Miren esa
imagen: los argentinos más humildes recibiendo su certificado de finalización
de estudios del Programa FINES del Gobierno Nacional.
Y miren esa
otra: la pantalla de TV ardiendo de odio y desolación invocando un “saqueo” que
sólo existe en las mentes afiebradas de quienes los promueven.
El país es
el mismo. Pero el primero es el país del orgullo propio, de la alegría, de la
esperanza, de la gente que labura y estudia, de los trabajadores que han recuperado
la dignidad y lo que es más importante, el sentido de solidaridad y de sentirse
parte de una misma comunidad.
Este país
saqueado por los poderosos una y mil veces durante más de un siglo, está de pie
definitivamente y camina desde el pie, o sea, desde el corazón del pueblo.
El acto de
colación de ayer fue más que emotivo e ilustrativo de esta nueva Argentina.
Los hombres
y mujeres que se recibían son los que antes del 2003 habían quedado abandonados
a la vera del camino. Por eso festejaban con tanto entusiasmo. Estaban
recuperando el sentido de una vida digna.
Cuando la
ministra Alicia Kirchner, el ministro Alberto Sileoni, el Jefe de Gabinete,
Jorge Capitanich y el Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli,
hicieron entrega de un justo reconocimiento a su trayectoria en defensa de la educación
popular a la ex Secretaria General de CTERA, Mary Sánchez, la emoción fue
completa.
Por último, Capitanich
fue al hueso de los días que corren: llamó a todos los presentes a organizarse
para saber defender una por una todas las conquistas sociales logradas en estos
años de proyecto nacional y popular.
El acto
resumió como pocos el verdadero país de los argentinos. Y es bueno saberlo en
días en que el calor y los cortes de energía incendian las editoriales de los
que se empeñan en sabotearlo todo.
Es posible,
además de deseable, que el plan de saqueos previstos para estos días haya
naufragado ante el dispositivo que las fuerzas nacionales de seguridad
desplegaron en distintas ciudades del país.
Y que estas sean finalmente las mejores fiestas
navideñas de los últimos tiempos.
Y que el calor amengüe un poquitín con las
lluvias y que las empresas consignatarias de electricidad se alineen con el
modelo de país en curso, so pena de tener
que dedicarse a otro negocio; por ejemplo, vender hielo en el Polo.
Es posible y
deseable todo…menos que Clarín y La Nación dejen de disparar metralla mediática
gruesa contra la figura presidencial.
Advertimos
que vendrían por Cristina, sólo para estar alertas.
Porque
cuando alguien busca debilitar la integridad
moral de la Jefa de la Nación, buscan debilitar la democracia que supimos
construir.
El Argentino, jueves 19 de diciembre de 2013
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