Los
trabajadores, las clases medias, los empresarios nacionales, los humildes, los
jubilados y la inmensa mayoría de la juventud viven en estado de esperanza
permanente.
Y eso se
nota en las calles.
Sin dudas,
la recuperación de derechos sociales, políticos, culturales y económicos ha
transformado el perfil de la Argentina.
Y eso se
nota en su gente, en el estado de ánimo colectivo, en las reservas hoteleras
cada fin de semana largo y las que se planifican para las vacaciones.
En este
marco y como decíamos ayer en Miradas al Sur, “la derecha está en operaciones. En
América Latina y en el mundo entero. Saquea y reprime en España, Portugal y
Grecia. Golpeó en Honduras, Ecuador y Paraguay. Atenta en Colombia y Venezuela.
Amenaza en Brasil, Uruguay y en la Argentina”.
Basta leer
los diarios del domingo para comprobar el estado de emoción violenta y
destituyente de los medios que expresan al poder económico monopólico envuelto
en papel prensa.
Basta ver
el montaje irrespetuoso, chabacano e injuriante de Lanata para darnos cuenta
por dónde viene la mano.
Viene por
hacerle el bocho a esa clase media que creen que duda y titubea en las horas de
miedo. Y se equivocan de tiempo.
Todos hemos
aprendido la lección. Menos Clarín.
Mientras
montan la farsa del llamado “desliz” presidencial mencionando a La Matanza, en
verdad quieren tapar que está fresca la verdadera matanza que encubrieron en
Puente Avellaneda cuando titularon: “La crisis causó 2 nuevas muertes”.
Como fresca
está la imagen de la Plaza de Mayo con sus treinta muertos y las Madres
apaleadas por la caballería de la policía brava del 2001.
Vienen por
intentar romper el frente de clases sociales que expresa el proyecto nacional,
popular y democrático que gobierna desde el 2003.
Por eso,
como decíamos ayer:
“Esa
derecha, mientras no tenga partidos serios y representativos, está en
problemas, imposibles de resolver en un país que asumió para siempre su
vigencia democrática. Tendrían que tumbar las instituciones republicanas, incendiar
las praderas, llenar las calles de cacerolas violentas, golpear las puertas de
los cuarteles hoy desiertos de golpistas, desatar rebeliones a favor del dólar
libre y el enfriamiento de la economía.
No les
duele la inflación ni la inseguridad ni la falta de conferencias de prensa.
Les duele
la mayor igualdad e inclusión social.
La cercanía
irremediable del 7 D desató la contraofensiva”.
Sepamos que
de aquí al 7D la cadena del miedo y el desánimo llenará de clavos miguelitos el
proyecto de país que eligieron los argentinos para transitar.
Si crecieron
en la dictadura, es hora que la democracia ponga las cosas en su justo lugar.
Dentro de
la ley, todos. También Clarín.
El Argentino, lunes 1 de octubre de 2012
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