domingo, 25 de agosto de 2013

El único voto útil es el voto kirchnerista


Bastaron dos semanas para que la oposición dilapide el capital que creyó ganar la noche electoral del pasado 11 de agosto. Desde entonces no hicieron más que emborracharse de vana gloria en el cuartel general de su comandancia, que como es público y notorio, está en los estudios y madrigueras de la corporación mediática. Consumieron y consumaron por adelantado lo que ya nos demostraron en el 2009 cuando en un instante que creyeron eterno, entraron angelados a las puertas del Congreso para desplumarse luego y mostrarse como lo que son.
Lo que antes gastaron en dos años, Grupo A mediante, ahora lo gastaron en dos días. 
Si hasta hace poco se decía en recoletos espacios que los peronistas eran los incorregibles, hoy habrá  que admitir que a esta oposición no la corrige ni el mismo diablo.
Si se los mira bien, son previsibles: siempre cometen los mismos errores. La naturaleza fugaz de su frágil constancia se conforma de una pizca de egocentrismo desbocado, ausencia de proyectos colectivos y orfandad de criterios para diseñar sus propios argumentos. Sólo saben esperar la tapa de Clarín para salir a replicar a los cuatro vientos el  guion del día cual si fuese la verdad revelada del  señor de los anillos. Eso sí: cada opositor le imprime su tonada. Algo es algo.
Batallones aislados y patrullas perdidas, a la hora de atacar al gobierno democrático son todos para uno y uno para todos;  pero cuando deben administrar las pequeñas batallas que dan por ganadas antes de tiempo, adolecen de la capacidad y la virtud que le es propia a los que saben gobernar los dones que otorga la victoria. Ellos también son lo que son: el eco vago de un país pasado, pero que sin embargo, no está pisado.
Por eso declaran en estos días que su máxima meta es evitar la re-re-elección de no se sabe quién y asaltar la presidencia de la Cámara de Diputados si ganan en octubre.
Ahora bien: cuando están frente a los poderosos dicen todas sus verdades sin tapujo alguno. Hay que anotarlas. Hay que difundirlas poniendo el  texto literal y engominado que sale de sus bocas. Hay que identificarlos frente al pueblo mostrando al que votó al kirchnerismo y al que no lo votó, el peligro que se cierne si le dan más combustible en las urnas, porque “total, el aire es gratis”. 
Y no se trata de elaborar una estrategia del miedo, como temen algunas almas buenas. Se trata simplemente de advertir que tengamos cuidado antes de caer en la emboscada y no avisar una cuadra después cuando hayamos perdido el honor y la soberanía, Aerolíneas e YPF, la AUH , los Derechos Humanos y el Fútbol para todos.
Si en la noche de la rabia que destilan esos medios todos los gatos son pardos, es imprescindible munirse de farolas y linternas que alumbren con su luz el color de cada uno.
Massa es Macri. Y Massa y Macri son Duhalde. Y todos juntos son Magnetto. Y si sumamos a Wall Street, que también se emborrachó por una noche, tendremos a la vista el pasaje de ida a los años noventa, con su cirugía mayor sin anestesia, su endeudamiento al FMI y sus descuentos a  salarios y  jubilaciones. Que nadie alegue después “por qué no me avisaron”.
Por eso lo que hizo Oscar Parrilli y lo que hace Cristina vía twitter cantando las verdades con nombre y apellido, es por donde se lo juzgue un acto  luminoso. Hay un sector social que nunca baja de las tribunas. Sólo mira y  juzga desde las butacas. Y no es para enojarse. Es así nomás. Pues bien, que haya salido el Secretario General de la Presidencia a gastarse el feriado para mostrar y demostrar con documentos en mano que es toda una mentira la operación de Lanata, hace que propios y ajenos tengan elementos para cotejar.
Si no fuera así, quedaba  sólo un clarín aturdiendo en medio de la noche.
Así como la oposición se gastó rápidamente  la bocanada de aire que creyó ganar en las PASO, el kirchnerismo recuperó y coronó con creces la iniciativa política apenas 10 días después del recuento de votos. Ocurrió en Rio Gallegos, Santa Cruz, como debía ser. La presidenta descorrió los cortinados y al pie de esas represas tan patagónicas como sus nombres, “Néstor Kirchner” y “Jorge Cepernic”,  le puso el cuerpo al asunto frente a los titulares del poder económico y del poder que emana de la representación genuina de los trabajadores.
Mirándolos a los ojos, la presidenta reafirmó que el proyecto de un país para todos y no para unos pocos, no se toca ni se tocará mientras el kirchnerismo sea elegido por el voto popular. La hoja de ruta es clara: salimos de un muelle donde se apretujaban millones de hambrientos y desocupados, de obreros mal pagados y empresarios destrozados y con todos a bordo llegamos a un puerto donde comemos casi todos, trabajamos casi todos, nos educamos casi todos y nos curamos casi todos. Por todos los “casi” que perduran dolorosamente hay que insistir en el rumbo echando leña a la caldera para llegar más rápido a destino, corrigiendo por aquí y por allá todo lo que haga falta.
Por eso el único voto útil es el voto kirchnerista. Dicho sea así, sin ambigüedades.
¿O qué voto lo sería si nos hace perder  las conquistas sociales de estos últimos años?
Dame una propuesta y construiré una oposición, diría don Jauretche.
Que cada uno asuma su responsabilidad.
Quienes apostamos a un país donde la vida valga un beso, una caricia, una ley de medios, un mejor transporte aéreo y  ferroviario en manos del Estado, un poema, una flor, una fábrica recuperada, sabemos cómo votar y cuidar lo conquistado.
Pronto sabremos si la Corte está con la democracia o con los monopolios.
A prepararse, no para resignarnos a un posible fallo injusto, sino para revertir victoriosamente otra causa perdida; como enseña un poema de Ana Pérez Cañamares:
Hay que “…excavar trincheras con palas, lápices y saxofones… Llegará el enemigo y no entenderá nuestro lenguaje. Les será imposible la conquista: ellos no aman a los perros mestizos ni arrancan orgasmos a las palabras. Perderemos la guerra de las mayúsculas, pero la vida está de nuestra parte: lloramos y celebramos la brizna”.


Miradas al Sur, domingo 25 de agosto de 2013

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