Estados Unidos está a punto de lanzar
un bombardeo letal contra el pueblo sirio.
Como si al gobierno de Barack Obama no
le importaran los niños, los ancianos, las mujeres y los hombres que quedarán
desparramados por las calles como triste saldo de los “daños colaterales” de la
guerra.
Como si no le importara que el Papa
Francisco pidiera y rogara reiteradamente para que la tierra haga oír su grito por
la paz y un clamoroso y universal compromiso de “nunca más la guerra”.
Como si no le importara que todas las
iglesias y templos y todos los credos del mundo, la cristiana, la judía, la
musulmana, todos, absolutamente todos, estén rezando noche y día pidiendo que
haya paz y no violencia.
Como si no le importara la decisión de
las Naciones Unidas que se expresó en
contra de cualquier bombardeo criminal contra el pueblo sirio.
Como si no le importara el resultado que
arroje la investigación en curso por los propios expertos de la ONU que
estuvieron en Siria haciendo su peritaje.
Como si no le importara la posición de
potencias tan o más poderosas que los EE.UU., como India, China y Rusia.
Tendrían que saber a esta altura que
todos los países de la América Latina y el Caribe se pronunciaron en contra de
cualquier bombardeo y a favor de la paz.
Argentina fue una de las primeras
naciones en pedir por la paz y la no intervención militar en Siria.
Orgullo nacional, qué quiere que le
diga.
Ayer fue nuestro Premio Nobel, Adolfo
Pérez Esquivel, el que se expidió en términos más que elocuentes y en igual
sentido: “Hace falta una solución política y no una militar, Obama”
Esto sucede aquí, en el sur de su
propio continente, Obama.
Pero allá en el norte, fue un
compatriota suyo, Noam Chomsky, un intelectual comprometido con la paz en el
mundo, uno de los que encabezó este clamor. Un sondeo de opinión indica que el
70 % de la población norteamericana se opone a un nuevo bombardeo.
No lo hagan más, Obama.
Ya mataron mucha gente. Ya volaron por
el aire miles y miles de personas como
usted, como el vecino, como cualquier ser humano, porque ustedes afirmaron
falsamente que en Irak había armas nucleares y resultó que no era cierto. Lo
único cierto es un país desangrado mortalmente por los invasores de la OTAN.
¿Sabían que los sirios toman mate
dulce y amargo como tomamos los argentinos, los uruguayos y en el sur del
Brasil? ¿Sabían que es el primer importador de yerba mate argentina en el
mundo? ¿Sabían que en las casas de
familia te convidan con un mate cuando sos bienvenido?
La costumbre les viene de los primeros
sirios que fueron y vinieron de Argentina en el siglo XIX.
Obama, tomate un mate con ellos y dialogá.
Pero no maten más.
No maten más.
El
Argentino, jueves 4 de septiembre de 2013
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