Todos
hablaron de la paz en la 68° Asamblea General de las Naciones Unidas.
Todos
pidieron por la paz y negaron la guerra como vía de resolución de los
conflictos que hoy sacuden al mundo. Todos condenaron el uso de armas químicas.
Aún el mismo
Barack Obama con su duro discurso de gendarme mundial con fecha de
vencimientoapostó por la paz; eso sí,en medio de amenazas,por las dudas. A ver
si alguien se da cuenta que el gigante está más débil.
Tendrán que
repensar el rol de los EE.UU. ante el mundo. Nadie les dio el rol de país
“excepcional” para violar la soberanía de ningún pueblo en la tierra.
La apelación
a la paz es una buena noticia. Ahora habrá que defenderla y transformarla en
hechos.
La
presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, no tuvo pelos en la lengua cuando condenó
sin ambigüedades el espionaje de los EE.UU. que afectó a su país.
Imagine Ud. a
su vecino pinchándoleel teléfono o pispiando por arriba de la medianera para saber qué hace Ud. en la intimidad de su
hogar. ¿Lo podría saludar amablemente al otro día como si no pasara nada?
El nuevo
presidente de Irán, Hassan Rohani, también abogó por la paz.Y le tendió una
mano al presidente Obama en retribución al llamado a negociar que aquel hiciera
antes. “La paz está a nuestro alcance” dijo, como convocatoria a formar una
coalición mundial por la paz y contra todo tipo de guerra.
“Hay que
traer la primavera y expulsar al invierno”, citó a un poeta iraní.
Y luego
habló la presidenta de los argentinos solidarizándose con las víctimas de Kenia
y de todos los atentados terroristas en cualquier lugar del planeta.
Propuso con
firmeza la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU por demostrarse obsoleto
ante el conflicto en Siria y ante todos los conflictos.
“Derecho de
veto, no; consenso, sí” fue la propuesta de Cristina.
Hiroshima y
Nagasaki, el napalm en Vietnam, las cámaras de gas de los nazis, los cadáveres
de estadounidenses arribando a su tierra, desfilaron por su discurso.
Porque “No
hay guerras justas, sólo la paz es justa”, enfatizó.
Condenó al
Reino Unido por militarizar con armas nucleares el Atlántico Sur.
“No tenemos
doble estándar, lo condenamos”, afirmó.
Son los que
hablan de derechos humanos, pero no los respetan. Respondió indignada contra el
discurso único que prevalece en aquellos que hablan y
miranimperialmenteal mundo.
Pidió
reformar y empoderar a la ONU.
Con
elocuencia exigió a Irán, avanzar en la causa AMIA.
Malvinas, el
armamentismo, Siria, la crisis mundial, la pasión y el mensaje del Papa y los
fondos buitres estuvieron presentes en el discurso de Cristina.
Y en todos
ellos, la idea madre de que la paz no sólo es una meta. La paz es el camino.
El Argentino, miércoles 25 de septiembre de
2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario