Más
producción e inyección de gas natural y más vagones y trenes para el
ferrocarril urbano fueron ayer parte de los anuncios del gobierno nacional en
esta Argentina que crece a toda prisa.
El acuerdo
de YPF con la española Repsol por la expropiación de nuestra principal empresa
nacional está llena de significados.
No se trata
sólo de un acuerdo económico con final neutro.
Ganó la
postura descolonizadora que el Estado argentino le imprimió al proceso
negociador junto al Estado mexicano.
Perdió la
visión depredadora y neoliberal que sostenía la ex YPF-Repsol que otrora comandaba
el español Antonio Brufau.
Para ponerlo
en términos de cambio de época: ganó el nuevo mundo.
Resultan muy
significativos dos artículos publicados en el extranjero.
El diario El
Slate, de EEUU, recomienda a España adoptar el modelo económico argentino.
Así como lo
lee.
El artículo
se titula “The Euro Is Killing Southern Europe (El euro está matando al sur de
Europa)” y propone que el gobierno español adopte las mismas medidas
anticíclicas que implementó Néstor Kirchner en 2003 y que luego profundizó la
Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El Slate
dice que luego de la crisis del 2001, Argentina se encontraba en una situación
similar a la de España hoy, varada en las recetas del FMI por las políticas
neoliberales de los ’90. Y no le fue nada bien. Concluye afirmando que España,
siguiendo el modelo argentino, debería aprender a vivir con lo propio.
Por su
parte, el País, de España, publicó una editorial titulada: “La metrópoli
colonizada por sus colonias”.
El párrafo
más interesante dice:
“Este
episodio (por el acuerdo YPF-Repsol) simboliza un fenómeno de mayor enjundia:
la creciente toma de posiciones, ya de orden político, ya económico, ya
financiero, de empresas latinoamericanas en corporaciones españolas clave.
Rizando el rizo, la ex metrópoli está siendo semicolonizada por sus ex colonias.
Justo el reverso del segundo Descubrimiento de América por bancos y empresas de
servicios públicos españoles en trance de privatización, iniciado en los años
noventa bajo los Gobiernos de Felipe González. E incrementado después, al
socaire de la venta de las empresas públicas latinoamericanas al sector
privado.
La emergencia
del subcontinente y la recesión española se han conjugado en el último lustro
para articular el envés pendular de aquel movimiento”.
“Fin de la
cita”, diría Rajoy.
No se trata
de querer “exportar” el modelo argentino ni caer en chauvinismos berretas.
Pero con las
toneladas de baja estima que nos tiraron en todos estos años desde los medios
opositores, Clarín mediante, viene bien un baño de autoestima y orgullo
nacional.
La Argentina
se lo ganó.
El Argentino, viernes 29 de noviembre de 2013
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