sábado, 30 de abril de 2011

El adversario está disperso, el enemigo no

La democracia está consolidada y la paz social garantizada. El país sigue creciendo a paso firme. Los trabajadores se movilizaron masivamente en defensa del modelo nacional gobernante y del mejor salario latinoamericano, que es el salario argentino.
La Presidenta continúa subiendo en las encuestas. Los jóvenes se siguen multiplicando con su participación política en el proyecto kirchnerista. Crecen las inversiones en la industria. Crece el empleo, la producción y el consumo interno. Argentina se consolida en el campo internacional ocupando espacios de representación como nunca antes.
En síntesis, la Patria está viva.
Permitámonos jugar con algunas imágenes al sólo efecto de graficar didácticamente nuestro modesto entendimiento sobre lo que viene pasando en este año en el que habrá que renovar el contrato social de los moradores de la Casa Rosada.
En este orden de ideas, si una contienda electoral se asemejara a un campo de batalla entre distintos pensamientos y proyectos, como debiera ser en una democracia moderna y participativa, podríamos ver con relativa facilidad que ese campo hoy está vacío en el flanco derecho, allí donde debería estar alistado el frente opositor, en cualquiera de sus variantes.
Las únicas tiendas de campaña que se ven iluminadas, son las que están ubicadas en el flanco que va del centro hacia la izquierda, es decir allí donde se afirma el frente nacional y popular. Con sus discusiones políticas, con sus programas de formación, con sus obras de gobierno, con sus festivales de música, con sus convicciones, ocupan todo el espacio que les corresponde por historia y por derecho propio.
El adversario político partidario, en términos múltiples y caóticos, aún no se hace presente a escasos meses de la definición de rumbos.
El tiempo pasa. Las agujas del reloj no se detienen. El movilero que cubre el escenario se vuelve loco; mira el frente kirchnerista y lo encuentra compacto, decidido, unido en su diversidad, con una sola jefatura nacional, un solo liderazgo, un mismo proyecto de país, un mismo modelo de sociedad y de estado.
Pero cuando agudiza la vista para mirar a los adversarios, para saber dónde están los que quieren desandar todo lo logrado en estos últimos 8 años, se encuentra con el campo desierto y observa, en cambio, a los distintos jefes opositores corriéndose de un lado a otro, chocándose entre ellos, sin poder fijar un lugar definitivo para la próxima batalla.
Este es el panorama a escasos seis meses de las elecciones presidenciales del 23 de octubre próximo.
Sería de una miopía letal confiarse en esta realidad coyuntural, apreciando solamente a los actores políticos que expresan a la oposición.
El manual de las buenas costumbres aconseja que no hay que mencionar la palabra “enemigo” en un análisis político, porque se supone que en un sistema democrático no debería existir la lógica “amigo-enemigo”. Pues bien, convengamos que todos los actores de la vida democrática que juegan sus respectivos destinos cumpliendo a rajatabla la ley y los códigos de la convivencia y/o de la disputa democrática, son adversarios, nunca enemigos. Pero demostrado está que desde adentro y desde afuera del país empiezan a estudiar con mucha curiosidad y extrañeza esta verdadera anomalía del sistema político argentino y que consiste en la fragmentación y casi evaporación de las fuerzas opositoras. Para decirlo suavemente, el adversario del gobierno está disperso.
Ahora, el enemigo del desarrollo, de la inclusión, de la industrialización, de la soberanía, de los derechos humanos ¿también está disperso?
Creemos que no.
Es cierto que ese enemigo del pueblo y la democracia inclusiva, para hablar sin eufemismos ni falsas cortesías, está afectado en el caracú del poder real que ejerció durante décadas. Pero no está roto. Continúan resistiendo al gobierno popular porque no pueden admitir que en este período histórico entramos todos los argentinos, sin exclusiones, a los jardines del paraíso terrenal. Esta vez no entrarán solamente ellos. No habrá carteles de “Prohibido pasar” a la hora del disfrute colectivo.
En las sombras y en el ejercicio del poder real, ese enemigo está y seguirá estando, con sus grandes medios, con sus grandes empresas, con su poder de lobby y sus gerentes políticos. Esto explica la resistencia a caer en cualquier conducta triunfalista por parte del frente kirchnerista.
Que nadie baje la guardia. Que nadie se duerme en las vísperas de la batalla, ni después tampoco.
Se hace un deber patriótico desplegar todas las banderas de la argentinidad para poder engrosar y asegurar la profundización del modelo de desarrollo en curso. Ya no se trata de adoctrinar entre “los propios” solamente; se trata de salir a campo abierto, hablar con cada ciudadano, con cada ciudadana, piense como piense, para compartir la idea que un país más justo sólo es posible si nos jugamos todos por un proyecto de nación como el que hoy tenemos.
Aquella vieja máxima de Perón, “No es que seamos muy buenos sino que los que vinieron después fueron muy malos”, no es valida para la ocasión.
Si la oposición es muy mediocre cuando se muestra o cuando se esconde, es porque el proyecto oficialista es muy eficiente en su militancia política y en la gestión de lo público.
Hay que decirlo así.
No hay derecho a la siesta para aflojar los tientos, porque lo que falta andar es mucho; parece ser la consigna que se impone en esta hora.
Lo dijo con meridiana claridad Carlos Zannini en el acto de homenaje a Néstor Kirchner, el 27 de abril pasado, dirigiéndose especialmente a los jóvenes: “Sean transgresores, que el tiempo no los transforme en políticos edulcorados y sigan sus sueños”.
Quienes acompañan a Cristina saben como pocos, por formación política y por experiencia de gestión, que los procesos populares suelen agotarse por su propia impericia, por sus divisiones internas o por su envejecimiento y burocratización.
Nada de esto ocurrirá esta vez.
La memoria popular es una buena costurera para que ninguna victoria caiga en saco roto.

Miradas al Sur, sábado 30 de abril de 2011

viernes, 29 de abril de 2011

Cuando los trabajadores cantan

Hoy puede ser un gran día y lo será seguramente.
Miles de trabajadores desplegarán sus banderas por las calles de Buenos Aires convocados por la Confederación General del Trabajo.
Saldrán a celebrar su Día y a escuchar la palabra del Secretario General, Hugo Moyano.
Será una forma de demostrar, una vez más, la identificación del movimiento obrero organizado con el Proyecto nacional y popular que conduce la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Cuando los bombos y las gargantas de los laburantes anuncien que llegó su Día, cuando el Primero de Mayo adelante el calendario en la consigna masiva de esos hombres y mujeres que se convocarán hoy en la Avenida 9 de Julio, la democracia de los argentinos se verá fortalecida y más esperanzada.
Fueron ellos, los trabajadores, quienes más sufrieron en la larga noche de la dictadura. Y la enfrentaron como pudieron, resistiendo siempre.
Y fueron ellos, también, quienes más sufrieron las políticas del neoliberalismo en plena democracia, con los despidos masivos, con las privatizaciones, con los ajustes salvajes de Menem y De la Rúa, peleando como pelean los trabajadores por sus derechos.
Por eso mismo, son ellos los que hoy se movilizan para defender las conquistas sociales y políticas logradas con el gobierno de Néstor Kirchner y ahora con Cristina.
Los que más sufrieron el abandono, la represión y las injusticias son los que más valoran la vuelta al trabajo, la redistribución del ingreso que hoy los acerca al “fifty-fifty” logrado con el peronismo y la protección de los derechos del niño y la ancianidad.
Y mire usted que paradoja: mientras los opositores se muerden la cola, en un “todos contra todos”, los dirigentes de la CGT, Hugo Moyano y de la CTA, Hugo Yasky, se intercambiaron saludos fraternales y solidarios, celebrando en unidad el Día de los Trabajadores.
Es otro país el que festejarán los trabajadores en su Día.
Un país donde la AFIP, por ejemplo, da muestras más que suficientes de ir a fondo contra la evasión de las grandes y poderosas empresas cerealeras.
Un país donde se fabricarán 790.000 vehículos durante el 2011 y se empezarán a fabricar tractores y maquinaria agrícola de industria nacional; donde se abren nuevas plantas de fabricación de computadoras en el Gran Buenos Aires y en Tierra del Fuego, se amplia la oferta de banda ancha móvil para los usuarios de todo el país, se desarrollan las obras de plantas potabilizadoras de AySa y…la lista sigue.
Este país es de producción y trabajo, así lo demuestra el crecimiento del PBI en un 79,5 % desde el 2003 al 2010.
Con estas reflexiones nos despedimos con un fuerte:
¡Feliz Día del Trabajador para todas y para todos!



El Argentino, viernes 29 de abril de 2011

jueves, 28 de abril de 2011

Que no caiga en saco roto

Ayer, la memoria popular no dejó caer en saco roto los ejemplos de vida de Néstor Kirchner, de Héctor Oesterheld, ni de los trabajadores que pusieron el cuero en aquel primer paro contra la dictadura el 27 de abril de 1979.
Todos fueron reivindicados en distintos actos llenos de emoción y orgullo, dejando en claro que el proyecto nacional y popular, además de demostrarse eficiente para gobernar, tiene mística y convicciones.
También ayer, después de anunciar el envío al Congreso del proyecto de ley sobra la protección del dominio de las tierras rurales, la Presidenta expresó: “Me desvela que este inmenso esfuerzo colectivo y personal, y hasta familiar, no caiga en saco roto”.
Ahí está la clave para entender este tiempo.
Porque esa frase esconde en su interior, como si fuese una capa de pintura semioculta, el delgado pasaje por el que debemos transitar todos los argentinos el próximo 23 de octubre.
Ese día de elecciones generales no se votará por un candidato más o menos seductor. Se votará por un modelo de país.
Por eso el “que no caiga en saco roto” todo lo que construimos como pueblo en estos 8 años, será necesariamente la próxima gesta colectiva que nos espera como sociedad.
Porque es la sociedad la que define su propio porvenir. No es un partido ni una corporación ni un gobierno los que construyen a su sólo antojo el futuro de todos.
Para ello, es condición indispensable impedir la sensación de “naturalización” de los logros sociales conseguidos desde el 25 de Mayo de 2003 hasta la fecha, desde aquel Presidente Kirchner que se engrandece con el tiempo, hasta esta Presidenta que todos los días da sobradas muestras de sus convicciones y de la claridad de rumbo y objetivos.
Las cosas que le pasan a una sociedad no suceden porque está en la “naturaleza” de las cosas. Suceden porque en sus gobernantes hay valentía o cobardía, hay certezas o incertidumbres, hay unidad en pensamiento y acción o hay dispersión de fuerzas, hay identidad de nación o hay colonización cultural.
O mandan las corporaciones o manda la democracia. Esas son las disyuntivas.
Es una trampa mediática la que incita a creer que todo nos viene “naturalmente” de “arriba”, por el “viento de cola o de frente” y que “el país crece por las condiciones del planeta” y otras mentiras semejantes que, como diría Jauretche, actualizado hoy por Aníbal Fernández, son puras zonceras.
El país seguirá creciendo porque hay un modelo de país que nos hace crecer; de lo contrario, chau modelo, chau crecimiento, chau país.
El saco roto, entonces, es la oposición al gobierno y al desarrollo inclusivo de los argentinos.
Pero esta vez perdieron: la memoria popular es la mejor costurera.


El Argentino, jueves 28 de abril de 2011

miércoles, 27 de abril de 2011

Néstor Kirchner, el militante



“Ya van para seis meses”, dice la voz popular.
Y todos saben que son seis meses sin Néstor Kirchner.
Hoy habrá un encuentro en Parque Lezama y cientos de lugares más a lo largo del país, para recordarlo, para estar juntos, para amucharse el alma, para no estar solos en este día.
Es el mismo día cuando Kirchner en el 2003, a pura militancia, logró aquel 22,24 % de los votos que le hicieron pasar a la segunda vuelta, llegar a la Casa Rosada y entrar digno y orgulloso, con sus convicciones intactas.
Siete años después, el 13 de setiembre de 2010, los diarios amanecían con la noticia de que había sido de alta después de su última operación en la clínica Los Arcos.
“Tiempo argentino” daba cuenta de aquel episodio y decía: “Los primeros en llegar fueron los jóvenes de La Cámpora”. En otro artículo informaba del acto previsto para el día siguiente, 14 de setiembre, en el Luna Park y apuntaba: “El encuentro se da en el marco del creciente acercamiento de los sectores juveniles al kirchnerismo…se explica (según encuestas) en que para los menores de 30 años, el kirchnerismo cuestiona el orden establecido”.
Esa es la prueba de que Kirchner llegó a ver este nuevo y bullicioso caudal, fue parte de él, lo provocó, lo alentó, dialogó con ellos, se abrazó con esa juventud.
Por eso aquella multitud cuando se marchó. Por eso este dolor que no cesa. Y por eso está “más vivo que nunca”, como pintan los pibes en las paredes con la imagen de El Nestornauta.
Entonces escribíamos una columna saludando su vuelta a casa.
“El militante” se llamaba (http://jorgegiles.blogspot.com/2010/09/el-militante.html )
Recordamos unos poquitos párrafos, como aporte a esta fogata que nos sigue alumbrando:
“El militante no sabe de descansos ni de glorias vanas.
El es la voluntad al borde del abismo, así en la triste derrota de una noche de invierno como en el cielo de las victorias.
Lo lancean por el flanco izquierdo y lo hieren por su costado derecho y sin embargo avanza igual con la frente en alto.
Si siente algún dolor o miedo en el centro del pecho, lo disimula ante el enemigo y se larga a llorar, si es preciso, con sus compañeros.
Siente miedo no por su propia vida sino por la del pueblo que ama y defiende.
Pasajero de la historia, sabe que algo quedará de su andar cansino, de sus palabras al viento, de la modesta muestra de coraje que mostró las veces que hizo falta demostrarlo.
El militante sabe que el aliento de los suyos es su propio aliento…sabe que él se muere sólo en la desigualdad, en la desesperanza del que no tiene nada que ganar ni que perder, en la entrega infame a los poderosos, en la desaparición de la palabra vida, en la capucha del torturador y su mandante.
El militante Néstor Kirchner se prepara para volver a empezar”


El Argentino, miércoles 27 de abril de 2011

martes, 26 de abril de 2011

Los que votan y los que botan

Queda claro porqué crece la imagen positiva de la Presidenta de la Nación.
Ayer inauguró la nueva planta de Banghó en Vicente López y desde allí, se conectó con alumnos de Jujuy, Santa Cruz y Misiones.
Es el país real.
Mientras Cristina camina el territorio inaugurando puentes, escuelas, rutas y fábricas, los opositores no hacen otra cosa que mirarse el ombligo. El individualismo al palo.
La empresa inaugurada ayer lleva como lema: “Ser Nacional”. Toda una definición de época y que expresa un proyecto que tiene a la educación, al trabajo y a la producción como ejes centrales del nuevo país.
Cuando algunos se preguntan de dónde salen tantos adherentes a favor de la Presidenta, la respuesta es una copla:
“De aquellos dolores, salen estos amores”.
Es que Cristina no está apoyada exclusivamente por el “voto K”.
En el club, en el café de la esquina, en la peluquería, se empieza a decir que a la Presidenta la van a votar todos los que apuestan al cambio, todos los que anhelan lo mejor para el presente y el futuro de sus hijos.
Esta vez no habrá voto castigo ni resignado.
Habrá un voto “premio colectivo”, es decir, un voto para que gane el pueblo, más allá de banderías partidarias.
¿O dónde estaban hasta ahora esos futuros votantes, sino es en los pliegues de los partidos opositores que entraron en la última fase de su descomposición? Son ellos los que aumentan y tonifican el apoyo a Cristina.
Señoras y señores: ¡Bienvenidos a la Argentina real, escapando del bochorno opositor!
El diccionario dice que votar significa: dar el voto, manifestar la opinión en una reunión o cuerpo deliberante o en una elección de personas. Votar es elegir, seleccionar, nominar, emitir, sufragar,
Votar es, en definitiva, sembrar un camino hacia el porvenir.
Los que votarán en octubre próximo, reelegirán a la presidenta que deberá cuidar y profundizar todas las conquistas sociales de estos últimos años.
Cuán distintos son los que en lugar de votar, así, con la ve corta, se la pasan botando de aquí para allá. Leemos en el mismo diccionario que botar, con la be larga, significa expulsar, echar, despedir, pelotear. Botar es cambiar de dirección un cuerpo elástico al chocar contra una superficie dura. Se dice: “Esta pelota no bota”, por ejemplo.
Cambie ahora “pelota” por “candidato opositor” y notará la certeza de la definición lingüística.
Y fíjese qué coincidencia: al que vive botando se lo llama botarate.
El botarate es el alborotado, de poco juicio, el irreflexivo, el cabeza loca, el atolondrado, aturdido, insensato, imprudente, tarambana. Es lo contrario de sensato y juicioso.
Por eso, entre los que votan y los que botan, está la diferencia.



El Argentino, martes 26 de abril de 2011

lunes, 25 de abril de 2011

La única verdad es la realidad



Este fin de semana largo constituyó un nuevo récord para el registro histórico del turismo nacional.
Más viajeros, más hotelería, más consumo, más alegría colectiva.
El movimiento turístico es un termómetro ideal para medir el desarrollo pujante de un país.
El país real es este que se mueve, viaja, trabaja, estudia y baila allí donde se lo ve.
Es el mismo país que lee, piensa y debate en absoluta libertad, como lo demuestra el éxito de público en la Feria del Libro.
Frente a esta realidad, que es la única verdad, se mueven los fantasmas de la oposición mediática como si se creyeran el viejo y desteñido cuco que asustaba a los pibes a la hora de la siesta.
Ya no les cree nadie.
Andan como almas errantes buscando candidatos e inventando alianzas electorales que son un “enchastro”, como diría un filósofo en decadencia.
No habría que asombrarse mucho. Estamos observando al mismo Grupo “A” que en su momento se presentó como la nueva “unión democrática” y que después de asaltar las presidencias de las comisiones legislativas, entró rápidamente en descomposición. ¿Cuál es la diferencia de aquella diáspora caótica y alocada con este presente que hoy vive la oposición? Casi ninguna. Sólo que el caos de transito que antes ocasionaron en el Congreso ahora lo trasladaron al campo electoral. Un verdadero papelón.
¿Se los imagina gobernando? Nos corre un frío por la espalda con sólo imaginarlo. Están tan flojos de ideas que debieron importar intelectuales, a falta de propios. Tanto que profetizaban el “apocalipsis” de la importación de carne y trigo que terminaron por importar a Mario Vargas Llosa para que los represente.
Hagamos memoria.
El 19 y 20 de diciembre de 2001, cuando se pudrió todo en este país y el helicóptero se llevó al último presidente radical, dejándonos a cambio un tendal de muertos y de náufragos en la mayor crisis política en la historia nacional, se escucharon dos consignas definitorias para el porvenir de los argentinos: “Que se vayan todos” y “Queremos un cambio”.
El cambio llegó el 25 de Mayo de 2003 con la asunción de Néstor Kirchner.
Desde entonces todo cambió en el país y en la región.
Somos más libres, más justos, más inclusivos.
Cuando se escucha a los opositores pidiendo “un cambio” hay que responderles que para la inmensa mayoría ese cambio es el que representa el gobierno de Cristina. Aunque ellos lo nieguen.
El acto en el Luna Park, con el lanzamiento de la Corriente Agraria Nacional y Popular que encabeza Julián Domínguez, fue la más clara demostración que la Argentina cambió en su misma esencia.
¡Si hasta el Chaqueño Palavecino le dedicó una bella canción a la Presidenta!
Y enhorabuena que así sea.


El Argentino, lunes 25 de abril de 2011

domingo, 24 de abril de 2011

Cuando amanece la patria

En la antigüedad, es decir antes de Kirchner, los políticos adulones hacían todos los deberes para ganarse un lugarcito en el Olimpo del señor Magnetto.
Hoy es al revés. Es el poder mediático el que se desespera por encontrar una figura en condiciones de competir en las ligas mayores.
Pero no hay caso. Invierte hasta el rubro “clasificados” para posicionarlos. Y nada.
Si en “candidatos” andan flojitos, en estrategia les va peor. Si se juntan todos, pierden todos juntos. Si no se juntan, la derrota será igual de dura. Si Pino y Macri juegan a la nacional, pierden allí y en la propia comarca. Si juegan en la comarca, desertan de la pelea por el premio nacional pero, ay diosito mío, también podrían perder en la comarca.
La descomposición no llegará a su fin hasta las 6 de la tarde del 23 de octubre, cuando se abran las urnas y se cierren las desventuras opositoras.
El poder económico concentrado, ese de Magneto y Techint, está por primera vez en bolas y a los gritos arriba del escenario. Tienen una galería de impresentables a disposición, pero ninguno mueve el amperímetro.
Muy pocos les creen. Son como el payaso del circo que corre hasta la estación de bomberos a pedir auxilio para su carpa incendiada y éstos se destornillan de risa porque creen que es un nuevo chiste.
Un cambio de cultura muy profundo se está gestando mientras usted nos está leyendo.
Es el final de un ciclo y el comienzo de otro.
Esas peleas intestinas interminables, papelón tras papelón, son la gráfica de la descomposición final del viejo sistema de partidos políticos. Y por tanto, la extinción de un modo de hacer política. Nótese que la descomposición pega de lleno en los opositores pero apenas roza con su mal olor al oficialismo, como si éste fuera lo nuevo que nace de lo viejo.
Y lo es.
El gobierno es la expresión en desarrollo del cambio de paradigma en la concepción política de la sociedad. Y va de suyo que si este gobierno es el cambio, entonces el futuro tendrá esta textura, esta mirada, este amor por los humildes y esta dignidad frente al poder. Su proyecto nacional y popular es rebelde, desprejuiciado, plebeyo, insolente, prudente o temerario según corresponda y construye su lugar en el mundo junto al pueblo, con el que se aman desde siempre, sin estar dependiendo de los ladrillos que le tiren desde afuera
El opositor, en tanto, se muestra timorato, dependiente del afuera que lo rodea, no atina siquiera a vestirse solo ni a prenderse los botones.
Está sólo atento al ojo del amo, al reto o al mimo que escriban los profetas del odio en La Nación o Clarín.
¿Pero qué pasó para que se descompusieran en siete años los elementos del status quo político que habían perdurado más de un siglo?
Pasó que Kirchner primero y Cristina después, gustan de vivir con las ventanas abiertas y entonces corre una brisa fresca todo el tiempo por la casa y entra el sol y se respira más libre y se reparan injusticias y se construyen derechos.
La que se descompone con ese aire libre no es Margarita ni Ricardito ni Pino ni Mauricio. Es algo peor. Es el sistema al que quedaron aferrados. Y como no se desmarcaron a tiempo, se hunden estrepitosamente con él.
Esta batalla la perdieron mucho antes de octubre, hagan lo que hagan.
Tendrán que pensar muy seriamente el “qué hacer” después de las elecciones. Un humilde consejo: libérense, sean ustedes mismos, hagan política de verdad. Uno quisiera sinceramente ayudar a tirarles una madera para que floten en su naufragio, una brújula o un gallo que pueda despertarlos de esa pesadilla.
Dan vergüenza ajena verlos ofendiendo, mintiendo, ladrando, a quienes deberían ser sus aliados naturales en el campo de las libertades políticas, en vez de hacer de guardaespaldas de ese poder civil que conformó el comité central de la dictadura.
Si al menos tuvieran la sabiduría de preguntar a una mujer de pueblo qué cosa le significan en su vida la Asignación Universal por Hijo y por embarazo más la ampliación del calendario de vacunas, sabrían que constituyen una parte sustancial de las medidas liberadoras más trascendentes de este período histórico.
El tiempo es una categoría política para el gobierno. Por eso lo construye pacientemente y el “triunfalismo” no cabe en su agenda ni en su cabeza.
Cuando se inauguran obras postergadas durante décadas en el interior profundo y que llevan el nombre de Néstor Kirchner, habrá que pensar que esas obras, sean puentes, escuelas, caminos, hospitales, diques o fábricas, constituyen una parte esencial del nuevo disco rígido de los argentinos.
Pero hay algo tan o más valioso aún que este dato duro: la construcción de una nueva memoria, la que queda grabada en la piel y el corazón de los hombres y mujeres, ancianos y niños, que son favorecidos directamente por las medidas del gobierno nacional.
Nada ni nadie podrán hacer retroceder la conquista de estos derechos sociales que empiezan a constituir el nuevo tejido social de nuestra sociedad.
Cuando la Presidenta da el dato del descenso abrupto de mortalidad infantil y transplantes por la Hepatitis gracias a las vacunas obligatorias dispuestas por el ex presidente Kirchner, está mostrando una huella muy profunda en el camino de ascenso hacia un país más justo.
De eso no se vuelve.
¿Qué enseña la historia?
En la Asamblea del año 1813, la que inició el camino de las libertades políticas y sociales en la Argentina, aboliendo la Inquisición y el uso de tormentos, consagrando el principio del fin de la esclavitud, hay una resolución que no siempre es destacada por los historiadores: “La obligación de bautizar a los niños con agua templada pues se ha conocido con dolor y perjuicio de la población que la multitud de infantes que perecen luego de nacidos del mal vulgarmente llamado “de los siete días”, es originado de un espasmo que entre otras cosas lo ocasiona el agua fría con que son bautizados”.
Lo que antes parecía “natural” deja de serlo para transformarse en un nuevo peldaño de más humanidad.
En eso andamos los argentinos desde hace 200 años.

Miradas al Sur, domingo 24 de abril de 2011

miércoles, 20 de abril de 2011

Los pájaros de la libertad

La Presidenta habló desde Santiago del Estero y un país se estremeció, seguramente, de emoción.
No sólo por las obras que inauguró allí, sino por esas emociones compartidas entre Cristina y el pueblo.
Nos acordamos de un pasaje de la brillante película “Revolución” en el que San Martín pregunta a un granadero porqué motivos peleaban y aquel le responde: “por la libertad”.
“No es cualquier libertad” revela El Libertador.
La memoria histórica dice que esos bravos peleaban por el destino de libres que se merecían. Y por la igualdad de derechos que ya transmitía ese glorioso Ejercito de los Andes, de criollos, indios, negros y mestizos.
Así nació la patria, con un proyecto inclusivo.
Un país de pájaros, de pasiones y de sables libertadores.
Vale el antecedente para recordar que en esa búsqueda de igualdad y justicia, seguimos empeñados.
Cualquiera que nos visite, famoso o desconocido, podrá apreciar lo que aquí decimos.
En este lugar del mundo cualquiera puede decir lo que le venga en ganas.
¡Si hasta fue el propio gobierno nacional el que impulsó la derogación de la figura de “calumnias e injurias” para las opiniones vertidas en la prensa!
¿Quién nos va a dar clases de libertad a los argentinos cuando somos el primer país de América que sanciona una ley de medios tan participativa, generosa, antimonopólica y democrática como la que tenemos vigente, pese al Grupo Clarín que la viola permanentemente?
¿Quién va a darnos clases libertarias cuando somos el único país de la región que cuenta con ley de matrimonio igualitario?
¿Quién va a darnos clases de libertad cuando cargamos el dolor de 30 mil desaparecidos y sin embargo no hubo, no hay ni habrá ley del talión, sino memoria, verdad y justicia?
¿Quién va a enseñarnos a defender mejor el valor de la vida y de la paz cuando somos el país de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo?
En este país la única libertad que no se tolera es la de morirse de hambre, de desempleo, de desesperanza o de desmemoria.
El Programa Mundial de Alimentación de las Naciones Unidas presentó el mapa actualizado que mide las regiones más amenazadas por el hambre y la miseria, en contraste con las de mayor desarrollo social.
Con el color celeste se señalan las regiones más desarrolladas socialmente del planeta y con otros colores, las menos desarrolladas.
La Argentina está pintada de celeste.
Es un país que empieza a ser de libertad y de igualdad, como soñaron nuestros próceres. Un país con sus contrastes y asignaturas pendientes, pero donde el pibe más humilde sabrá cuando sea un adulto, que creció sano, contenido y al amparo del regazo de su madre.
Y al amparo del abrazo de un Estado que no los abandonó.




El Argentino, miércoles 20 de abril de 2011

martes, 19 de abril de 2011

La vida por cadena nacional

Imposible no emocionarse con los anuncios realizados por la Presidenta.
Imposible no conmoverse cuando recordó a Néstor Kirchner, en el tramo final de su discurso, con los versos de una bella canción de Joaquín Sabina:
“Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena”.
Descuentos en los remedios para nuestros jubilados; extensión de la Asignación Universal por Hijo para las embarazadas; ampliación del calendario de vacunas para los pibes y para los abuelos.
Son todas medidas que hablan de un Estado presente.
Un Estado con justicia y equidad, como Cristina lo definió.
Si la economía argentina creció un 8,7 % en febrero, ahora sabemos en qué se invierte el crecimiento. De eso se trata.
Cuando la Presidenta dijo que la llegada de un hijo debe ser una bendición y no una maldición, la vida recobraba su justa medida y su verdadero sentido.
Con mi abuela Ana aprendí que antes del peronismo no había jubilación para todos. Menos del 10% de la población tenía ese derecho.
Con ella aprendí que con Perón se crearon luego las Cajas de Empleados de Comercio, de los autónomos, del personal de la industria, de los peones rurales, de todos los trabajadores.
Y aprendí que esas Cajas daban superávit y que los fondos eran invertidos en títulos del Estado y que con todo ese avance se construyó luego el derecho social de un sistema solidario de reparto.
Pero después de 1955, añadía mi madre, “todo se vino abajo para los jubilados”.
“Y para el país”, agregaba mi padre.
“Gobierno que venía, gobierno que metía mano en nuestros ahorros”, decía.
El menemismo fue la coronación de esa injusticia con el negociado de las Afjp, sólo empardado por la Alianza radical de De la Rúa que les descontó el 13 % a los que ya venían corriendo la coneja. Para decirlo amablemente.
Es que cuando la economía se congela, todos nos morimos de frío.
Y al revés: cuando mejor están los jubilados, es cuando el país se industrializa y crece en consumo, empleo y producción.
¿Saben porqué? Porque es un cuento chino eso de “la plata de los jubilados”.
Lo que existe es la plata del ahorro de los trabajadores argentinos, que es otra cosa distinta.
Es el Estado al servicio de los intereses populares o al servicio de los mercaderes.
Esa es la cuestión central.
Esta vez nos cuidamos entre todos, porque hay un Estado que así lo garantiza.
Si las ex Afjp giraban nuestro ahorro al exterior, ahora la Anses la invierte en la economía nacional, custodiando y generando más inclusión social y más empleo para todos.
Es otra lógica la que nos gobierna hoy.
Por eso el ahorro de los argentinos tiene quien los resguarde, ante la voracidad de los miserables de siempre.


El Argentino, martes 19 de abril de 2011

lunes, 18 de abril de 2011

Amanece en el país de Paka Paka

Eran miles de chicos brillando a plena luz del día. Cantaban, jugaban y saltaban al compás de la música y las consignas de amor que partían desde el escenario mayor, en las puertas del Palacio Pizzurno, allí donde reside el ministerio de la educación argentina. Fue el sábado pasado; desde Buenos Aires al país, de aquí hasta el cielo, ida y vuelta. No había bronca ni tristeza en esa multitud. Había un clima de esperanza, en medio de un reclamo justo y bullanguero al Grupo Clarín: ¡devuelvan a Paka Paka! Indignan el alma y la razón que la señora de Noble y el señor Magnetto se queden con una señal que es para los pibes y es de los pibes. Lacera en la propia piel conjugar este secuestro a la infancia con otros secuestros de pibes en la larga noche de la dictadura. Ojalá esta multitud de murgas y payasos, de artistas populares y teatro infantil, de chicos alborotados que venían de las barriadas más humildes y de las no tanto, pueda vencer tanto odio y resentimiento. Y Paka Paka se vuelva universal. “Paka Paka para todos”, es la consigna. Un país con igualdad de derechos, es el camino que recorren el pueblo y su gobierno para conseguirlo. A unas cuantas cuadras de allí, en Parque Chacabuco, la casa de Norberto Galasso, el maestro que nos cuenta de qué se trata la historia de los argentinos, mostraba callada y triste, el ataque sufrido sobre su portal. Seguramente amanecía el día. Seguramente las calles vacías de doñas y de dones se llenaban de sombras y de frío. Seguramente rompieron los cristales de su casa con un estruendo que, por cobarde y sórdido, no perturbó su lindo sueño. Seguramente, Norberto, pensarían que con semejante muestra de intolerancia alcanzaría para hacerte saber que quieren que te calles. Así nomás. Pero no saben que en tu pluma y en tu voz habitan miles de voces que hablan a través tuyo. ¿Cómo hacer que se callen Jauretche, Scalabrini Ortiz, Discepolín, Evita, Perón y San Martín? Es un imposible. Y enhorabuena que así sea. Va desde aquí un abrazo y un saludo sanmartiniano que nos compromete solidariamente: Seamos libres, que lo demás no importa nada. Por estas coordenadas anda la vida en su estado de gracia. Con sus alegrías y sus acechanzas. Con sus pasiones y sus desafíos. “La patria es un peligro que florece”, decía Leopoldo Marechal. Y vaya que ponía luz sobre las cosas cuando así hablaba. Todo lo demás es puro cuento. El papelón de Duhalde y sus amigotes del pejota federal. El papelón de Solanas. El de los radicales. El de Macri ladrándole a la luna. El papelón de toda la oposición despatarrada por izquierda y por derecha. Todo va quedando más claro, ahora que amanece en el país del Paka Paka.

El Argentino, lunes 18 de abril de 2011

domingo, 17 de abril de 2011

La dolorosa alegría del mes de abril



Dos hechos, en apariencia distintos y lejanos, marcaron el curso de estos últimos días: el enjuiciamiento y prisión perpetua a Luis Abelardo Patti y la decisión del gobierno de ocupar el lugar que le corresponde al Estado de acuerdo a las acciones de la Anses en las empresas. Sin embargo, ambos acontecimientos reconocen en la voluntad política, el origen de sus acciones. No suceden porque sí, no están en “la naturaleza de las cosas”. ¿O acaso Patti no fue reciclado por esta misma democracia? Suceden porque hay un proceso político, institucional y social abierto en la Argentina, que arranca con Néstor Kirchner en el 2003 y continúa vigente con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Un proceso que libera los cursos de la acción política y profundiza la democracia. La matriz es la recuperación de la política, sin dudas. Los pueblos pueden resistir y sacrificarse indefinidamente en busca de un mejor destino, pero si esa lucha no fructifica en la instalación de un gobierno que recupere el Estado como motor de cambio, como reparador social y como factor de universalización de derechos, poco o nada se podría avanzar en términos históricos. En este mes de abril serán muchos, muchísimos, los que sentirán en la piel y en el alma lo que sintió y expresó Juana Muñiz Barreto, la hija del diputado peronista, Diego Muñiz Barreto, secuestrado, torturado y asesinado por las tropas de Patti. Dijo Juana, en declaraciones radiales, a pocos minutos de la sentencia al asesino de su padre: “Siento una dolorosa alegría y que ahora sí voy a poder ejercer en plenitud mi rol de madre. Soy de las que sentí a edad temprana cierta bronca con mi viejo porque me había quedado huérfana de él, justamente de él que era el mejor padre del mundo para mí, pero con el tiempo y buscando justicia, supe que no era yo sola la que sufría, que había otros hijos, otros familiares, que mi padre fue una víctima más en el genocidio”. ¿No es esta una declaración de amor y humanidad desde el centro del dolor? ¿No es esta una forma de contar la historia más reciente de los hombres y mujeres de nuestro pueblo? Una dolorosa alegría nos envolverá, como a Juana, en este mes de abril porque se dictarán las sentencias de muchos de los juicios por crímenes de lesa humanidad que se llevan adelante en distintos tribunales del país. La Masacre de Margarita Belén tendrá su fallo en los próximos días en Resistencia, allí donde se erigió lo que Mario Bosch, abogado querellante, denominó la maqueta sufriente del genocidio argentino. Para palpar con la yema de los dedos la trascendencia de estos juicios a los genocidas, hay que observar atentamente lo que ocurre en Uruguay y en Brasil. El espinazo del diablo de las dictaduras en el continente, Plan Cóndor mediante, sigue latente en aquellas orillas. No porque haya fuerzas armadas dispuestas a volver sobre experiencias violentas, necesariamente. Sino porque el mal aliento de la muerte dictatorial sigue cayendo y condicionando a muchos sectores de la sociedad y en particular, a muchos de los que ejercen activamente el arte de la política. Incluidos, antiguos y probados dirigentes populares de esos países hermanos. Ese espinazo del horror está felizmente roto en la Argentina. Por eso somos un ejemplo en el mundo. Por las luchas de las Madres, las Abuelas y los Hijos, particularmente. Si la prisión a Patti fue el fruto victorioso de la justicia, es porque antes se les dio identidad a los desaparecidos. Sabemos como se llaman. Los conocimos. Los amamos. Los extrañamos. Los buscamos. Es la lucha por la identidad recuperada, la que triunfa cada vez que un tribunal falla como ahora. Pero a la que hay que seguir recuperando en plenitud, es a la política, esa ilustre y honorable desaparecida desde la dictadura hasta no hace muchos años atrás. El paso dado por el gobierno recuperando los lugares que le corresponde ocupar en las empresas con acciones de Anses, resultado del ahorro de los trabajadores, es un gran avance en esa dirección. El Estado ocupa lo que le pertenece al pueblo y lo que tutela en su nombre y representación genuina. No es una medida económica financiera más. Es una medida profundamente política y nos animaríamos a decir, esencialmente cultural. Este Estado no sienta a sus funcionarios en los directorios de las compañías para calentar sillones en nombre de una gobernabilidad siempre funcional a los intereses de los poderosos. Hace valer los derechos sociales y económicos de la sociedad. Ni más ni menos. Es una manera de garantizar la autonomía de la política. Y es a la vez, una interpretación de la realidad en sus tres dimensiones: ancho, largo y profundo y ya que estamos, le agregamos otras dimensiones tan valiosas como el tiempo y la memoria colectiva. No entender esta cuestión, tan elemental como estratégica, supone cometer los desvaríos iluministas que en su momento hicieron que se apele a la desesperación antes que al uso inteligente de la política, como reclamó, brillantemente, Rodolfo Walsh. Por esa causa, muchos de los que fueron vanguardia por “izquierda”, hoy fungen de retaguardia por “derecha”. Vaya con el extravío. Andan a los codazos entre ellos mismos porque viven a oscuras y en medio de un laberinto del que no podrán salir ni por arriba, como aconsejaba Marechal. Siguen mirando la realidad en forma plana, no tridimensional. Construyen su agenda política con las tapas de los diarios y las editoriales políticas de Clarín, La Nación y sus repetidoras. Como si aún creyeran que el mundo es plano. Hasta Cristóbal Colón se reiría de ellos, mientras les muestra como gira un huevo sobre la mesa. El poder corporativo que los instrumenta, no tiene estas fallas. Tiene otras, muy distintas. Sabe que perdió el control remoto de la política en manos de un gobierno democrático y que no tiene “tropa” ni cuadros lúcidos y seductores para recuperarlo. Por eso le duele mucho más que la prisión perpetua a los genocidas, la “intromisión” del Estado en los asuntos del “mercado”. Pero ya es tarde para lágrimas.


Miradas al Sur, domingo 17 de abril de 2011

viernes, 15 de abril de 2011

La mar estaba serena

Luis Abelardo Patti: prisión perpetua. Se hizo justicia. La decisión del Gobierno de participar en las empresas donde el Estado tiene invertidas las acciones del ahorro de los trabajadores argentinos, de acuerdo al porcentaje que esas acciones representan, también es un acto de justicia. Así lo señaló desde un primer momento el titular de la Anses, Diego Bossio. ¿Por qué les molesta mas esta decisión a los poderosos señores del Grupo Clarín y sus socios de Techint que la prisión a Patti, Bignone y otros genocidas? Veamos el trasfondo político de esta cuestión para intentar comprender la verdadera trama que subyace en esta coyuntura. Cuando llegó Néstor Kirchner a la presidencia, la marea popular bullía por abajo mientras la dirigencia política, esta misma que ahora funge de opositora a Cristina, hacía la vista gorda por arriba. Ese disloque entre el pueblo y sus cuasi representantes provocaba a su vez un tembladeral en todo el sistema democrático. Nadie de ellos daba pie con bola. Eso sí, cada una de esas gestiones se iba del gobierno, cargándose unos cuantos ciudadanos muertos y dejando al país cada vez más hundido. El poder económico concentrado, ese que articuló el Grupo Clarín durante décadas, tomaba sol en la terraza, con un daiquiri entre las manos. El caos estaría bajo control mientras gobernantes y legisladores le hacían el trabajo sucio, apoltronados en sus mullidas bancas. La mar estaba serena, serena estaba la mar… Pero llegó el Pingüino y la mar se alborotó. Kirchner liberará la capacidad de la política para dirigir los destinos del país del presidio al que la sometían los poderes económicos de turno. Todo lo que viene pasando, tanto en el oficialismo como en la oposición, tiene que ver con aquella travesía que inició la Argentina el 25 de Mayo de 2003. Hoy el gobierno de Cristina se asienta sobre sus propias iniciativas y sobre el tiempo político que el mismo kirchnerismo construye. Lo hace en función del olfato que arriesga en cada coyuntura y lo expresa en un proyecto de país que tiene tres dimensiones. Ancho, largo y profundo. El gobierno no tiene otro patrón que el pueblo argentino. Y es por eso que la usina política que lo abastece es abarcadora e inagotable. La oposición, en tanto, está en las antípodas desde la misma naturaleza con la que está constituida. Sus patrones, literalmente hablando, siguen siendo los dueños y los amanuenses que escriben las tapas y editoriales de los grandes diarios. Por eso decimos que los opositores no miran la realidad en 3D sino en forma plana. De allí arranca esta crisis interminable que los tiene atrapados y sin salida. Calma. Es Argentina que se ha puesto de pie. Y camina hacia adelante. El Argentino, viernes 15 de abril de 2011

jueves, 14 de abril de 2011

Un acto de justicia



Pedimos disculpas a nuestros lectores habituales, pero debemos sincerarnos: ¡Estamos hartos del bochorno opositor! Por eso no hablamos tan seguido de la oposición como nos solicitan muchos de los seguidores de estas modestas columnas. Tienen razón, hay que denunciarlos para que se sepa toda la verdad sobre ciertas conductas miserables de esa dirigencia política; pero estamos hartos. Porque dan vergüenza ajena. Porque nos entristece la degradación política y humana de quienes supieron ser parte de la cultura y la militancia popular y hoy se despachan a favor del “voto calificado” de la época del “fraude patriótico”. Cuando Pino Solanas agrede a Claudio Lozano y viceversa y ofenden a quienes somos orgullosos hijos de esta tierra descalificando a los votantes de las provincias más pobres. Cuando el radical Ernesto Sanz agrede al radical Ricardo Alfonsín. Cuando los seguidores de Eduardo Duhalde agreden a los de Francisco De Narváez y viceversa. Cuando Mauricio Macri agrede a todos. Cuando Rodríguez Larreta ladra a Gabriela Michetti y viceversa. Cuando los lenguaraces de Clarín y La Nación disparan a mansalva desde sus trajinadas azoteas… ¿Se darán cuenta del espectáculo bochornoso que están brindando en horarios aptos para todo público? ¡Y encima se largó el rabino del gorrito floreado! Tengamos un poco de piedad con nuestras almas. Por eso, sigamos hablando de las cosas que sí son importantes para nuestro destino colectivo y para nuestra suerte personal y familiar del día a día. Allá vamos. El Gobierno derogó las limitaciones de la Anses en su derecho a voto en las empresas donde es accionista. La restricción incidía directamente sobre la debida y adecuada defensa del derecho que le asiste al Estado y que no es otro que el de los aportantes y beneficiarios del régimen previsional. El Decreto 441/2011 pone las cosas en su lugar. Y ésta sí que es una buena noticia para el presente y para el futuro de los trabajadores de hoy y los jubilados de mañana. El titular de Anses, Diego Bossio, lo expresó con toda claridad: “Es un pleno ejercicio de los derechos y es un acto de justicia. La Anses gestionará en las empresas el ejercicio de sus derechos. La presencia del Estado significa tener mayor control, injerencia en las inversiones, poder participar de política y dividendos y aportar para que a la empresa le vaya bien”. “Esto significa la garantía y el cuidado de los activos que tienen los trabajadores argentinos, los jubilados y los futuros jubilados, con la representatividad justa", afirmó Bossio. Mientras los opositores ladran, la Anses en nombre del gobierno nacional, cuida y fortalece los ahorros de los trabajadores. Enhorabuena.


El Argentino, jueves 14 de abril de 2011

miércoles, 13 de abril de 2011

El país de los barcos hundidos



Sucedió ayer finalmente. Fue tanta la hipocresía sufrida durante décadas, que iniciar la limpieza del Riachuelo parecía ya un imposible. Con el retiro del último barco hundido de esas aguas barrosas, sucias y contaminadas, se inicia una fase decisiva para la recuperación de la cuenca fluvial más importante de Buenos Aires. En apenas cuatro años se retiraron los 56 barcos hundidos. De ellos, 31 los retiró el gobierno a través de la Prefectura y la Secretaría de Ambiente de la Nación y los otros 25 fueron retirados por los propietarios de las embarcaciones. Si no se hizo antes, no fue sólo por la desidia de funcionarios de antiguos gobiernos, sino también por impedimentos de la propia justicia, como se afirmó ayer. Es toda una metáfora argentina: Vamos dejando atrás un país de barcos hundidos, mientras reconstruimos el país de los astilleros. Si se piensa que el total de lo recaudado por la venta de las chatarras extraídas de 11 buques ya fue donado a dos hospitales de niños, la metáfora se vuelve una bella realidad. Junto a esta decisión, el Secretario de Ambiente, Juan José Mussi, informó que ya son 92 las empresas que dejaron de verter al Riachuelo sus deshechos. La ministra Nilda Garré presidió el acto de remoción final, reafirmando la voluntad del gobierno nacional de recuperar un Riachuelo limpio y sano para todos los vecinos. Siguiendo con los barcos, ayer también se supo que la Aduana multó con 3 millones de pesos a barcos extranjeros que no habían declarado la carga de combustibles y químicos que transportaban. Y también que otros 143 trabajadores rurales fueron rescatados del trabajo esclavo al que eran sometidos en empresas privadas radicadas en La Rioja. Los hacían dormir en contenedores oxidados, esos malditos empresarios y capataces que aún creen que seguimos hundidos en el barro del viejo país, como los barcos del Riachuelo. Este país es el país del futuro, aunque la oposición mediática y los patrones “negreros” tiren para atrás. Lo demuestra permanentemente, en acciones de gobierno, la Presidenta de los argentinos. Ayer debía inaugurar una planta de fabricación de computadoras y en simultáneo la escuela técnica de Zarate, especializada en energía nuclear; de ese establecimiento público saldrán los profesionales que requieren Atucha I y Atucha II. Pero un cuadro de hipotensión la obligó a un reposo médico. Nos vamos. Es una pena que ya no esté Neruda para buscar entre los naufragios algún mascarón de proa que pueda engalanar su casa en Isla Negra. Al poeta no se le podría negar esa musa inspiradora. Ahora quedamos nosotros y nuestras circunstancias. Eso sí: La Argentina ya no es un barco hundido.


El Argentino, miércoles 13 de abril de 2011

martes, 12 de abril de 2011

Es tiempo de victorias



La carrera hacia octubre está lanzada. Los dos modelos de país en pugna desde hace doscientos años, desarrollan sus primeras maniobras en el campo electoral. Tres elecciones provinciales, Catamarca, Chubut y Salta, empiezan a dar el pulso de una nación que va en busca de su destino. En términos políticos electorales, el Kirchnerismo ganó en las tres. Porque más allá del resultado final de ese bochorno que fueron los comicios en Chubut, es innegable que también allí la que alumbró más alto es la presidenta de la nación. Cristina consolida su liderazgo y acrecienta, incluso, el caudal de simpatías que despierta su nombre en amplias capas sociales de la población. Pero nótese el siguiente detalle, inédito en la historia política contemporánea: Mientras Cristina parece no tener techo en su crecimiento, la oposición no termina de tocar fondo en su descrédito social. O sea: unos crecen para arriba y otros “crecen” para abajo. Perón decía, en una excesiva muestra de modestia: “no es que nosotros hayamos sido muy buenos, sino que los que vinieron después fueron muy malos”. Pero en esta ocasión, habría que afirmar lo contrario: no es que la oposición sea muy mala, sino que el gobierno nacional es muy bueno. En las tres elecciones provinciales ganó Cristina; no hay análisis político que niegue que fue ella la que traccionó los votos de los candidatos locales del peronismo kirchnerista. Como contra prueba, todas las variantes opositoras que compitieron en nombre del antikirchnerismo, los candidatos de Macri, Duhalde, De Narváez, Pino Solanas, Carrió o los radicales, perdieron como en la guerra. Ante semejante cuadro de situación ¿qué hacen los opositores y los medios corporativos que los apadrinan?: ¡Se vuelven locos! No se puede conceptualizar de otro modo, locura, a la negación de la realidad que ejercitan desde las tapas de Clarín, La Nación y demás socios. En verdad, les duele que Urtubey haya dedicado el triunfo a Cristina y reafirmado que trabajará para su reelección presidencial. Y les duele que Urtubey haya homenajeado al Gobernador Miguel Ragone, el único mandatario provincial desaparecido por la última dictadura cívico-militar de la que muchos lenguaraces de la corporación formaron parte. El poder económico y monopólico buscaba que el oficialismo termine siendo un club de fundamentalistas “K”. Y volvieron a equivocarse. No pudieron fracturar al movimiento nacional y no se bancan que el kirchnerismo sea un frente complejo, heterogéneo, ancho, profundo, policlasista, multisectorial, donde caben todos los que apuestan a un país más justo, inclusivo, saludable, bello y alegre. Pobrecitos. No saben lo que se pierden.


El Argentino, martes 12 de abril de 2011

lunes, 11 de abril de 2011

La mancha venenosa



Ayer domingo trascendió por distintos medios de comunicación, la feroz interna en la que se debate el sitio conducido por Mauricio Macri y el sitio que lidera Pino Solanas. El detonante de estas disputas intestinas es elocuente: definir si los jefes compiten por la candidatura presidencial o finalmente “se bajan” a disputar solamente la Ciudad de Buenos Aires. Gente grande. Sacan sus trapitos al sol, sin pudor alguno. Muestran sus debilidades y miserabilidades en estas peleas interminables porque queda claro que cada uno atiende su juego, que no hay equipo, que no hay proyectos, que no hay programas. Que no hay ideas. Con sólo leer las declaraciones de los contrincantes, surge claro que cuando las segundas líneas de los opositores empujan a Macri (por ejemplo, Gabriela Micheti y Rodríguez Larreta) o a Solanas (por ejemplo, Claudio Lozano) a ir a la disputa presidencial, no lo hacen por generosidad con sus jefes; es pura y exclusivamente para que no taponen la posibilidad de meter por abajo un diputado más o un diputado menos. Y quién te dice, quedarse con el premio mayor, o sea, la jefatura de los porteños. Es una pelea de todos contra todos en los sitios “opositores punto com.” ¡Y después juran y recontra juran que van a juntarse todos para derrotar al kirchnerismo! Si ni siquiera se ponen de acuerdo entre ellos mismos, sitio adentro ¿cómo podrían unirse en un frente de partidos? Por eso decimos que los opositores juegan a la mancha venenosa. Se tocan y chau, a otra cosa con el que fue manchado. Todo indica que esta situación caótica de la oposición seguirá su curso. Nadie de ellos está en condiciones de señalar el norte y acumular fuerzas para marchar hacia allá. Se rompieron todas las brújulas y la única que quedó en buenas condiciones la tiene el pueblo, que como se sabe, contiene, cobija y apoya a la Presidenta de la Nación. La oposición está en un punto muerto, sin arrancar y amenazado dramáticamente por la posibilidad cierta de partirse en mil pedazos. Este divisionismo es la última fase del triunfalismo que exhibieron hasta el fracasado asalto a las reservas del Banco Central el año pasado. Se comían los niños crudos. Adelantaron tanto los relojes que se perdieron en el tiempo y quedaron boyando sin destino, como esas naves espaciales que no pueden volver a ingresar a la atmósfera para regresar a la tierra. Su comando mayor, el monopolio de Magnetto, dispara sus órdenes a diestra y siniestra, pero los pilotos no dan pie con bola. Esta es la situación que viven, o mejor dicho, que sufren los opositores. Salta, la linda, ya tiene nuevo gobernador. Y Octubre, como un sol patrio, se agiganta en el horizonte.


El Argentino, 11 de abril de 2011

domingo, 10 de abril de 2011

La pasión según Cristina



El otoño va dejando caer sus primeras hojas amarillentas y con ellas, van cayendo los nombres de quienes presumían hasta el último verano ser la alternativa opositora al modelo nacional y popular que nos gobierna. Se cayó Cobos. Se cayó Das Neves. Se cayó Carrió. Se caen las ventas y la credibilidad del Grupo Clarín. Es un tiempo de hojarascas y contrastes fuertes. Porque mientras se suceden las deserciones y estampidas en el campamento opositor, una mujer habla de la pasión desde el atril mayor de la democracia y dice: “Esta Presidenta siente mucha pasión por la Argentina, una inmensa e intensa pasión por la Argentina, por mí país, por nuestra historia. Pasión por transformar, pasión por cambiar, pasión por mejorar, pasión por progresar, pasión por incluir, pasión por igualar también”. Pero la oposición, que blasfema cuando escucha hablar de sentimientos, se muestra desagradablemente torpe en su desnudez otoñal. Estamos contemplando con los primeros fríos de estación, un proceso de degradación y descomposición de la materia con la que se formó esa política y los políticos que la instrumentaron en las últimas tres décadas. Es una “clase política” que llegó a creerse una nueva clase social, porque ese fue el libreto con que la adoctrinó el poder económico durante más de un siglo de colonización cultural. Los dueños de ese poder, sí que constituyen una clase, desde tiempos de Bernardino Rivadavia y el primer Martínez de Hoz hasta el presente. Por derecha y por izquierda, esos políticos cumplieron con relativa eficacia el rol de celadores y lenguaraces que les delegaron en cada etapa de la vida política. Cuando fueron ineficientes para cumplir el mandato, golpeaban la puerta de los cuarteles y venían los blindados a reemplazarlos hasta que se restableciera “el orden republicano”. Así fue siempre. O casi siempre. Pero de pronto apareció Kirchner y luego Cristina y el viejo país entró en estado de asamblea. Todos los lugares secretos y sagrados de la vieja y la nueva oligarquía fueron descubiertos. Ahora sabemos, por ejemplo, que el golpe del 24 de marzo de 1976 no fue para “aniquilar” la guerrilla ni para “sanear” las instituciones corrompidas por el gobierno de Isabel, sino para pasar a degüello lo que quedaba en pie de un Estado que supo ser de bienestar. Y sabemos más: que no hubo “complicidad” civil con la dictadura sino algo mucho peor; hubo dirección política civil en el saqueo a mano armada contra el pueblo y sus militantes. Nos hicieron creer que la dictadura era sólo militar para poder guarecerse en el nuevo paisaje de la democracia y seguir dictando los guiones de la escena política. Esos civiles siguen siendo tan poderosos que hoy se niegan a cumplir con la ley de Medios, secuestran a Paka-Paka y no descubren los brazos de los hijos apropiados. La descomposición de Cobos, en este marco de análisis, no es un dato menor. Es la expresión más olorosa, más degradada, más grosera de esta fragmentación que vive la representación política de los sectores dominantes. Por eso es un error político aislarlo del contexto opositor del que forma parte. El caso Cobos sirve para que la ciencia ensaye una y mil tesis sobre la vida efímera de los personajes surgidos de los laboratorios mediáticos. Un minuto de fama y a la bolsa. La oposición no puede ser peor de oportunista. Ahonda su fealdad porque frente suyo hay un gobierno que, por lejos, es el mejor gobierno en décadas. Si el actual proyecto político que gobierna la Argentina debe revalidar su condición de gobierno transformador, permítannos cometer el sacrilegio de afirmar que no será por ninguna de las políticas económicas y sociales de impacto altamente reparador y justiciero para nuestro pueblo, sino por la profunda transformación cultural que está logrando en la sociedad, a partir de esas políticas. Y ahí está el núcleo central de la disputa en esta etapa: cada una de esas políticas constituyen el sustrato de una nueva cultura en la sociedad. La Asignación Universal por Hijo y el Matrimonio Igualitario, por brindar dos ejemplos mayúsculos, son un hecho cultural, más que políticas dirigidas a un sector social determinado. Veníamos afirmando que la única vaca sagrada del poder, con la que no se metió nadie en un siglo y medio, es aquella que se expresa a través de la cultura dominante, aquella de la “historia oficial”, del sentido común hegemónico, de la educación formal y no formal. Si a Néstor Kirchner le tocó en suerte descolgar los cuadros de los horribles, a Cristina le correspondió colgar los cuadros de la belleza. Cuando la Presidenta cuelga en la Casa Rosada el retrato de Juana Azurduy y del Che Guevara y después inaugura la Escalera en honor a Ricardo Carpani, el pintor de la resistencia, está negando a la verdadera vaca sagrada del mitrismo colonial y colonizante: el añejo sustantivo cultural. Y si además, la Casa se llena de pueblo, de artistas, de pibes, de maestros, de turistas, el ruido es más potente que una despedida de soltero en una catedral. El Grupo Clarín y sus socios tienen resto más que suficiente para bancarse la pérdida del negociado de las AFJP que en tiempos de neoliberalismo explícito les permitió incautar el ahorro de los trabajadores. Está en su imaginario, un futuro cambio de vientos para volver a la carga por los “bienes” que perdieron desde el 2003. Pero lo que les resulta intolerable es que este proyecto nacional, popular y democrático les gane la partida en las ideas, la cultura, el pensamiento. El relato histórico lo impusieron ellos, de Mitre en adelante. Ese relato es debatido hoy con mucha madurez por esta generación del Bicentenario, o sea, por una juventud que trae en su memoria, lo aprendido, tarde, por quienes la precedieron. Por eso este proyecto resulta el mayor transformador de los tiempos modernos; porque reconstruye los pedacitos rotos de nuestra historia, para cimentar un nuevo relato donde entremos todos. Defender la pasión es defender la alegría. Y esa sí que es la tarea mayor de todo el pueblo.


Miradas al Sur, domingo 10 de abril de 2011

viernes, 8 de abril de 2011

La descomposición de Cobos



Un viejo profesor de Química nos enseñaba en la escuela secundaria, años ha, que cuando una materia entraba en descomposición, todos los tiempos se aceleran. Y sucede lo previsto inevitablemente: se pudre. Cuando el programa de radio que escuchaba ayer, difundió la noticia de la renuncia de Julio Cleto Cobos a su candidatura presidencial, me acordé de la química más que de algún tratado de análisis político. Toda la oposición ha entrado en un estado de descomposición de la materia de la cual está conformada; materia que es extraña a la política. Y no es esta una aseveración irónica o capciosa. Es apenas una observación de la realidad concreta. Hagamos un desafío colectivo desde acá: Que levante la mano el sector de la oposición que presuma de compacto, unido, sólido, con proyectos y programas comunes, sin luchas internas insalvables o imposibles de saldarse en una síntesis partidaria. Silencio estampa, diría el Coco Basile. La huida de Cobos de su candidatura, deja al desnudo la miseria humana que habita la política cuando esta es reemplazada por el egoísmo, la mediocridad y por sobre todo, por la usurpación descarada de un lugar institucional que le pertenece, por su origen, solamente a la voluntad popular. O sea, la materia descompuesta se muestra con más elocuencia allí donde más se expone, en la vidriera de los impunes, en el estante de los miserables. Pero está mostrando al mismo tiempo que toda esa fruta, llamada oposición, está irremediablemente podrida. La descomposición de Cobos no hay que verla ni analizarla a partir del portazo de ayer contra sus correligionarios, sino a partir de su primera traición al mandato popular. La noche que dijo “mi voto no es positivo” en el Senado de la Nación, votando contra el Poder Ejecutivo que representaba, empezó a recorrer esta olorosa agonía de un caso único en la historia de la democracia. La traición es vieja como la humanidad; aunque duela esta afirmación, es así. Pero la traición mendaz con ocupación permanente del cargo traicionado, eso sí que es un invento argentino, de Cobos en adelante. Cobos no se va solo. Que no se hagan los distraídos sus socios de la corporación opositora. Porque todos lo festejaron cuando traicionó. Todos lo alentaron. Todos lo ungieron con mieles y ungüentos varios para convertirlo en la contracara “republicana” de estos “negros de mierda” que gobiernan desde el día que Néstor Kirchner afirmó “Vengo a proponerles un sueño…” Fin de ciclo, nomás. Tanto que lo profetizaban para el kirchnerismo, resulta que ahora sus mentores huyen como rata por tirante. Paciencia: el vicepresidente “ocupa” seguirá cobrando igual el sueldo hasta fin de año. Sin vergüenza.


El Argentino, viernes 8 de abril de 2011

jueves, 7 de abril de 2011

El valor de la vida



Cada vez que habla la Presidenta uno tiene la sensación que la vida vale la pena, que los años de cárcel, que el destierro, que los sufrimientos pasados, valieron la pena. En lo que va del año, fueron tres los discursos vitales de la Presidenta que marcan la razón de este modelo que gobierna y alumbran el horizonte al que estamos llegando día a día. En la apertura de sesiones en el Congreso, en el estadio de Huracán y el mensaje que brindó ayer desde la ciudad de Córdoba. Ayer habló desde un federalismo en plena acción, con números de la economía nacional que se expresan en una risa más y un llanto menos, un derecho más y un sufrimiento menos, un empleo más y una angustia menos. Así de simple y profundo. Habló desde las tripas. Y desde la misma altura de ese Néstor Kirchner que no se irá jamás. Es el valor de lo colectivo, de la historia, de la democracia, dijo Cristina. Es el valor de la vida, concluimos quienes escuchamos a una mujer que no niega el dolor de tanta ausencia, pero que se sostiene en un “Nosotros” que le da su afecto y sus banderas, su afecto y sus consignas, su afecto y su constancia. La comunión se alcanza en plenitud cuando, como ayer, la nueva conquista de este modelo fue garantizar el agua para la provincia más importante de nuestro amado interior. Córdoba, la heroica, la del Cordobazo, la de la Reforma Universitaria, la de Tosco, Salamanca y Atilio López, podrá llenar sus vasijas con el agua comprometida por Néstor y cumplida por Cristina. “Es preciso vivir con verdad y memoria”, dijo la Presidenta. Y habrá pensado en Néstor bajando los cuadros de los genocidas, pero también en María, la nieta número 103 recuperada ayer por sus familiares y por las Abuelas. Allí está María con sus miedos, dudas y preguntas. Ella es el ejemplo 103 de que también vale la pena seguir buscándolos, porque aún faltan 400 hijos de desaparecidos que no fueron restituidos y hay que seguir haciendo memoria, sin callar, sin olvidar. Sin traicionar. Cuentan que no quería ahondar sobre su pasado. Prefería no leer en su ADN que era hermana de Ana que la buscaba desde que supo que su madre, Cecilia Beatriz Barral, secuestrada por la dictadura, estaba embarazada al momento de su desaparición. Finalmente aceptó la prueba y extendió voluntariamente su brazo para la extracción de sangre. Un ejemplo de humanidad. "Hoy comienza una nueva vida para María", afirmó Estela Carlotto cuando se confirmó la verdad. Es un país distinto al que vivieron sus padres. Pero es un país que honra a sus padres y a todos los que fueron como ellos. Y los honra con un pueblo y un gobierno que lo dan todo en defensa, justamente, de la vida en libertad y en igualdad.


El Argentino, jueves 7 de abril de 2011

miércoles, 6 de abril de 2011

¡Andá al arco Mauricio!



Un “fulbito” en el potrero, sigue siendo una fiesta allí donde se juegue. Tiene sus picardías, como poner de arquero al más tronco del barrio, por ejemplo. Sazonamos el título de hoy con una pizca de alegría para intentar salvarnos, al menos un instante, de ese lamento eterno del jefe del Pro, Mauricio Macri. Un lamento que se expresa ante cualquier decisión del gobierno nacional y ante cualquier problema que deba conducir en orden a sus obligaciones institucionales. Cuando le dijeron que tenía espías y comisarios sospechados de complicidad con el terrorismo internacional en la policía metropolitana y que ésta debiera ser una fuerza de seguridad vecinal, no una “CIA” porteña, primero lo negó treinta veces y después dijo que él, no tenía nada que ver, que “la culpa” era de las Embajadas de Israel y los Estados Unidos. Cuando le dijeron que era la Metropolitana la que debía encargarse de las ocupaciones en el Parque Indoamericano, respondió que no estaban preparados para eso y que “sus” policías sólo estaban capacitados para cuidar edificios. Cuando le dijeron que entonces cuidaran los edificios, porque se precisaba que la Policía Federal se encargue de custodiar la seguridad en las calles, Macri dijo que era una locura pretender eso. Ni hablar del tema viviendas, de la prohibición de realizar la mayor feria de ciencias de América, Tecnópolis, del papelón ante Plácido Domínguez, de sus recurrentes “licencias”. Etcétera, etcétera. Sinceramente, es una vergüenza lo que viene ocurriendo con la gestión macrista en la ciudad. Cuesta encontrar antecedentes que al menos emparejen este mal desempeño del Pro en el gobierno porteño. ¿Se los imagina gobernando la nación? Andaríamos como bola sin manija, porque la culpa de todo lo que nos pase a los argentinos sería del gobierno anterior o sería de Venezuela o de Cuba o de Brasil o de Bolivia. O de Mongo Aurelio. Pero eso sí, de Macri jamás. Es interesante, como dato histórico incluso, observar que la derecha naufraga como gobierno allí donde se tendría que lucir: la seguridad, por ejemplo. Si hasta el rabino Bergman, que es del mismo palo que Macri, reemplazó la palabra “libertad” de nuestro sagrado Himno Nacional por “seguridad”. Hoy la seguridad la garantiza el gobierno nacional y particularmente el área de gestión que conduce la ministra Nilda Garré. Nótese el detalle: allí donde hubo conflictos, la ministra puso manos de seda para resolverlos sin disparar ni un “rompeportones”. Macri y sus boys, con Micheti y Larreta a la cabeza, clamaban en cambio, “mano dura”. Por todo esto, hoy pedimos lo que pide toda la tribuna popular: “¡Andá al arco Mauricio, vos no podes jugar adelante!”


El Argentino, miércoles 6 de abril de 2011

martes, 5 de abril de 2011

El peor momento de la oposición



Es el peor momento de la oposición. ¡Ahora salieron a la cancha disfrazados de furiosos “combatientes” que luchan contra un enemigo invisible que “amenaza nuestra democracia”! ¿Qué comieron? ¿Qué brebaje tomaron para mostrar semejante incordio? ¿Cuál es la democracia amenazada? ¿La democracia de la Asignación Universal por Hijo? ¿La de los cinco millones de nuevos empleos y las 2 mil paritarias por año? ¿La que ganó en Catamarca o la que fue usurpada en Chubut? ¿Es una amenaza la democracia del matrimonio igualitario? ¿O la democracia de la Ley de Medios? ¿O la que les permite gozar, por derecha y por izquierda, del placer de ofender e injuriar a la mismísima Presidenta de la Nación? ¡Vamos! No entienden que “los argentinos no son empanadas que se comen con sólo abrir la boca”, como les diría el Libertador de la Patria, don José de San Martín. No es casualidad que el entusiasmo mayor en proponer esta nueva Alianza electoral haya venido de las trincheras de Macri, Duhalde y Cobos. Disparan con cartuchos mojados. O ya usados en tiempos de De la Rúa. No saben qué hacer para derrocar al gobierno de Cristina, esa es la cuestión de fondo. Un hijo de empresario, un viejo lobo de la derecha conservadora y un traidor al mandato popular tenían que ser parte de este coctel desesperado. “¡Mamita querida!”, diría Pepitito Marrone. Esta vez no lograrán su cometido. Pero ojo al piojo: la línea de la derecha está trazada. Se armarán y desarmarán cuantas veces les resulte necesario. Alpiste… Anotemos estos datos: *El radicalismo se fracturará inevitablemente. Le ocurrirá algo similar a lo que ya les ocurrió en otras etapas de la historia. *A la izquierda del kirchnerismo, el precipicio. *A la derecha, el “pejota” federal ya se fracturó. El papelón de Chubut y el mini papelón de las mini internas en Buenos Aires fueron su despedida del escenario mayor. *El macrismo luce como el mascarón de proa de esa derecha, pero adolece de estructura nacional. Ese no sería un drama, porque haciendo una “vaquita” de aparatos, el duhaldismo y algunos partidos provinciales se lo podrían brindar. El drama mayor es que Macri no podrá despegarse de su pésima gestión en la Capital. Macri, el candidato de la derecha, es el responsable de esta ciudad porteña, maqueta de un gobierno conservador, con mil baches y escuelas destruidas, espionaje a vecinos y a víctimas de atentados, ministros simpatizantes de la última dictadura cívico- militar. ¿A quién entusiasmarán sin proyectos ni buenos ejemplos de gestión para ofrecer? Para colmo, el gobierno nacional y popular convierte un gol a cada rato. “¡La hora referí, la hora!” gritan en su peor momento.


El Argentino, martes 5 de abril de 2011

lunes, 4 de abril de 2011

Carta de un maestro en Malvinas



Esta es una linda historia. El 20 de Noviembre de 1990 la CTERA, el gremio de los docentes, realizó un acto bajo el lema: “Educar es defender la Soberanía”. Homenajeaban a los Héroes de la Batalla de la Vuelta de Obligado de 1845 y los unían, a la distancia, a los Héroes de Malvinas. Ambos hechos sellaron la principal agresión colonialista inglesa contra la patria. Recuerdo que ese día cantó Teresa Parodi. Maravillosa y emotiva, como siempre. Hablaron Hugo Yasky y Mary Sanchez y en el momento cumbre del acto se leyó la carta original de un maestro de la Escuela 32 de Laferrere, en La Matanza, muerto heroicamente en Malvinas. Estaban presentes sus familiares y docentes amigos. El silencio, mientras se leía la carta del soldado a sus alumnos, era estremecedor. Las lágrimas y el aplauso final fueron un abrazo que llegó seguramente hasta las Islas. Ese maestro soldado fue Julio Cao. Eran tiempos de menemismo. El aire olía a traiciones. El neoliberalismo impuesto a sangre y fuego por la dictadura, se extendía en plena democracia con su desmemoria. Sólo a los maestros se les ocurría rescatar, en tiempos de olvido, el Día de la Soberanía y entregar como recuerdo a los presentes, hombres y mujeres comprometidos con la patria, un modesto pizarrón en miniatura, con la bandera pintada y escrito con letras tan bellas como inocentes: “20 de Noviembre: Día de la Soberanía Nacional – Renunciar a la educación es renunciar a la patria –CTERA”. Todavía lo conservo. Los maestros rescataban así la memoria de uno de los suyos, de uno de sus compañeros. Pasaron los años. Y fue este 2 de Abril en que la Presidenta de la Nación se encontró con la carta de Julio y al hacerlo hizo posible el milagro final de esta historia: la carta llegó a destino, es decir, a todas las escuelas, a todos los hogares, a todos los alumnos del país. Las cosas no ocurren porque sí. Este es el tiempo donde la Soberanía en Malvinas se expresa de esta forma, uniendo a los ciudadanos de civil y de uniforme, a los maestros con los combatientes, al pueblo con su gobierno. “Esto no nos convierte en una nación guerrera…nos convierte en una nación con memoria y con honor”, afirmó Cristina Fernández de Kirchner en el acto de homenaje en Río Gallegos, allá en Santa Cruz. Decía Julio a sus alumnos: “…muy pronto vamos a estar juntos nuevamente y vamos a cerrar los ojos y nos vamos a subir a nuestro inmenso cóndor, y le vamos a decir que nos lleve a todos al “país de los cuentos”, que como Uds. saben queda muy cerca de Las Malvinas. Y ahora como el maestro conoce muy bien Las Islas Malvinas no nos vamos a perder” Tenía razón el maestro. No perdimos el camino.


El Argentino, lunes 4 de abril de 2011

domingo, 3 de abril de 2011

Hacer memoria es mirar para adelante



La Argentina viene atravesando un cambio estructural en lo económico, en lo cultural y en lo político. Pero la dirigencia opositora no se dio por enterada que la sociedad entró en ebullición desde hace unos cuantos años, que ha roto diques, que ha perdido el miedo, que avanzó y retrocedió sin cambiar el rumbo. Y que sabe lo que quiere y lo que no quiere desde que tiró por la borda el modelo de país impuesto por la dictadura. Suceden estos cambios muy de vez en cuando, en la vida y en la historia. Pero cuando suceden no hay que andar abriendo la boca ni cazando moscas. Hay que salir al ruedo sin llevar en el morral más que la voluntad, la conciencia, las convicciones y la memoria. La irrupción del Yrigoyenismo, cuando amanecía el siglo XX, obedeció al agotamiento de un modelo de país y al surgimiento de nuevas clases sociales que no cabían en el esquema anterior de los conservadores. Hipólito Yrigoyen supo leer la realidad correctamente y convocó a sumarse al primer movimiento popular de la era moderna. Representaban el cambio no porque se lo propusieran, sino porque expresaban el cambio que ya se había operado en las capas más profundas de la sociedad. Por eso aglutinó a los sobrevivientes del federalismo, el alsinismo, el último dorreguismo, el autonomismo, con los inmigrantes y su descendencia. Los comerciantes de zapato fino, con los zapateros remendones. Esos actores sociales no tenían cabida en las estructuras perimidas del “régimen” oligárquico. Por el contrario, el “régimen” los negaba, los ninguneaba, los expulsaba. Si Yrigoyen asociaba la “causa” radical con la patria, no será por sectarismo ni reduccionismo. Sino porque la patria, para el viejo caudillo, era una patria en movimiento, en desarrollo, en crecimiento. Y esa era su “causa”. ¿Cómo mutilaron ese primer intento de desarrollo en el siglo pasado? Con tres variantes que van a estar presentes durante todo el siglo, con sus matices y diferencias, pero en esencia, iguales. Esas variantes fueron: a) el golpe cívico-militar; b) la traición y la fractura interna y c) el aislamiento de la “opinión pública”. Y así pasaron, el general fascista Uriburu. Marcelo T. de Alvear y la domesticación del radicalismo. “Personalistas” versus “Antipersonalistas”. “El Peludo”. “Ese viejo corrupto lleno de dinero bajo los colchones, autista, parco, casi mudo”. Es una ligera lista de nombres y circunstancias para desempolvar la historia y ver a don Hipólito en toda su estatura, muriendo empobrecido y humillado, por derecha y por izquierda, por la prensa “seria” y por la “amarilla”. El segundo movimiento nacional y popular, después de la capitulación radical, será el peronismo. ¿Dónde cabían esos miles y miles de nuevos trabajadores que brotaban del interior profundo en busca de cubrir una vacante a lo largo del cordón industrial? ¿Dónde se expresaría esa nueva clase media de administrativos, docentes, bancarios, pequeños y medianos productores, artistas populares que surgían ante la demanda generada por un Estado de bienestar que latía a doble corazón como una madre en cinta? El peronismo no fue un partido que se propuso el cambio. Fue la expresión política cultural del cambio que se había producido en el vientre de la sociedad. Por eso mismo perdura, porque su obra sigue inconclusa y el desarrollo de las fuerzas productivas y la potencialidad del país que soñó, todavía siguen inconclusas. Como a Yrigoyen, a Perón también lo destituyeron con un golpe cívico-militar. Claro que antes de Aramburu y Rojas, sus verdugos finales, esos que se robaron el cadáver de Evita, fusilaron, torturaron, bombardearon viejos, pibes y maestras en Plaza de Mayo, antes decía, aislaron a Perón y al peronismo de vastos sectores de la clase media, le fracturaron el frente interno y lo destrozaron en las tapas de los diarios. Pero ni el cambio de estructura que representó Yrigoyen, ni la nueva Argentina que condujo Perón, fueron sustituidos por un cambio de calidad superior. Todo lo contrario. Fueron la plaga contra la cosecha, la muerte contra la vida, el odio contra el amor. Es tan fuerte esta historia que viene escribiendo el pueblo, que el viento de los cambios siguió, pese a la destrucción causada por las dictaduras y los gobiernos ilegítimos que se sucedieron luego. La dictadura cívico militar del 24 de Marzo de 1976 encontró un país con una deuda externa de 7 mil millones de dólares y cuando se van, en 1983, la dejan con 45 mil millones sobre las espaldas de la sociedad. El desempleo era del 3 % y la distribución de la renta se compartía casi fifty fifty entre trabajadores y empresarios. Contra los cimientos de ese país de raíz peronista se ejecuta el genocidio. No fue contra Isabel ni contra la guerrilla. Que nadie se confunda. Si el golpe se dio en llamar “proceso de reorganización nacional” fue porque venían a cambiar el modelo de acumulación a favor del capital financiero. Aquí en el sur, las dictaduras y Martínez de Hoz. Allá en el norte, Kissinger y Rockefeller. Ese modelo antisocial es el que la movilización popular de diciembre de 2001 hizo estallar por el aire. De allí surge el tiempo histórico que explica a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández de Kirchner, leyéndolo correctamente y conduciendo victoriosamente el tramo futuro de la historia. Y de nuevo surgen las preguntas: ¿Dónde cabían los expulsados de la vida y el sistema democrático? ¿Dónde se expresaba el grito desgarrado de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo? ¿Dónde los descreídos de la política y de los políticos? ¿Dónde los jóvenes del pos neoliberalismo? ¿Dónde los trabajadores y empresarios nacionales? Por eso este cambio es estructural, porque surgió de abajo hacia arriba, como vino Kirchner desde la pantorrilla patagónica de la patria subiendo hasta su garganta para decirnos para siempre: “Yo no vine a dejar mis convicciones en la puerta de la Casa Rosada”. Ya no están ni Uriburu ni Aramburu ni Videla. Ese es el drama de los poderosos. Y al mismo tiempo, es la felicidad de un pueblo que volvió a nacer.


Miradas al Sur, domingo 3 de abril de 2011

viernes, 1 de abril de 2011

Un tirón de orejas



Son francamente patéticos, esos señores de la oposición. Miren sus caras sonrientes en la televisión o en la foto del diario. Se los ve riendo a carcajadas, gastándose bromas por lo bajo, haciendo declaraciones partidarias, como si estuvieran en “TN”. O en el comité. Pero no; están en el cementerio, frente a los restos de Raúl Alfonsín, conmemorando el segundo aniversario de su fallecimiento. Si no respetan a los vivos, porqué esperar que respeten a los muertos, ¿no? “¿Qué les diría hoy Alfonsín a los dirigentes radicales si viviera?” pregunta el cronista a un Julio Cobos que se muestra feliz, vaya a saber porqué. “Nos daría a todos un tirón de orejas” contesta el vicepresidente de la oposición. Y vuelve a sonreír. ¿De qué se ríen él y Duhalde y todos los que allí posaban en ese bochornoso cuadro en pleno cementerio de la Recoleta? A esta dirigencia no hace falta pedirles “calma radicales”. Pero seamos generosos. Regalémosles un título para que cuelguen ese cuadro en el museo de las cosas perdidas: “Final de ciclo” se debería llamar. Antes de seguir, nuestro homenaje sincero y nuestro desagravio por las risas y el mal gusto, al ex presidente Alfonsín. No termina allí nuestra indignación. No se si a usted le pasa lo mismo, pero ver y oír al candidato Buzzi del pejota de Chubut, que responde al gobernador Mario Das Neves, autoproclamándose ganador de las también bochornosas elecciones en esa provincia, con una sonrisa canchera y sobradora, después que se comprobara una infinidad de anomalías, que nadie pudo ser proclamado ganador porque no le dan los números, que se anularon 5 mesas, que no aceptan el pedido del Frente para la Victoria de abrir todas las urnas para hacer más transparentes estas elecciones, que se le cayeron más de mil votos en el escrutinio final…¡indigna a cualquiera! Es el final de ciclo de la vieja política. Allí están. Son tal como se muestran. Ni es necesario pedirles que digan “whisky”. Ven una cámara y se ríen. Aunque estén en un cementerio. Son los “periodistas” del monopolio que interrogan cual verdugos a los dirigentes kirchneristas y amablemente preguntan y nunca repreguntan a los opositores. Son Macri, Gabriela Micheti y Rodríguez Larreta demostrando que si no supieron gobernar una ciudad como Buenos Aires, con el mayor presupuesto del país, mucho menos podrían gobernar la Argentina. Llega el 2 de abril y las Malvinas nos estrujan el alma y la pasión. Ese día se inaugurará una radio comunitaria en el ex centro clandestino de detención de la dictadura, “Olimpo”. Toda una parábola de la historia de los argentinos. Allí donde reinó el silencio y el terror, nacerá una nueva voz.


El Argentino, viernes 1 de abril de 2011