viernes, 13 de diciembre de 2013

Los días que se fueron



Se termina la semana, pero no la tensión. 
Hay mucho golpismo revoloteando como  aves de rapiña sobre una presa doliente. Y esa presa, no lo duden, somos los ciudadanos de a pie, cualquiera sea nuestra condición social, política, ideológica o religiosa.
El tablero mediático de la democracia se ha movido de lugar.
No se usa el tiempo horario de los medios para reivindicar como se merecen los 30 años de democracia, ni para apoyar de modo republicano al gobierno elegido por la voluntad popular, ni para repudiar sin dobleces a los sediciosos que amenazan la paz social, ni para juntar fuerzas desde bajo las baldosas y gritar muy fuerte que nunca más otra violación al Estado de derecho.
El tablero mediático de los grandes medios de comunicación, por el contrario,echa nafta al fuego. Agita el desorden. Lo agiganta. Lo endurece. Lo disemina como minas explosivas sobre nuestras cabezas que, de llegar a estallar, nos matarían de miedo y desmemoria.
Todo empieza a cerrar.
Amenazas de huelgas de los camioneros. Cumbre de la patronal rural con Duhalde, Binner, Macri, Solanas, Cobos, casi todo el arco opositor. Ardientes editoriales de Clarín, La Nación y la pantalla de TN difundiendo a destajo “las contradicciones de Capitanich”, mezclado con el supuesto “conflicto social en la Argentina”.
Como si en alguna cueva alguien escribiera un guión mafioso de fin de año.
No sólo que no apoyan responsablemente al fortalecimiento indispensable del sistema democrático, sino que muchos se ubican sin ambigüedades del lado destituyente.
“La culpa de todo es del gobierno”, vociferan a coro.
¿Qué hacemos mientras tanto? ¿Nos quedamos mirando la realidad que nos inyecta la televisión? ¿O nos ponemos todos a debatir la sociedad inclusiva y democrática que queremos construir? ¿Qué tal si fotografiamos desde nuestras ventanas a los nuevos maras con y sin uniformes? ¿Qué tal si los denunciamos luego? ¿Qué tal si memorizamos los nombres de quienes se muestran compungidos, por un lado y por otro, llaman al odio y la revancha autoritaria?
Es tan maliciosa la nota sobre Capitanich, como la editorial sobre “el conflicto social”.
Hay Hambre Cero en la Argentina. Hay baja histórica en los niveles de pobreza. Hay crecimiento del empleo. No lo dice “el relato K”. Lo dicen todos los estudios realizados por Naciones Unidas y otros respetables organismos.
¿De qué “conflicto” nos hablan? ¿Del que quieren reeditar artificiosamente para hacernos creer que estamos en el 2001?
No son hambrientos los que saquean; son delincuentes.
Los días que se fueron alumbran los días que vendrán si de nosotros depende, ciudadanos de a pie.
La democracia nos costó mucho dolor. No es justo retroceder.

El Argentino, viernes 13 de diciembre de 2013

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