Al terminar
la lectura del fallo que condenó ayer a los marinos acusados por la Masacre de
Trelew, Martín Fresneda, Secretario de Derechos Humanos de la Nación,
afirmó:
“Hoy es un día muy importante para la historia argentina ya
que empezamos a desandar esa patria fusilada que dio comienzo a los peores años,
en los que algunos usaron las armas de las Fuerzas Armadas para asesinar al
pueblo argentino”.
Estaba todo dicho.
La condena
a prisión perpetua de tres de los acusados por la Masacre ocurrida hace 40 años
en la Base de la Marina en Trelew, más la calificación de crimen de lesa
humanidad, hace justicia, hace memoria y cuenta la verdad sobre el fusilamiento
de aquellos 19 militantes políticos.
El Tribunal
falló sobre un hecho trágico que la hegemonía cultural dominante en las últimas
décadas había declarado “caso cerrado” en el sentido común de los argentinos.
Que levante
la mano, si no, quien pensó alguna vez que sería posible un fallo así.
Decíamos:
ya está, ya pasó, sólo queremos que se sepa la verdad; que estaban desarmados;
que se entregaron a la justicia.
Y que los asesinos
ensayaron allí el terrorismo de estado que vendría después.
Pero
encarcelar a los genocidas y declararlo crimen de lesa humanidad, olvidate.
Es
entendible el enojo de quienes reclamaron que los condenados fuesen ayer a una
cárcel común. Y que no haya absoluciones.
Pero que el
árbol no nos tape el bosque.
Argentina
reafirmó su liderazgo mundial en la defensa irrestricta de los derechos humanos.
Pese a la
corporación judicial, incluso.
Porque este
fallo sobre la Masacre de Trelew se entiende no por esa corporación,
precisamente, sino por la vigencia irrestricta de la política de estado
instaurada por Néstor Kirchner y continuada por Cristina.
Memoria,
Verdad y Justicia, es su nombre.
¿Qué dirán
ahora los gobernantes españoles que no permiten juzgar los crímenes cometidos
por el franquismo en aquellos años?
¿Y qué
dirán los pueblos hermanos de América Latina con sus muertos y desparecidos en
las dictaduras de los años setenta y ochenta?
Este fallo histórico
honra la memoria de aquellos argentinos fusilados y al hacerlo, honra al
conjunto de los argentinos.
La vida,
además, siguió otros cursos de acción.
La Corte
Suprema se reunió con los jueces que integran el Consejo de la Magistratura,
mientras el Ministerio de Justicia
denunció institucionalmente el bloqueo al nombramiento constitucional de los
magistrados.
La
Presidenta encabezó un emotivo acto en la Casa Rosada.
Los caminos,
la capacitación de los jóvenes, la cultura y las viviendas estuvieron en la
agenda de la actividad presidencial.
Y el 7D
siguió planeando suavemente sobre la democracia.
El Argentino, martes 16 de octubre de 2012
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