Hoy es el
día del techo propio.
De un solo
saque el Estado sorteará a 130 mil familias que recibirán su crédito Procrear para
construir su propia vivienda, según la necesidad que tengan.
¿No es para
emocionarse? ¿No es para celebrar este suceso histórico que ocurrirá entre
nosotros, aquí y ahora?
Es la
revolución de la casa propia.
En diez años
de peronismo, más precisamente de 1947 a 1955, se construyeron 500 mil viviendas. Luego vino
el destierro y la resistencia. Tener una casa propia en tiempos de dictaduras y
democracias restringidas era obra de titanes. El Estado otorgaba en cuenta
gotas los créditos hipotecarios. A veces 20 o 30 mil por año era una fiesta. A veces ni eso.
Era la Argentina
viviendo a la intemperie.
360 mil
inscriptos participarán del sorteo. Al final de la jornada, el Programa
Procrear habrá otorgado 200 mil créditos hipotecarios para la vivienda propia.
Todo hecho en la Argentina y en menos de dos años.
Es el Estado
el que volvió al centro de la escena para laudar en favor de los que necesitan.
La banca
privada parece manejar su tablero de control financiero con la vista puesta en
Wall Street o en la vieja Europa en plena banca rota, antes que en el propio
país de los argentinos.
Por eso el
gobierno de Cristina se hizo cargo de la demanda que genera el propio modelo de
desarrollo inclusivo y se largó a promover y ejecutar el programa Procrear.
Todos los
terrenos fiscales en completo desuso social y que usted siempre miró
críticamente desde la ventanilla del tren o el colectivo, están ahora al
servicio de la vivienda propia.
¿Le parece
poco? Es una transformación maravillosa la que se está logrando.
Si estos 200
mil créditos para viviendas se suman al millón de viviendas ya construidas por
los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina, para el 2015, al paso que vamos,
se habrá triplicado la obra realizada por los primeros gobiernos de Perón y
Evita.
Como toda
revolución, también esta tiene sus acechos. Y es mejor conocerlos para saber
defendernos.
La oposición
política mediática, empezando por Massa en Buenos Aires y Macri en Capital, rechazan el papel del
Estado en tiempos de Kirchnerismo. Si pudieran, si tuvieran las bancas
necesarias y el gobierno, tirarían todo para atrás.
Cuando
vuelven a crucificar a una generación diezmada por la dictadura, como lo hacen
por la TV y los medios del Grupo Clarín y buscan extender
el exterminio político hasta los jóvenes de hoy, lo que en verdad procuran es
mellar nuestra confianza en el futuro y en el proyecto de país que hizo posible
Procrear, entre otras cosas.
El
constructor de la casa y la familia que la habitará tendrán que saber defenderla como a la vida misma.
El
Argentino, martes 22 de octubre de 2013
1 comentario:
CAbezón MUY BUENO TU ANALISIS COMPARTO TOTALMENTE , un gran abrazo
Turco (de MDQ , mucho antes de la U9)
Publicar un comentario