Todo lo que determina el presente y
anuncia el posible curso de acción futuro, está puesto en escena como pocas
veces antes en la historia.
Pase y vean, señoras y señores.
Por eso es más que interesante
acumular en la memoria, los gestos, las palabras, las señales, las afirmaciones
y negaciones que se suceden en el amplio abanico de la política argentina en
los días que corren.
Memorice hoy; vote después.
Hoy no vamos a extendernos en analizar
y rebatir la larga lista de derogaciones con la que amenazan los opositores, sino
que vamos a entrarle al análisis de la coyuntura a partir de un hecho puntual
acontecido en la Cámara de Diputados esta última semana: se aprobó la
estatización de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo que pasará a
convertirse de aquí en más en un Instituto Universitario nacional bajo la
órbita del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
La nueva ley establece que el
flamante Instituto formará profesionales altamente capacitados para la defensa
de los derechos humanos.
Hasta allí la noticia.
¿Pero cuánto pasó en el antes y el
después de esta legislación aprobada?
¿Cuánta historia escribieron las
Madres para darle forma y contenido a la democracia que hoy gozamos los
argentinos y quienes habitan nuestro suelo patrio?
¿Cuánto dolor, cuántas lágrimas,
cuántas frustraciones y cuántas traiciones tuvieron que sufrir las Madres para
afrontar la pérdida de sus hijos inventando y creando lo que sintieron debían
hacer para reemplazar con honor y dignidad la militancia desaparecida en la
larga noche de la dictadura?
La oposición volvió a mostrar sus
miserias también en este tema que es fundacional y constitutivo del país
democrático.
En cierta forma actuaron con la
lógica fascistoide del que opina que el primer culpable de una violación es la
propia joven violada por usar minifaldas y amplio escote a la vista de todos.
La misma lógica de quienes en tiempos de la dictadura sostenían sin pudor
alguno que si te desaparecían o acribillaban: “por algo será”.
Ese ser fascista tuvo crías y sigue
vivito y coleando al interior de nuestra sociedad. Y sobre esa falsa conciencia
amasa su conducta política la oposición.
Fíjese como se votó esta ley: los
diputados del Frente para la Victoria votaron todos a favor; 132 en total. La
UCR de Sanz y Cobos, el FAP de Hermes Binner, el Frente Renovador de Sergio
Massa, la Coalición Cívica de Elisa Carrió, Unión PRO de Macri y el FIT del “recontra-revolu”
Pitrola votaron en contra, sumando juntos 87 votos.
Por supuesto que también hubo
legisladores que se expresaron absteniéndose de acompañar a las Madres: Alcira
Argumedo del bloque de Pino Solanas; Claudio Lozano, Víctor De Gennaro y
Antonio Riestra de “Unidad Popular” y Facundo Moyano.
No olvidar, es la tarea.
Tomando este recorte de la realidad
que estamos abordando, podemos apreciar distintos actores en movimiento: las
Madres de Plaza de Mayo en primer lugar.
Por si no recuerdan los desmemoriados,
son las mujeres del pañuelo blanco que cuando muchos de estos mediocres
opositores estaban bajo la cama muertos de miedo o quizá colaborando activa o
pasivamente con la dictadura, ellas hicieron una ronda eterna en la Plaza y
lucharon en nombre de todo un pueblo.
Una repulsión especial merecen
quienes durante aquellos años de plomo y aún después, en pleno liberalismo de
los noventa, tuvieron una conducta ejemplar y hoy tiran su honra a los perros
jugando a favor de los enemigos del pueblo y de las Madres.
El Estado es el otro actor
imprescindible para entender lo que hoy se juega.
Allí están los ministros de Educación
Alberto Sileoni, Desarrollo Social Alicia Kirchner, Seguridad Cecilia Rodríguez
y Defensa, Agustín Rossi, trabajando
codo a codo con las Madres para invertir en futuro desde la memoria viva que
ellas significan.
También hay que contar la militancia
en los balcones del recinto al momento de la aprobación de la ley, cual si
fueran una representación genuina de una larga marcha popular.
Los opositores se quedaron sin
palabras cuando Juliana Di Tullio, la presidenta del bloque oficial les espetó:
“¿Ustedes creen que un partido político puede cooptar Madres de Plaza de Mayo,
que no se han dejado amedrentar ni por la dictadura?”. Y a renglón seguido agregó: “Es vergonzoso que lo digan. Las
Madres no le pueden dar explicaciones a este Parlamento, le han dado el
ejemplo.”
El nieto recuperado y hoy diputado
nacional, Horacio Pietragalla, tuvo que contener la indignación al escuchar
tantas ofensas juntas para poder desarrollar sus argumentos a favor de las
Madres.
Al día siguiente de esta sesión
parlamentaria, otro diputado de La Cámpora, Andrés Larroque, recorría las
calles del barrio “La Carbonilla” junto a los ministros mencionados, el flamante
Secretario de Hábitat, Ruben Pascolini, el Jefe del Ejército, César Milani y
Hebe de Bonafini, titular de las Madres, inaugurando obras de tendido de
cloacas, luz, agua potable y asfalto.
Crecimiento con inclusión, que le
dicen.
¿Nos damos cuenta de la trascendencia
de este acto en que los desagües y el mejorado de las calles fueron construidos
por soldados, oficiales y suboficiales del Ejército junto a la militancia de
Unidos y Organizados y junto al Estado en su conjunto y junto a las Madres
y a los vecinos?
Ergo: el proyecto político del
oficialismo se asienta sobre esta masa crítica y este nivel de conciencia que
demuestran las Madres y los jóvenes.
La potencialidad de esta fuerza, las
energías que desata en la construcción de futuro, son de una fuerza
inconmensurable.
Mientras que la oposición, como ya
dijimos, asienta su política, suponiendo que la tiene, sobre lo más oscuro de
nuestro pasado, sobre lo más retrógrado de la sociedad, sobre el más bajo nivel
de conciencia y carente por ello de la mínima autoestima como nación y como
pueblo.
En estas profundidades se jugarán las
urnas del 2015.
Igual que hoy en Brasil con Dilma.
Por eso es
bueno advertir a tiempo que todo lo que se haga y diga en los días que corren
debería ser tenido en cuenta a la hora de elegir nuestro destino.
Miradas al Sur, domingo 26 de octubre
de 2014