La
democracia otorga derechos y deberes a todos los ciudadanos. A todos.
Pero si hay
un ciudadano o ciudadana que debe ser ejemplo de rectitud republicana y decoro constitucional,
ese es el mandatario o mandataria de un país, de una provincia o de un
municipio.
Cuando un
gobernante hace lo que se le antoja con la Constitución, cuando firma decretos
que van en sentido contrario a la unidad nacional, cuando gobierna y legisla
para las corporaciones económicas y mediáticas y no para su pueblo, cuando quita
derechos en lugar de ampliarlos, es cuando los gobernantes cometen mala praxis contra la democracia y contra los
intereses de la sociedad.
Eso,
exactamente eso, es lo que vienen cometiendo el jefe de la Ciudad de Buenos
Aires, Mauricio Macri y el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota.
El problema
se agrava cuando pretenden cercenar derechos colectivos, como acontece con los
decretos de ambos mandatarios para favorecer al Grupo Clarín. Mucho más cuando
se olfatea que esta politiquería es una devolución de favores económicos y
mediáticos.
Clarín los
cubre y ellos cubren a Clarín.
Toma y daca
le dicen.
El
dirigente cordobés y titular de Radio y Televisión Argentina (RTA), Alberto
Cantero, manifestó que el gobernador De la Sota “garantiza diez millones de
pesos mensuales al Grupo Clarín” con la clausura de la antena de la Televisión
Digital Abierta (TDA) en la ciudad cordobesa de Río Cuarto.
“Córdoba es
la única provincia que no ha designado representante ante el Consejo Federal de
Comunicación Audiovisual, que es el espacio donde se debate y se proponen
políticas públicas de comunicación”, dijo Cantero; por eso consideró poco serio
que emita un “decreto inconstitucional” con el presunto objetivo de garantizar
la libertad de prensa.
“De la Sota
trata de generar efectos políticos mediáticos para tratar de tapar serios
problemas que tiene en la provincia”, concluyó Cantero.
En Buenos
Aires, en tanto, la Legislatura local inició el tratamiento del decreto de
Macri. O de Clarín, se igual.
Supongamos
que le den los números al PRO para imponer el decreto: ¿qué pasaría con Buenos
Aires en relación al país federal? ¿Se alzaría contra la Constitución, contra
las leyes vigentes, contra el orden democrático? ¿Rompería la integridad
territorial, acaso?
Es posible
que esto sea apenas el boceto de un programa común de la derecha para las
próximas elecciones.
“Está en
juego el modelo de transformación del país” sostuvo ayer el ministro Julio De
Vido.
La mala
praxis engendrada diariamente por los opositores le da toda la razón.
El país
empieza a debatir en serio: O volvemos a los años 90. O consolidamos esta
década ganada.
Nosotros ya
optamos.
El Argentino, martes 21 de mayo de 2013
1 comentario:
Excelente, como siempre, compañero!
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