El Museo
del Bicentenario es en los últimos tiempos, el escenario donde la Presidenta
reafirma el rumbo histórico que la Argentina vive.
Así ocurrió
también ayer.
“Con la
dignidad del país no se va quedar ningún fondo buitre”, afirmó Cristina ante la
multitud que cubría el lugar.
“Algunos
defienden a los fondos buitre que han violado todas las reglas internacionales
creyendo que van a extorsionar y presionar al país; pero mientras yo sea
Presidenta, podrán quedarse con la Fragata pero no con la libertad, la dignidad
y la soberanía de los argentinos”, expresó Cristina Fernández de Kirchner.
De este
modo, poniendo las cosas blanco sobre negro, la Presidenta se encontró con los
40 millones de argentinos a través de la Cadena Nacional.
Anunció un
fuerte impulso al sistema de Seguros a través del Plan Estratégico 2020-2020 y un
Proyecto de ley sobre Mercado de capitales.
Mientras hablaba,
pensábamos que afuera del país nos acosan los fondos buitre y adentro, revolotean
otros buitres en el fondo de nuestra propia casa común, que es la Argentina.
Vergüenza
ajena.
Las Abuelas
de Plaza de Mayo cumplieron 35 años de lucha en la búsqueda y la identidad de
los pibes secuestrados durante la dictadura cívico-militar y se reunieron con
la Presidenta para celebrarlo.
En Ginebra,
el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, se reunió con
representantes de todo el mundo en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones
Unidas, que brindaron un masivo apoyo a las políticas que aquí se desarrollan
en orden a los juicios de lesa humanidad, democratización de los medios de
comunicación, educación, salud, matrimonio igualitario, migraciones y otras.
Mientras la
Presidenta recibía en su despacho a las Abuelas y luego al popular cantante
mexicano Luis Miguel, lejos de allí se encontraban, para algarabía de la
derecha conservadora, Moyano, Momo Venegas y Macri.
Como decíamos
ayer, una de las grandes corporaciones mundiales de la comunicación, la
compañía Bell, anunció la compra de Astral, empresa de medios de Canadá.
Otros
jugadores canadienses, más las ONGs que representan a usuarios y consumidores,
pusieron el grito en el cielo denunciando la concentración monopólica que
produciría tal operación.
Es exactamente
eso lo que el Grupo Clarín representa desde hace décadas.
¿Y que hizo
la CRTC, o sea, el AFSCA canadiense? Lo que se esperaba, es decir, rechazó la
operación.
Los fundamentos
para impedir la compra fueron varios, pero sobresalen dos: que la transacción
traería una reducción de las ofertas en programación y que disminuiría la
cantidad de voces mediáticas.
¿Le suena
conocido?
El 7D
pondrá también aquí las cosas en su justo lugar.
El Argentino, martes 23 de octubre de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario