La
situación está bajo control. El golpismo no.
Si las
fuerzas de la democracia coinciden en este diagnóstico, es hora de unir
voluntades para defenderla, sin condicionamiento alguno.
De acá al
7D. Y después también.
Estos
momentos dejan al descubierto tanto a los demócratas como a los que comulgan,
por acción u omisión, con actitudes antidemocráticas.
El
desarrollo de los acontecimientos desatados por un imperdonable “error” administrativo
de las jefaturas de Gendarmería y Prefectura ya desplazadas, abrió paso a una
dinámica de crisis que fue mudando de forma y contenido según pasaban las
horas.
Cuando esto
ocurre, dice la experiencia, es porque hay una comandancia externa a los
actores intervinientes que azuza el fuego del enfrentamiento.
¿Adivine
quién es y desde dónde opera esa comandancia ilegal, golpista y destituyente?
¿Clarín, La
Nación, TN, Radio Mitre quizás?
Hubo un antes
y un después, en horas del mediodía, con un principio de solución efectiva anunciado
por el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina.
Todo
indicaba que, reconocida la “avivada” de los anteriores jerarcas para
asegurarse la amplitud salarial en su provecho y en desmedro de los que menos
ganan, cuando el decreto en cuestión justamente garantizaba que esto no
ocurriera y, asegurado el resarcimiento del pago efectivo a los uniformados en
las próximas horas, la protesta se levantaría y la paz social no se vería
alterada en absoluto.
Pero no
pasó esto. Pasó todo lo contrario. Recrudecieron las protestas, las
advertencias y las amenazas por parte de algunos de los miembros de
Gendarmería.
Esa nueva
fase es la que expresa con toda elocuencia la acción destituyente.
La
conferencia de Macri tiene varias lecturas. ¿Se ubicó como socio de los
insubordinados y los llamó a regresar a casa?
¿Todo fue
un ensayo general, quizás? ¿Fracasó el efecto dominó que esperaban? ¿Es una
convocatoria armada para el próximo cacerolazo? ¿Por qué había entre los
uniformados, carteles en apoyo a Seineldín, a TN y a Canal 13?
Hay que
indignarse en nombre de la democracia.
Hay que
denunciar a los responsables. Hay que sumar fuerzas rumbo al 7D.
Pero al
mismo tiempo hay que manejarse con la paz y la
sabiduría democrática construida en todos estos años.
Hay,
además, una tarea colectiva que debemos encarar ya: memorizar los nombres de
todos los que, en esta hora, optaron por la complicidad criminal de ubicarse al
lado de los destituyentes.
“Con la
democracia no se jode”, dicen desde Unidos y Organizados. Y con otras palabras
lo dijeron diputados de distintas expresiones. Y los Organismos de Derechos
Humanos.
Que esta
coyuntura nos sirva para crecer como pueblo. Y como país democrático.
El Argentino, jueves 4 de octubre de 2012
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