Llegó a
nuestro país el ex Presidente de Brasil, Lula Da Silva, el último de aquellos Tres
Mosqueteros que derrotaron al ALCA en Mar del Plata en el año 2005.
Los otros
dos, Chávez y Kirchner, partieron a dar batallas de amor en otros cielos.
El ilustre
visitante, el compañero, el estadista de América del Sur, recibirá el homenaje
de varias Universidades Nacionales que lo nombrarán Doctor Honoris Causa en
reconocimiento a su vocación por la defensa de la Educación Pública, la
integración del continente y la felicidad de nuestros pueblos.
Lula
acompañará hoy a Cristina en la inauguración de una nueva Universidad en Buenos
Aires.
El MERCOSUR
y la UNASUR llevan impreso su nombre en el portal de la memoria.
El país que
recibe a Lula es el que ayer firmó convenios de trabajo con los sindicatos más
importantes: de la Construcción, del Estado, Mercantiles y Metalúrgicos.
Y es el
país que inició su irreversible camino hacia la democratización de la Justicia.
Y es el
país que profundiza su modelo de desarrollo con inclusión social y por lo tanto
se niega a caer en la trampa de una devaluación que favorezca a los grandes
capitales en detrimento de los trabajadores.
Y es el
país que puja por el cumplimiento total de la Ley de Medios de la democracia y
que soporta por ello el asedio permanente del Grupo Clarín y La Nación.
Lula lo
sabe muy bien.
Pero lo que
a Lula le resultará insólito y hasta fronterizo con el separatismo que
oportunamente amenazó a Evo Morales en la Santa Cruz de Bolivia, es la actitud
grotesca del jefe de gobierno porteño.
Mauricio
Macri acaba de aprobar un Decreto de Necesidad y Urgencia declarando a la
Ciudad como coto de caza del Grupo Clarín y sus socios del diario La Nación.
La Ciudad
se convierte así en territorio liberado para las andanzas de Magneto y su
soldadesca declarándose en rebeldía contra lo establecido por la Constitución
Nacional.
Y ahí está la
gravedad: Macri intenta romper el país federal.
Como dijo
el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina: “El decreto de Macri es una falta
de respeto al orden jurídico”.
Si algo le
faltaba al PRO para identificarse con el cisma porteño provocado por Mitre en
el siglo 19, es este decreto que vulnera la unidad jurídica de los argentinos.
¿No
conocerán acaso la historia de sangre que derramó la patria antes de construir una
sola Nación y una sola Constitución?
La
Presidenta inauguró la nueva sede comunal de Ituzaingo, en el conurbano
bonaerense.
O sea.
Cristina
demuestra que Los Mosqueteros se siguen reproduciendo.
Hacen
casas, hospitales, rutas, escuelas, Universidades, resisten el odio de los
egoístas de siempre y encienden el sentimiento de sus pueblos.
El Argentino, jueves 16 de mayo de 2013
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