Aún se
respira en el ambiente el humo de los gases lacrimógenos y la acidez en los
ojos del gas pimienta. Y duelen las heridasde las balas disparadas por la
policía Metropolitana de Mauricio Macri en el Hospital Borda de la Ciudad de
Buenos Aires.
“No hubo
errores; no hubo excesos; son todos asesinos los milicos del Proceso”, se cantaba en las plazas populares cuando
amanecía la democracia.
Igual que
ahora. No hubo errores ni hubo excesos.
Hasta donde
fue posible reconstruir los hechospor el periodismo, los médicos, los
enfermeros y la militancia que acudió
solidaria hasta el lugar de la represión,
fue el mismísimo Macri el que dio la orden de reprimir a mansalva.
La bajada de
línea editorial del monopolio mediático fue más que manifiesta: lo ocurrido en
el Borda no fue una represión, sino un
“enfrentamiento”.
Desconfiemos
entonces.
¿Quién se
enfrentó con quién? ¿Los pacientes contra la policía? ¿Los médicos contra la
policía? ¿Los trabajadores contra la policía?
Y si fuese
así ¿qué armas usaron los locos, los médicos y los trabajadores? ¿Quiénes
tiraron gas pimienta y cartuchos de posta contra la humanidad del otro?
Vamos. Nos
conocemos todos.
Por ejemplo,
durante la dictadura el eufemismo “enfrentamiento” sirvió para que la prensa
justificara la Masacre de Margarita Belén, Chaco, donde fusilaron una veintena
de presos políticos que eran “trasladados”.
Iban esposados
y vendados. ¿Y se “enfrentaron” contra
sus asesinos?
El título de
“Enfrentamiento” sirvió para encubrir la desaparición de 30 mil personas, entre
ellas mujeres embarazadas, niños y niñas de uno o dos años de edad.
Seguramente
las monjitas francesas y Azucena Villaflor, arrojadas desde un avión de la
Marina a las aguas del río, “enfrentaron” a sus asesinos con la última mirada.
Y no es que
la historia se repita. Lo que se repiten son las conductas de los
protagonistas.
La derecha
siempre repite su argumento de fondo.
¿O quién fue
el primero que acuñó el término “fin de ciclo” para dictaminar que el peronismo
estaba muerto y con él, el Estado y la Justicia social?
Fue Martínez
de Hoz, ministro de economía y comandante civil de la última dictadura.
La derecha
también habla hoy de “fin de ciclo”.
Lo cierto es
que estamos avisados de cuál será el país que nos espera si estos cosos llegan
a ganar las elecciones.
Nos vamos
con dos estadísticas publicadas ayer: la de la Consultora X que indica que el
51,3 % de la población respalda al
gobierno de Cristina.
Y en Rosario
el Índice de Confianza del Consumidor se incrementó en marzo un 12,6% respecto
de diciembre de 2012.
Pese a la
balacera de la derecha, la esperanza está más viva que nunca.
El
Argentino, lunes 29 de abril de 2013
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