Las
secuelas del temporal caído sobre Buenos Aires y gran parte del país, siguen
haciendo tronar sus reclamos y lamentos.
El
comerciante que ofrece su mercadería a precio de costo para salvar algo de lo perdido.
El
automovilista afectado que sufre los trámites para cobrar el seguro.
La vecina
que seca como puede la humedad que quedó en su casa.
El electricista
que no da abasto para cumplir con las urgencias de sus clientes.
Pero mucha
gente se pregunta ¿dónde estuvo Mauricio Macri en estos días de zozobra por el
aguacero?
En el
conurbano bonaerense los intendentes trabajan a destajo para aliviar dolores y
prevenir más daños en caso de llover de nuevo.
Por
ejemplo, el jefe comunal de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, dijo ayer que
“si no fuera por las obras que hizo el Gobierno nacional hoy se estaría
hablando de una catástrofe” y agregó que durante y después del temporal
recorrió los barrios más afectados recogiendo personalmente el listado de
necesidades más apremiantes.
No lo hizo
solo, sino acompañado por legisladores nacionales, provinciales y comunales, como Andrés
Larroque y Andrés Lablunda, siguiendo
instrucciones de la propia Presidenta de la Nación.
Pero
mientras tanto… ¿alguien vio a Macri haciendo algo por los afectados por la
lluvia?
Ayer
reapareció su jefe de gabinete, Rodríguez Larreta, pero no para llevar una voz
de tranquilidad a los vecinos sino para llenarlos de miedo.
“Si vuelve
a llover, Belgrano se volverá a inundar”, dijo.
Esta clase
de funcionarios desprestigian a la democracia.
Porque los
gobiernos sirven justamente para prevenir estas desgracias. O para buscar
soluciones ante las emergencias.
O al menos
para llevar una voz de aliento, una esperanza, algo.
Y quién
mejor si no el jefe de gobierno de una ciudad para hacerlo.
La denuncia
del legislador Juan Cabandié y del auditor de la ciudad, Eduardo Epszteyn,
demostrando que el fondo de 40 millones de pesos para las obras en el arroyo
Vega está subejecutado desde el 2010, aumenta la indignación colectiva.
Así pasa
con todo.
Es una
filosofía de gobierno para el macrismo.
¿O no es
así con los subtes y con las obras necesarias para hacer de la ciudad un lugar más confortable para vivir?
Llueve y la
culpa es del gobierno nacional.
El mismo
argumento aburrido de Hermes Binner hablando de la mafia narco-policial. Ellos
nombran a jefes policiales denunciados por vecinos de su provincia y resulta
que “no sabían nada” porque “el gobierno nacional no les avisó”.
Eso sí: son
rápidos para los negocios, como el que denunciaron los trabajadores en el
Hospital Borda.
Sólo les
cabe lo que alguna vez pidió la Presidenta:
“A ver si trabajan,
que para eso nos eligieron”.
El Argentino, miércoles 31 de octubre de 2012
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