lunes, 22 de octubre de 2012

El siglo del multilateralismo



La crisis terminal del mundo bipolar entre los dos gigantes del siglo XX, la ex URSS y los EE.UU., derivó en el mundo unipolar y hegemónico ejercido por la potencia del norte, los EE.UU., durante el fin del pasado siglo.
Fue así hasta que los tres mosqueteros, Kirchner, Lula y Chávez, hundieron el ALCA en la bella Mar del Plata en 2005.
La crisis terminal de ese mundo unipolar, que vino a proclamar el fin de las ideologías y el fin de la historia, derivó en esta crisis política que conmueve a Europa y achica la influencia decisiva y determinante de los EE.UU. y transforma las relaciones internacionales en el marco de un mundo multipolar, donde las contradicciones y las diferencias están a la luz del día.
El mundo se mueve en bloques, en regiones, en parentescos territoriales y políticos que alumbran la nueva época.
En ese mundo multipolar la América Latina es la única región que crece económicamente y donde la decisión soberana de sus pueblos se hace en paz y en democracia.
Y allí estamos nosotros, los argentinos.
Pero estamos todos los sectores, más allá de nuestras pertenencias políticas, ideológicas y culturales. Y más allá del poderío económico de cada sector local, sea estatal, sea privado.
¿Adónde vamos con esta reflexión? A demostrar que vivimos un tiempo donde el mundo y la sociedad latinoamericana en particular, marchan hacia un estadio cada vez más democrático y antimonopólico.
En consecuencia, ya podemos ir al grano y afirmar que la Ley de Medios de la democracia y en particular el artículo 161, marchan en la misma dirección que marcha el mundo.
El mundo se desmonopoliza.
No hay más que conocer y saber leer e interpretar lo que pasó la semana pasada con la poderosa empresa de comunicaciones Bell, en Canadá.
Resulta que pretendió asociarse con Astral, otra gran empresa y desde el organismo estatal que regula las comunicaciones, el AFSCA canadiense pongamos, se lo impidieron.
Allí no admiten concentraciones monopólicas.
No es que pasó en Cuba o en Venezuela.
Pasó en Canadá, principal socio comercial y político de los EE.UU.
Mañana ampliaremos.
Cuando venga la SIP a Buenos Aires, a defender a sus socios empresarios del monopolio Clarín, sólo habrá que llevar un cartel que les diga: “No busquen hacer aquí lo que no  pueden hacer en Canadá ni en los EE.UU.”; países donde se refugian los poderosos dueños de la SIP.
Los planetas se van alineando esta vez.
Los justos peleamos para que se cumpla la ley.
Y los injustos pelean para que no se cumpla ley.
Habrá novedades esta semana.
Recondo fue descubierto. La trampa fue descubierta.
Ojalá la justicia se despegue definitivamente de las operaciones corporativas.  
Ya estamos grandes.

El Argentino, lunes 22 de octubre de 2012

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