jueves, 25 de octubre de 2012

La ciudad donde habita el espanto






El veto de Mauricio Macri a la ley de aborto no punible provoca espanto e indignación.
La odiosa medida del jefe de gobierno porteño es un cachetazo múltiple contra varios cuerpos a la vez: el de la ley, el de la Corte Suprema de Justicia, el de los legisladores de la Ciudad de Buenos Aires, el de la democracia; pero por sobre todo, golpea el cuerpo de la mujer.
Seguramente Macri se identifica con el candidato republicano que dijo que “el embarazo producto de una violación es un mandato de dios”.
Con una mano le regaló una rosa a Hugo Moyano y con la otra, firmó el veto contra un derecho de las mujeres. 
Hay que decirlo: las leyes de reparación social son exactamente eso, de reparación. No es que el gobernante o la justicia o los legisladores les otorgan graciosamente un derecho a las mujeres.
Es un pleno derecho de ellas y nada más que de ellas.
Para conservadores como Macri, no hay dudas que la mujer sigue siendo un campo de disputa.
Como lo son los pibes pobres y los viejos pobres y los humildes sin techo.  
Que ningún votante de Macri se olvide a la hora de elegirlo nuevamente: Son 107 vetos en total y promete seguir la zaga.
Todos esos vetos causan espanto y desolación en la gran ciudad.
Ayer, además, se reunieron todos ellos, los conservadores, a rendir pleitesía a los miembros del Consejo de la Magistratura acusados de favorecer al Grupo Clarín.
Es mejor así.
Ahora están delineados claramente los proyectos de país en pugna: el proyecto de la democracia y el de las corporaciones.
Que cada uno se ubique donde quiera, sabiendo que el 7D es la función final del monopolio.
Sugerimos la lectura de los discursos de algunos miembros notables de la oposición.
No tienen desperdicios. Federico Pinedo criticó a la Presidenta por presionar a una jueza, dijo, por “acusar a su padre de algunas cosas, como delitos de lesa humanidad”.
Pavada de delito.
Vaya que es generosa esta democracia.
Más allá del espantoso respaldo político de la oposición a Recondo, Aguad y otros, ocho jueces subrogantes tendrán que dar alguna explicación cuando se encuentren frente a la Comisión de Acusación y Disciplina del Consejo de la Magistratura que los citó para hoy. 
Otro acto opositor fue el que realizaron ayer frente al Congreso las huestes de la CGT de Moyano y la CTA disidente de Michelli.
Faltaba Macri y largaban la campaña electoral. 
Más allá, en la Av. 9 de Julio, un reducido grupo de manifestantes se daba el lujo de cortarles el paso a miles de personas que transitan día a día por la vía central de la ciudad.
¿Por qué no fueron desalojados de allí? Porque la fiscal contravencional les permitía el corte.
Tan bella ciudad no se merece tanto espanto.

El Argentino, jueves 25 de octubre de 2012

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