El
comunicado oficial del gobierno y las declaraciones del Secretario General de
la Presidencia, Oscar Parrilli, desmontando una por una las mentiras proferidas
el último domingo por el empleado de Héctor Magnetto, Jorge Lanata, nos exime
de mayores comentarios sobre el hecho en sí.
Quizás
alcance con decir por enésima vez: Clarín miente.
Por
si alguien dudaba, nos parece que queda claro que el Grupo Clarín mató
definitivamente lo que de periodismo le quedaba, para convertirse en el
principal operador de la derecha amotinada en la Argentina.
Y
esa derecha no soporta ver a Cristina Fernández de Kirchner gobernando el país.
Porque esa derecha no se banca ninguna democracia que no sea la que puedan
dominar y domesticar a su antojo.
Pensemos
juntos:
Un
día culminará el mandato de Cristina. Y vendrá otro presidente o presidenta a
gobernarnos con mandato popular. Pues que vayan sabiendo los que se anotan en
la carrera que si osan hacer la mitad de lo que hizo el kirchnerismo en estos
años, el monopolio también vendrá por ellos y su descendencia. Y le dirán
“corruptos”, “ladrones”, “lavadores de plata”, “zurdos”, “subversivos”,
“bipolares”, etc. etc.
Porque
la ecuación del conflicto no es: “Clarín contra el gobierno K y viceversa”.
No,
no. La cuestión es mucho más seria y profunda. Es el conflicto del poder
corporativo mediático representado por Clarín, contra la democracia, contra el
pueblo y contra la nación argentina.
La
figura tan utilizada por algunos dramaturgos en distintas obras épicas le viene
como anillo al dedo: son el enemigo del pueblo. Ese que cuando sale el sol en
la aldea, grita desaforado “ojo que se viene una tormenta”. Y cuando la gente
celebra como si fuera fiesta una victoria colectiva, dice con malicia y por lo
bajo “no festejen tanto que volverán a perder”.
Clarín
atenta contra la esperanza y el sentido de comunidad que recuperamos.
Cuídese
de ellos. Vienen por todos nosotros.
Por
eso son una amenaza contra la democracia.
Sigamos
pensando:
Si
Clarín demostró tener tanto poder en la justicia como para retener cuatro años
en la gatera de la historia a la ley de medios de la democracia ¿cómo se
explica que nunca hayan presentado una prueba judicial y nunca hayan logrado la
condena de ningún acusado de corrupción por el Grupo?
Recordemos
su modus operandi. Van a 20 lugares y en ninguno de ellos pueden demostrar nada
de nada. Todo verso.
Lo
más canalla y miserable es lo que hacen con la memoria de Néstor Kirchner.
¿Sabe
por qué lo atacan?
No
sólo porque el próximo 27 de octubre votaremos honrando su memoria, sino porque
Kirchner ordenó descolgar los cuadros de los socios genocidas del monopolio.
El Argentino, martes 20 de agosto
de 2013
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