“Somos un
gobierno sin beneficio de inventario”.
Así cerraba
su discurso la presidenta de la nación en la Villa 21 de Barracas.
Cristina expresó
de esta manera que el proyecto de país que ella lidera, el que inició Néstor
Kirchner en el 2003, se hizo cargo de una Argentina incendiada y a la que no
puso condiciones para gobernarla.
Sólo se hizo
cargo del incendio y se propuso incluir socialmente a todos y todas, llevando
el cobijo del Estado hasta el último rincón de la patria.
Fue lo que
ocurrió precisamente ayer en la Villa de Barracas, la más populosa de la Ciudad
de Buenos Aires.
De ahora en
más, allí funcionará la Secretaría de
Cultura de la Nación.
Es allí
donde está la vida echando luz por todos los costados. En el territorio donde
habitan los pobres entre los pobres. Los olvidados entre los olvidados. Los
marginados, los ninguneados, los que hacen palacetes durante el día y por las
noches vuelven a sus humildes casas con revoque grueso.
Por eso
mismo, es el territorio donde anida la esperanza.
Hace unos
años, el poeta y murguero de la Villa, Julio Arrieta, decía: “No sé si con el
cine o el teatro, los pobres van alcanzar el cielo, pero el infierno ya lo conocieron."
Hubiese sido
lindo que ayer estuviera, junto al Padre
Mujica, el papa Francisco y el padre Sierra como se dijo. Él sólo quería
construir un galpón muy grande para enseñarles teatro y música a los chicos.
Y miren lo
que ayer inauguró la Presidenta de los argentinos: un galponazo que cobijará
culturalmente a todos los vecinos y vecinas de la Villa y que de yapa será la
sede de la Secretaría de Cultura de los argentinos.
Arrieta también
militaba socialmente, como tantos otros, en la capilla de la Virgen de Caacupé,
en el mismo lugar donde el padre Pepe y el padre Toto rezan sus plegarias y dan
un poco de sosiego al alma de los pobres.
En un
reportaje que le realizaron en el año 2003 le preguntaron:
“… ¿Usted
necesita un espacio?
Exacto,
dentro de la villa queremos un espacio cultural para hacernos conocer. La gente
desconoce quién es un villero porque toda la vida, toda la participación social
que pueda tener un villero, lo hace internamente, villero con villero, no tiene
una salida.
¿Qué es ser
villero?...Vivir en la villa, nada más...”
Hace muy
poco los habitantes de la Villa eligieron por el voto directo a sus
representantes.
La lista de
“Unidos y Organizados” triunfó por amplio margen ante la lista del PRO del
macrismo gobernante en la ciudad.
La lección es
muy simple: O nos salvamos y crecemos juntos en un proyecto de nación. O perdemos
el tren de la historia, como ayer dijo Cristina.
El Argentino, martes 10 de septiembre de
2013
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