Vale
arrancar un día después de este 1° de Mayo con un más que merecido:
¡Feliz Día
del Trabajador a todos y todas!
La mejor
manera de celebrarlo, aunque cueste, es haciendo memoria.
La Argentina
supo ser un país donde la teoría del fin de la historia encontró una pista de
aterrizaje favorable, dictadura mediante.
Menemismo
mediante. De la Rúa mediante. Clarín mediante. Neoliberalismo mediante. Grupos
económicos mediante. Traidores del movimiento obrero mediante.
Era el fin
de las ideologías. El fin de la política. El fin del Estado para todos. El fin
de la belleza.
Y en
consecuencia, era el fin del trabajo.
Así nomás
fue la cosa.
Ese país de
las tinieblasfinalizó hace diez añosapenas.
Primero con
Néstor y ahora con Cristina, elpaís comenzó a cambiar profundamente.
Lo hizo de
cuajo, desde el pie de los escombros, recuperando la memoria del país que
fuimos allá lejos y hace tiempo.
Se sabía que
para reconstruir lo destruido había que reconstruir antes que nada la memoria
colectiva. Y desde allí proponerse levantar la autoestima popular yel orgullo nacional
herido. Algunos, equivocadamente,creyeron que el juicio a los genocidas era sólo
una cuestión de ética.
Y era eso y
mucho más.
Otros
creyeron que a este país ya no lo cambiaba nadie, por más voluntad que tenga.
Y también se
equivocaron. Y empezamos a cambiar.
Una nueva época
había comenzado.
A diez años
de iniciar este proyecto de país, el balance del mercado laboral es más que
elocuente. Las cifras estadísticas indican que el crecimiento del empleo en la
Argentina es el más elevado de los últimos 40 años. Léalo otra vez, por favor.
Y léalo en voz alta para que escuchen todos, en especial los que dudan de este
modelo esperanzado en curso.
Allí están
los cinco millones de empleos recuperados. Y allí está, en consecuencia, el
nivel más bajo de la tasa de desocupación del 6,9 %; el salario más alto de
Latinoamérica y el más alto salario real de trabajadores registrados de las
últimas tres décadas.
Allí está la
recuperación del ahorro de los trabajadores y la movilidad jubilatoria y el
combate frontal al trabajo esclavo y al trabajo infantil.
Allí están
las 200 mil empresas industriales y comerciales creadas en estos años de
kirchnerismo.
Claro que
nada de lo logrado es suficiente y nada ha sido fácil.
Allí está la
balacera de la policía de Macri no equivocándose de blanco:los pacientes más
vulnerables, los trabajadores y profesionales de un hospital público y un
Taller de recuperación.
Allí está la
represión en la Córdoba gobernada por De la Sota
La derecha
avisa con sus propias metáforas.
Por eso no
hay derecho al olvido.
La memoria
da trabajo. Pero hay que saber sembrarla.
El
Argentino, jueves 2 de mayo de 2013
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