El mundo
gira alrededor del sol y del petróleo.
Por eso los
países que cuentan con ese recurso son y serán los más preciados del planeta
hasta que la humanidad logre reemplazar esta principal fuente de energía que utiliza
masivamente desde hace más de un siglo.
En este
marco hay que ubicar la decisión histórica de la Presidenta de la Nación de
recuperar para los argentinos nuestra empresa nacional madre, Yacimientos
Petrolíferos Fiscales.
La
prolijidad y la solvencia en la gestión expropiatoria de YPF permitieron llegar
a este momento en que el Estado argentino impulsa un acuerdo de compensación
con la española Repsol en los términos que marcan nuestra Constitución Nacional
y la ley aprobada oportunamente por el Congreso.
La Argentina
tendrá ahora el campo libre de acechanzas y amenazas externas e internas para
negociar con empresas de cualquier parte del mundo a fin de aprovechar para el
crecimiento y el desarrollo del país las riquezas con que cuenta el subsuelo de
la patria.
Esto tiene
un nombre propio: Soberanía energética.
Pasando en
limpio: El Estado volvió a ser el dueño de sus recursos; pero como son
necesarios miles y miles de millones de
dólares para explotar esos recursos, se asocia con aquellas empresas que reúnan
y acepten las condiciones que ponga el Estado argentino para explorar, por
ejemplo, el preciado yacimiento de Vaca Muerta.
No hay
misterios ni milagros. Hay voluntad de ser libres y crecer en un mundo que se
achica y busca hacernos dependientes. Al parecer, México cumplió un importante
rol en la negociación que hoy llegaría a su fin.
En un mundo
que no sale de su crisis y contra tanta mala onda de cabotaje mediático, el
Estado recuperó en estos años para la sociedad argentina el manejo del ahorro
nacional con la eliminación de las ex AFJP, las rutas aéreas con la
recuperación de Aerolíneas Argentinas, inició el proceso de recuperación de los
ferrocarriles y las vías navegables, construyó políticas de ciencia y
tecnología que hoy permiten que la CONAE y el INVAP puedan construir satélites
y plataformas de lanzamiento propios y ahora libera de deudas a YPF para seguir
avanzando y creciendo.
Estamos
hablando de las columnas principales que sostienen la estructura sólida de cualquier
país que se precie de ser un país soberano.
La
Presidenta, que ayer recibió de punta en blanco a directivos alemanes de una
compañía química líder a nivel mundial, irá coronando de ahora en más las
inversiones que sean necesarias para nuestro desarrollo.
Pese a los
agoreros, la Argentina es a ojos del mundo real, un país previsible para vivir
y para invertir.
El Argentino, miércoles 27 de noviembre de
2013
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