando llegó De la Rúa.

Desde entonces llenaban las arcas del estado para luego vaciarlas a su antojo, una y otra vez. El Banco Central y las reservas monetarias que custodia, dijeron, serían independientes del desarrollo económico del país, independientes del gobierno democrático que osara ir a contramano de los poderosos, independientes de la soberanía nacional, independientes del empleo y la justicia social, independientes de nuestro presente y futuro como sociedad, independientes de la patria.

Esas reservas son del Tío Patilludo, nadie más puede tocarlas.

Esos ladrones de noble apellido que se jactan de ser defensores de nuestros ahorros laboriosos, son los mismos que se robaron nuestros ahorros cuantas veces pudieron.
Acuérdese nomás del 13 % de descuento a los jubilados y a los trabajadores.
Acuérdese nomás de la “revolución productiva” que lanzó misiles contra la industria nacional dejando a cambio escombros.

Acuérdese del “salariazo” que vació nuestros bolsillos.

Pero en estos días de resistencia conservadora, acuérdese de los magros 8.000 millones de dólares que le dejaron a Néstor Kirchner cuando asumió la presidencia en mayo del 2003.

Esos señores no tienen vergüenza. No espere de ellos una muestra gratis de pudor siquiera. Vaciaron las reservas del tesoro nacional pero hoy se travisten de hombre araña custodiando el Banco Central que gracias a este gobierno y el esfuerzo de una sociedad, logró juntar ya 48.000 millones de dólares y sin quitarle un centavo a ningún compatriota.

Por el contrario, se ahorró semejante masa de dinero al mismo tiempo que se construían los caminos y los puentes y las escuelas y los hospitales del más grande plan de obras públicas de la historia argentina, se liquidaba deudas y dependencia con el FMI, se recuperaban 5 millones de empleos, se otorgaba la Asignación Universal por Hijo, se garantizaban jubilaciones dignas administradas por el Estado y no saqueadas por la acción perversa de las AFJP.

Hay más, pero alcanza para cotejar entre modelos de país en pugna. Y para saber quién es quién en esta historia argentina.

El modelo de país altivo y justo que se construye encuentra resistencia a cada paso. Los que no supieron gobernar cuando les tocó el turno, impiden que otros gobiernen exitosamente. Lo dijo Cristina, la Presidenta de los argentinos.

Es importante que nadie se confunda en estas horas de histeria derechista. Y ese patrimonio de la memoria o es de todos o no es de nadie.

Si en el Banco Central están nuestras reservas monetarias para el desarrollo económico y social del país, en la memoria personal y colectiva, está nuestra reserva moral.

Si las usamos bien, no habrá ladrón que nos vuelva a robar el sueño de construir definitivamente una patria donde entremos dignamente todos.

Para ellos habrá un metafórico epitafio que los despida en vida y prosperidad mal ganada.

De nosotros depende. Como fue siempre que se escribió la historia.


Jorge Giles. El Argentino. 10 de enero de 2010

viernes, 8 de enero de 2010

LA CHIRINADA NEOLIBERAL HA FRACASADO

El decreto presidencial puso las cosas en su lugar y Redrado se tiene que ir por la puerta de atrás.

La medida muestra decisión, voluntad política y responsabilidad constitucional.
¿Tenían dudas de ello los que pergeñaron esta chirinada?

El diccionario enseña que “chirinada” significa una asonada inútil, un motín frustrado.

El fallido alzamiento de Redrado y la cadena monopólica, atrincherados en el Banco Central, demuestran la fortaleza del gobierno nacional.

Imagínese si esto hubiese pasado en otro momento político. Crisis y caída vertical de la gobernabilidad, como mínimo.

Fue una nueva versión del regreso de los “muertos vivos” del neoliberalismo.
Mírelos pasar por la pantalla de su televisor, pero siempre tenga la memoria a mano.

Los que fundieron al país, ahora vuelven cual filósofos griegos y probos hombres de economía a dar cátedras sobre el valor de la moneda y la defensa de las reservas.
Son hijos y entenados de la escuela de Martínez de Hoz y Cavallo.

Son los neoliberales de viejo y nuevo cuño.

Deambulan por los estudios del monopolio mediático, los ex menemistas y antiguos y renovados lenguaraces de la Alianza de De la Rúa que dejaron prácticamente vacías las arcas del Banco Central cuando fugaron en helicóptero en diciembre de 2001.
Hablan con una solvencia de gansos, sin el más mínimo pudor por los daños que produjeron a la sociedad argentina.

¿Qué dicen?

“Que las reservas no se tocan”, “que Redrado debe quedarse”, “que la oposición lo apoya”, que bla-bla-bla…

No es que mientan, solamente.

Están defendiendo, por sobre todo, los intereses políticos que representan.
Estamos viviendo un capítulo crucial en el avance y profundización del modelo de desarrollo económico con inclusión social. Esa es la cuestión principal.

El Fondo del Bicentenario es sólo un disparador.

Y los viejos intereses de la derecha nativa, resisten como pueden.

Lo hicieron con Cobos en el tratamiento de la resolución 125 y ahora con Redrado con la excusa de “cuidar” las reservas monetarias.

En esta columna siempre decimos que pretendemos aportar a unir conceptualmente lo que el poder económico y mediático busca desunir, fragmentar, atomizar con sus titulares y editoriales.

En el caso que nos ocupa, insistimos en la necesidad de entender que este tramo de la historia se debe valorar en su totalidad y no por segmentos disociados malintencionadamente.

Así se entiende que el crecimiento de las reservas en apenas 6 años, de 8 mil a 48.000 millones de dólares, es una parte de la política económica, social y laboral del gobierno. Que crezcan las reservas no es fruto de la pericia monetarista de un funcionario aislado, sino de un país que es gobernado por un modelo que se asienta en la recuperación del empleo, en la mayor inclusión social, en la soberanía ejercida en su política internacional, en sus políticas contracíclicas que permitieron enfrentar solventemente la mayor crisis internacional de la historia.
Las reservas sirven, en este marco, como base para defender el valor de la moneda pero principalmente, para defender y estimular el modelo de desarrollo de un país justo.

La posición contraria es la que hoy sostienen los que defienden fanatizada y antidemocráticamente a Redrado y la endiosada “independencia” del Central.
Esa posición nace con el fundamentalismo neoliberal en los noventa.

Al avanzar el modelo que preside Cristina Fernández de Kirchner, lógicamente va encontrando resistencias.

Pareciera que pasa a la ofensiva, pero en verdad el neoliberalismo está resistiendo. Con la inmoral ayuda de una falsa progresía.

Hay que salir por todos los rincones de la patria a decir estas cosas, a reafirmar que el único fanatismo que le cabe a un ciudadano de bien es el de la defensa del empleo, de la salud, de la educación, de la producción, del consumo interno, de la justicia social.

Hay que dar la batalla cultural y democrática hasta las últimas consecuencias.
Es un buen momento para hacerlo, conocernos mejor y elegir de qué lado se está.


Jorge Giles. 8 de enero de 2010.

jueves, 7 de enero de 2010

¿UNA REBELIÓN "CARAPINTADA" EN EL BANCO CENTRAL?

El mismo día que la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, anunció la desclasificación de los archivos de las Fuerzas Armadas durante la larga noche dictatorial de 1976 a 1983 y el ministro de economía, Amado Boudou, resolvió medidas antimonopólicas y elevadas multas a compañías extranjeras, se producía nuevamente un mini golpe mediático de derecha.

¿Una casualidad?

La cadena de medios que responden al monopolio Clarín y sus aliados, hicieron foco en la negativa de Martín Redrado a cumplir con el mandato presidencial de conformar el Fondo del Bicentenario.

Se aferró a su sillón del Banco y desde allí resistió al Gobierno que lo nombró, en compañía de los dirigentes de la oposición que lo visitaron en su despacho.
Fue un nuevo cachetazo a la democracia.

A falta de cuarteles, la derecha golpea las puertas de la Corte Suprema y del Banco Central. Operan en líneas interiores desde el día que usurparon la vicepresidencia del Ejecutivo.

Vamos por parte para entender lo que viene pasando.

1.- Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia en el 2003, preguntó por el monto de las reservas que disponía el Banco Central y le respondieron “8 mil millones de dólares” “¿Nada más?” inquirió Kirchner y recibió un lacónico, pero tajante “Nada más, señor presidente”.

2.- Seis años después, las reservas ascienden a 48 mil millones de dólares. “Esto lo hizo este gobierno con el esfuerzo de gran parte de la sociedad argentina” sintetizó acertadamente el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

3.- Las reservas de las que dispone el país son el producto de su política económica, su política comercial, su capacidad de pago y ahorro interno, su política social y de empleo, es decir, del rumbo estratégico que comanda la Presidenta de la Nación.

4.- Este proyecto político que gobierna desde el 2003 ha saneado las cuentas del país que estaban destrozadas cuando asumió Kirchner y lo hizo sin echar a nadie de su empleo, sin ajustar tarifas ni salarios y sin empobrecer a los jubilados como lo hizo el menemismo y la Alianza.

5.- Este Gobierno trata de liquidar la deuda externa con los acreedores internacionales y no tan sólo de patear para adelante, con el pago eterno de intereses de la deuda.

Se sabe que al FMI y al poder económico financiero más concentrado no les conviene esta actitud autónoma de la Argentina. El endeudamiento es una política central de la dependencia.

6.- El Fondo del Bicentenario es el instrumento que creó el gobierno para garantizar el frente externo, cumpliendo con todos los compromisos del país. Para eso instruyó a distintas áreas del Estado para que, con los excedentes de los intereses generados por la extraordinaria reserva monetaria nacional, se cubra la suma necesaria para afrontar esos compromisos. A cambio, depositaba un bono que se saldaría convenientemente con el Banco Central.

O sea, ni toma de las reservas alegremente ni lo hace gratuitamente.

7.- El presidente del Banco Central es nombrado a propuesta de la presidencia de la nación. No llegó allí porque ganó un concurso público ni porque lo votaron en elecciones democráticas. Por lo tanto, si quien lo confirmó en ese cargo dice que le acepta la renuncia presentada anteriormente, va de suyo, que se tiene que ir.

8.- Alentado por los opositores de derecha que fueron funcionarios de los gobiernos anteriores, Redrado se atrincheró en el Banco cual moderno “carapintada” que sigue la “doctrina Cobos”

9.- Redrado tiene todo el derecho de manifestarse confeso opositor del modelo gobernante. Pero si es así ¿por qué no lo dijo antes y por qué no se fue a su casa?
10.- La oposición es tan irresponsable como cuando gobernaba. No aprendieron nada. En su politiquería, como dijo Boudou, son capaces de generar una crisis institucional, de pretender asestar un golpe al desarrollo económico creciente y mantener en vilo a la sociedad argentina.

Fracasarán nuevamente, pero pobre Argentina si estos personajes vuelven a gobernar.




Jorge Giles. 7 de enero de 2010.

miércoles, 6 de enero de 2010

LA TERNURA DEL PATRIOTISMO

En el Día de Reyes, bien vale que hablemos de estas cosas que nos vienen pasando a los argentinos. Ahí vamos.
El cobro de impuestos, supo ser una causa de guerras y graves conflictos sociales a lo largo de la historia americana.
Tupac Amaru fue el digno jefe de la rebelión de un pueblo contra los tributos indignos que los realistas y sus lacayos nativos querían imponer a la sociedad de la época colonial.
Cuando sucede al revés, es decir, cuando una comunidad sostiene el tesoro de una nación cumpliendo con sus obligaciones tributarias, ¿qué cosa sucede? ¿Cuál es el motivo que posibilita este dato sustancial para la economía de una sociedad?
Son muchas las condiciones que hacen que el pago de los impuestos por parte de los ciudadanos y el consiguiente cobro del Estado, crezcan a niveles óptimos; pero sobresalen tres entre las más importantes:
*El mayor y más eficiente control por parte de los organismos oficiales.
*La mayor actividad interna de un país.
*La sostenida y mayor confianza popular en sus instituciones y en su gobierno.
De tal modo que si no hay control eficiente por parte de la gestión pública de un país, a través de organismos como la AFIP y la Secretaría de Hacienda, poco o nada se podría esperar en los niveles de recaudación impositiva.
Pero aún si los controles fuesen de excelencia, de nada valdrían si la producción y la actividad interna estuviesen por el piso y al borde de la quiebra económica.
Ahora, si los controles fuesen eficientes y la actividad interna creciera, pero la sociedad viviese un estado de desánimo y descreimiento total en el gobierno, como indican Clarín y sus repetidoras, tampoco habría una buena recaudación del erario público.
Señoras y señores, ahora sí, ha llegado el momento de presentarles una nueva prueba del país real de los argentinos: la recaudación impositiva alcanzó un récord histórico en diciembre pasado.
La Argentina puede palpar con la yema de sus dedos las tres condiciones descriptas arriba.
Se creció más de lo programado en la meta presupuestaria anual para el año 2009, con un alza interanual del 19,1 por ciento y una recaudación que en diciembre trepó a los 28.162 millones de pesos. En el total del año los ingresos del ente recaudador crecieron un 13,2 % con una cifra que llegó a los 304.930 millones de pesos.
El Secretario de Hacienda, Juan Pezoa y el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray brindaron su informe a la Presidenta de la Nación admitiendo que estaban listos para ir a festejar aunque esperaban, modestamente, que enero superara, incluso, el récord anunciado.
Nos preocupa resaltar que este tipo de noticias no debiera ser tomado como parte de un milagro o de una casualidad fortuita, ni tampoco anotarla entre las que sólo interesa a economistas o gente de finanzas.
Esta noticia está indicando que su país, el mío, el nuestro, está de pié y creciendo en medio de los escombros de un mundo que se ha caído. Tiene que ver con su trabajo diario y con las perspectivas de un futuro mejor para todos.
No debiera ser borrada de los titulares, sino por el contrario, recordarla cada vez que llueven los bombardeos de pálidas que disparan los monopolios mediáticos y los politiqueros que al no tener nada mejor para decir, hablan de sus egos y narcisismos disfrazados de candidaturas de un solo verano.
En la Gaceta de Buenos Aires del 12 de julio de 1810, hablando de estos mismos temas, escribió Mariano Moreno:
“Causa ternura el patriotismo con que se esfuerza el Pueblo para socorrer al Erario en los gastos precisos para la Expedición de las Provincias interiores. Las clases medianas, los más pobres de la sociedad, son los primeros que se apresuran a porfía a consagrar a la Patria una parte de su escasa fortuna…”
Parafraseando al Che Guevara, el modelo de país inclusivo que está gobernando deberá endurecerse para lograr sus objetivos de desarrollo con justicia social, pero sin perder esa ternura de la que ya nos hablaba Moreno.


Jorge Giles. El Argentino. 6 de enero de 2010

martes, 5 de enero de 2010

¿Los godos siguen entre nosotros?

La Argentina está superando ampliamente la invasión de tristezas que ejecutan los monopolios mediáticos y sus voceros políticos.
Es tal el optimismo fundado que trasluce la sociedad en una gran mayoría, que las buenas noticias se cuelan como duendes mágicos entre los titulares de mala onda que a diario disparan los titulares de Clarín y sus respectivas repetidoras.
Ayer mostramos las incoherencias (aparentes) de las noticias domingueras de algunos medios, tirando pálidas por doquier y en simultáneo, consignando los datos económicos y sociales que indican que el 2010 quizá sea el mejor año para el país y para la vida personal de los ciudadanos en décadas.
Un conjunto de diferentes consultoras lo indican con precisión analítica y científica.
Es inevitable que así suceda; pueden negar la realidad y fabricar su propia realidad virtual de pesimismo, un año, dos, pero no una eternidad.
Ya se parecen a Carrió y sus profecías nunca cumplidas.
La chaqueña de Punta del Este debería cobrarles patente por el uso de su marca apocalíptica.
Lo cierto es que en el Año del Bicentenario, pareciera que todos nos consustanciamos con los festejos de la Patria; la diferencia abismal es que muchos hacen de patriotas y unos pocos de godos y realistas que operan en líneas interiores tratando de bajarnos la moral a los criollos y los nativos de estas tierras.
Es una pena que no hayan aprendido nada.
Como si el espíritu de Malinche fuese más fuerte en ellos que el de Mariano Moreno, Manuel Belgrano o Juan José Castelli.
Ojala reflexionen antes que llegue el sol del 25, ese que ya viene asomando.
Vamos a ayudarlos con algunos datos fresquitos, para que recuperen la autoestima nacional, si es que alguna vez la tuvieron.
*Mar del Plata y sus alrededores están disfrutando de la mejor temporada veraniega de los últimos 5 años. La palabra de moda en esas playas es “éxito”.
*Los empresarios inmobiliarios auguran un récord de ventas y alquiler de inmuebles para el 2010.
*Se produjo en el 2009 una estampida en las ventas de computadoras portátiles y se espera un nuevo récord durante este año.
¿Pero saben lo que más entusiasma a este sano orgullo que sentimos con todo lo que sea argentino? Que las marcas nacionales figuran entre las preferidas por los compradores; no por que sean más económicas, sino por su alta calidad tecnológica.
*Un trabajo reciente de organismos multilaterales indica que el 2010 es el año del fin de la crisis global, que el mundo volverá a crecer y que la Argentina trepará a índices de crecimiento mayores que los índices internacionales.
El gobierno nacional tiene estas cosas para demostrar por cuál camino anda el país.
¿Y los opositores? ¿Qué tienen para mostrar además de sus constantes rencillas internas que ya cansan y aburren por repetidas?
Cobos contra Carrió; Juez contra los radicales; Aguad y Ricardo Alfonsín contra Cobos.
Macri y Duhalde que intentan colarse en la función haciendo de “candidatos del verano”.
Mediocridad por donde se los mire.
Eso sí, son capaces de alcanzar estridentes “triunfos” en todas las conferencias de prensa que brinden. Es su campo de batalla favorito.
En la vereda contraria sucedieron dos movimientos concurrentes que plantan futuro.
Por un lado, la unificación creciente del arco representativo de la izquierda política e institucional que se identifica con el liderazgo de Cristina y Néstor Kirchner y por otro, el lanzamiento de un Frente Campesino muy representativo de los pequeños y medianos productores agrarios, decididos a ser la auténtica voz de los que trabajan la tierra.
Dice Paco Urondo, en su “Mensaje cifrado”:
“Sólo te pido que dejemos este parque, que abandonemos sus municiones, sus reproches, para irnos por ahí, como cascaritas divertidas de pálidos carnavales; hielo y materia del olvido. Porque entre tirones y sufrimientos, la cosa se ha puesto tan fácil, tan fácil, que nadie puede resolver sus entusiasmos, ordenar sus festejos.”
Como en otras encrucijadas, todo depende de nosotros mismos.





Jorge Giles. El Argentino. 5 de enero de 2010.

lunes, 4 de enero de 2010

UN TRIÁNGULO EN LA ARENA

Hoy arrancamos con nuestros Apuntes de Verano.

Mal que les pese a los heraldos de la mala onda, las playas argentinas y las serranías se muestran repletas de turistas. No cabe ni un alfiler.
El consumo interno sigue creciendo mientras una serie de consultoras privadas señala una tendencia creciente y positiva de la imagen de la Presidenta de la Nación, así como de las expectativas favorables de los argentinos respecto al 2010.
Ayer domingo hicimos un descubrimiento que nos dejó con la boca abierta: el diario Clarín admitió el mismo horizonte económico que augura el Gobierno, con los siguientes títulos:

* “Proyectan buenas perspectivas para la industria en 2010”
* “Los juguetes argentinos le ganan terreno a los importados”
* “La industria automotriz acelera y busca un nuevo récord. En un año de crisis como 2009, se llegaron a fabricar medio millón de unidades. Y en 2010 se producirán 640.000, superando el récord de 2008”

* “A partir de 2010 se espera un cambio de ciclo económico. A esta altura existe un consenso casi unánime entre los especialistas en que durante el año que comienza se retomará el crecimiento económico”

Pellízquese si le cuesta creer. Ya no pueden tapar el sol con la mano.

El modelo de país liderado por Cristina y Néstor Kirchner podrá tener defensores o adversarios. Pero resulta innegable el peso específico de sus realizaciones.
“¿Y qué escribimos ahora?” se preguntarán las opacadas plumas de los monopolios mediáticos.

Se dedicarán a tirar las cartas sobre nuestro destino y a jugar al detective contra todo el que se precie de oficialista.

Quieren parecerse a Edgard Allan Poe y terminan por remedar ridículamente al Superagente 86. Que al menos era creativo.

Como el turista que dibujó un triangulo sobre la playa y en cada uno de sus ángulos escribió: a) crisis internacional; b) ataques del monopolio Clarín contra el gobierno nacional y c) el proyecto nacional y popular.
“¿Qué está haciendo?” preguntaron curiosos a su alrededor. “Hago un análisis de la coyuntura y las perspectivas para el futuro”, respondió. Y se largó, cual maestro de ceremonia, a preguntar a viva voz:

“¿Y cuál de estos ángulos del triangulo se impone sobre la realidad con la fuerza y el trazo de lo decisivo?

¿Acaso la crisis internacional barrió con la economía argentina como sí lo hizo con otras economías poderosas que siguieron abrazadas al neoliberalismo dominante en las últimas décadas?

Definitivamente, no. Se sintió el cimbronazo en más de una ocasión, pero la Argentina siguió creciendo, a un ritmo menor quizás y sin dramatismos ni estampidas apocalípticas como pronosticaron brujas y gurues del mercado.
¿Acaso el Clarín y sus lenguaraces partidarios impidieron la sanción de la nueva ley de medios audiovisuales de la democracia, apoyada por un conglomerado de sectores sociales, culturales, sindicales, periodísticos, pequeños y medianos empresarios, artistas populares, etc.?

Definitivamente, no. Bombardean aún desde las azoteas de sus canales televisivos, sus radios, sus diarios, para socavar al gobierno nacional y sin embargo están logrando el resultado del “tiro por la culata”, con un gobierno que se afianza políticamente cada vez más y con antiguos diarios señoriales convertidos en meros panfletos agitativos, mentirosos, de baja calidad editorial.

¿Acaso el proyecto de país gobernante no ha producido las transformaciones más profundas en los últimos 50 años de vida institucional, con la Asignación Universal por Hijo, la nueva Corte Suprema de Justicia, la anulación de las ex Afjp y la recuperación de la administración garantizada por el Estado para una jubilación digna, la ley de Medios, los juicios implacables contra los genocidas de la última dictadura, la integración latinoamericana?

Definitivamente, sí”

Y concluyó: “Ese es el ángulo distintivo de nuestra geometría donde guarecerse en las tormentas virtuales causadas por los cultores del fracaso y el desánimo”
Que así sea.



Jorge Giles. El Argentino. 4 de enero de 2010.

domingo, 3 de enero de 2010

ENTRE LA MEMORIA Y EL OLVIDO

PANORAMA POLÍTICO

El nuevo año empieza en el mismo lugar donde terminó el anterior.
Pareciera una obviedad decirlo sin más, pero en verdad queremos significar que con sólo repasar las tapas y los titulares del monopolio mediático, Clarín y sus repetidoras, tenemos una pauta clara que nos permite prever los caminos por donde transitará la oposición en este 2010 que ya está gateando entre nosotros.
De igual modo, pero en las antípodas, el proyecto político gobernante dejó plantado el curso de acción que seguirá sosteniendo y profundizando en el año del Bicentenario.
No hay mucho misterio esta vez.
Las incertidumbres y las sutilezas han dado paso a las anchas avenidas del sentido político. Sólo podría perderse quien quiera hacerlo.
Es que hay señales por todos lados en el año que acaba de comenzar.
Hay certezas en el plan del gobierno nacional y otras tantas en la franja opositora.
Es la nuestra una sociedad donde la democracia hizo el milagro de poner las cosas blanco sobre negro. Y los actores principales de la trama política desnudan sin pudor ni prejuicios sus verdaderos propósitos.
El punto está en saber articular esas señales. Armonizarlas en un todo comprensible. Esa debería ser, incluso, una tarea siempre pendiente en las filas democráticas.
Así como desde el poder económico, expresadas en las plumas y las voces de los monopolios, operan la estrategia del desgaste permanente contra el gobierno a través de una vieja táctica divisionista, sólo que esta vez lo hacen fragmentando el pensamiento todo el tiempo, las expresiones del proyecto de cambio liderados por Cristina y Néstor Kirchner, deberían abocarse a desmontar esa estrategia opositora, uniendo todo lo que pretende ser desunido maliciosamente.
Partiendo de saber que hay una usina generadora de ese poder económico mediático que delinea sus metas a largo y corto plazo y que traza las coordenadas que luego seguirán al pie de la letra sus diversos voceros, en distintos campos de acción.
En esa mesa chica del poder se eligió, hace ya dos años, la palabra generadora que debería ser impuesta a la sociedad: “crispación”. En cualquiera de sus variantes. “Caos”, por ejemplo, es una de ellas.
En esa misma mesa definieron los tiempos de su ofensiva antigubernamental y los actores que la interpretarían mejor.
Cuando Abel Posse dijo lo que dijo, estaba hablando la derecha en su máxima expresión, no un iracundo y mediocre francotirador de ocasión. Igual que lo ocurrido con Biolcatti, Buzzi, Llambias, De Angelis en cada circunstancia de aparente desboque verbal.
Es la versión moderna de los “tanquetazos” y alzamientos en apariencia solitarios que en décadas ya superadas, precedían a los golpes de estado.
Lanzan la proclama y esperan y observan las reacciones de la sociedad y de sus adversarios. A esa táctica ya se le cayeron todas las máscaras, como tantas veces se dijo en el último año.
En este marco conceptual y absolutamente real, acontece la propuesta voceada por Diego Guelar, el banquero, ex funcionario de Menem y hoy prominente figura del PRO de Mauricio Macri, de una amnistía definitiva para los genocidas de la dictadura iniciada por Videla y Massera.
¿Por qué lo dice ahora? ¿Es un descuelgue individual de Guelar? ¿O es una nueva maniobra que nos somete a prueba a todos los argentinos que estamos decididos a no entregar ni un centímetro de esta democracia con memoria, verdad y justicia que venimos construyendo desde el primer día del mandato presidencial de Néstor Kirchner?
¿La incursión armada en el interior de la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense, es sólo un hecho aislado u otro capítulo de una operación política destituyente y atemorizante de vastos alcances?
Son demasiadas las coincidencias para que no se reconozca que la derecha está provocando a la democracia, mientras marca el terreno donde se moverá en adelante y preanuncia su “programa de gobierno” en caso de acceder a él en el 2011.
En una lectura objetiva de los hechos que se fueron sucediendo hasta acá, hay que decir que las amenazas de muerte que sufriera la Presidenta en reiteradas ocasiones encajan como una sola pieza con algunos editoriales francamente destituyentes de los monopolios.
La construcción de una realidad virtual como un producto a vender a la ciudadanía, es el cuadro general donde se desarrollan estas acciones.
Cuando afirman muy sueltos de cuerpo, sobre los presuntos índices de imagen negativa presidencial, hay que saber que están disparando parte de su arsenal mediático. No están reflejando “la verdad”, sino “su verdad”. No hacen más que desgastar por todos los medios posibles al proyecto político gobernante para crear las condiciones que permitan hacer crecer una alternativa opositora.
Sea cual fuese ésta, con Duhalde, con Cobos, con Carrió, con el que sea, los piolines del poder son manejados por los monopolios mediáticos.
Pero lo virtual choca contra la realidad.
El proyecto popular arranca el año del Bicentenario decidido a reafirmar su capacidad de iniciativa. Para lograrlo, apelará a su capacidad de inventiva, a través del correcto desarrollo de la nueva Ley de medios. Este propósito es clave para profundizar el rumbo económico y social del gobierno de Cristina.
Al esperado crecimiento que seguramente experimentará la economía argentina, le deberá corresponder una constante predica a favor de un modelo que incluye a todas las franjas de la sociedad, haciendo posible construir en el imaginario colectivo un hilo conductor entre la gesta patria de nuestros primeros orígenes como nación y este presente argentino y latinoamericano que estamos atravesando.
Si se afirma que el proyecto de país que encarna el gobierno nacional se profundiza, del lado opositor ya avisaron que desandarán todas y cada una de las medidas más trascendentes tomadas en los últimos 6 años, el día que puedan volver a gobernar.
No hay concesiones de un sector ni de otro.
No las puede haber entre la justicia social y la injusticia. Entre la memoria y el olvido.


Jorge Giles. Miradas al Sur. 3.1.2010

Los claros y los oscuros del nuevo año

Ya estamos andando el Año del Bicentenario.
El 2009 terminó sin los sobresaltos que auguraban los opositores, sin cataclismos sociales, sin más perturbación que las que corresponden a este período histórico.
El asalto armado a la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense es una nueva señal de alerta sobre una derecha violenta que sigue merodeando por los albañales del poder más oscuro.
Vamos a seguir juntos como siempre, en el intento vital de echar luz sobre nuestro destino colectivo, uniendo lo que quieren desunir desde los rincones oscuros del poder mediático.
Queda claro que la voluntad del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner es profundizar el modelo de desarrollo económico con inclusión social.
La Argentina crecerá este año que recién comienza en todas las franjas de la realidad. Crecerá la producción nacional, el nivel de empleo, las exportaciones, la producción agrícola-ganadera, la industria.
Los festejos del Bicentenario patrio tendrán el signo de estos tiempos de la democracia y el sentido nacional y popular de su gobierno.
Esta realidad deberá comprenderse en el contexto histórico que vive toda América latina y que los logros y las dificultades a enfrentar guardan estrecha relación con la crisis que azota el mundo.
Queda claro que los opositores a este gobierno y a este modelo de país en curso, continuarán con su campaña de desgaste y fragmentación del pensamiento colectivo.
Las declaraciones de Diego Guelar, dirigente del Pro que conduce Mauricio Macri, propiciando una nueva y definitiva amnistía contra los genocidas de la dictadura, es una de las tantas provocaciones que la derecha viene desarrollando contra la democracia.
Es también una manera de advertir a la sociedad que si llegan al gobierno en el 2011, barrerán con todos los juicios contra los crímenes cometidos por el terrorismo de estado.
Por si hubiesen faltado pruebas, estas declaraciones están indicando que no estamos ante una derecha moderna, republicana, respetuosa del derecho.
La derecha nativa es un sector minoritario pero muy poderoso, ligado con la etapa oscura y autoritaria que creíamos ya superada, pero que vuelve a mostrarse amenazante.
En el 2010 la vamos a ver a menudo operando contra todas las conquistas logradas en estos últimos seis años.
No hay nada que temer pero sí, estar atentos y solidarios ante cualquier provocación que intente lograr nuestro retroceso como sociedad.
Con 200 años de vida, la Argentina y los pueblos hermanos de la región, están provistos de una experiencia histórica que seguramente ayudará a enfrentar todos los desafíos.
En este primer domingo del nuevo año importa saber que entramos a una fase que será decisiva para la suerte colectiva.
Dependerá en mucho de la participación ciudadana en la defensa de sus conquistas.
Las minorías del privilegio también lo saben y es por eso que buscarán obstaculizar a través de sus jueces amigos, todas las leyes y disposiciones gubernamentales que profundicen la democracia de la que gozamos.
El Congreso de la Nación se convertirá también en una trinchera opositora, demostrando que son expertos en obstrucción pero nada constructivos a la hora de proponer alternativas superadoras en beneficio de la sociedad argentina.
Seguramente veremos a un Cobos jugando un rol desembozadamente opositor y aún más, desestabilizador. Ya no será tan sólo el vicepresidente díscolo que apuñaló la lealtad que había jurado cuando asumiera el cargo. Será posiblemente un factor central en la disputa dentro de la Coalición Cívica, y esta realidad, casi paradojalmente, será el principio del fin de su estela fugaz por la política nacional.
Nadie puede mantener una fama a costa de no decir nada positivo y de no construir lealtades. Por ahora le alcanzó con flotar como un corcho en la corriente.
Otra será su suerte cuando llegue el momento de confrontar con su propio espejo narcisista.
Por estos claros y oscuros, empieza a transitar el nuevo Año.


Jorge Giles. El Argentino. 3 de enero de 2010