La principal
noticia que se produjo ayer es que Cristina, la Presidenta, la compañera, se
reencontró con su pueblo.
Casi
podríamos decir que fue su tercera asunción del mando.
La primera
en el 2007. La segunda en el 2011. Y la tercera ayer.
Fue el día
que asumieron sus funciones los nuevos
ministros, Capitanich, Kicillof y Casamiquela y ella les tomó juramento en la
Casa Rosada.
El Salón
Blanco estaba repleto de invitados, familiares y amigos de los funcionarios.
Pero el alma
de la tarde fue que volvió Cristina y se encontró con una juventud que llenó
hasta el último rincón de la Casa de Gobierno.
Todos los
patios estaban cubiertos por una multitud que no se veía desde hace mucho
tiempo.
Y Cristina habló a todos en dos oportunidades y
los saludó otras tantas veces.
Fueron
mensajes cargados de emoción y bajada de línea. Para decirlo pronto.
Rescatamos a
las apuradas cuatro ejes centrales:
*Vuelve para
profundizar el modelo y el proyecto de país en curso desde el 2003.
*Vuelve para
unificar definitivamente a los argentinos; en paz, en democracia y sin
agravios.
*Vuelve para
alimentar los sueños y las utopías de un pueblo que ha vuelto a creer.
*Vuelve para
ayudar a defender las conquistas logradas en estos años.
Pasaron por
su imaginario nuestra empresa YPF, los Ferrocarriles, las vías navegables,
Aerolíneas Argentinas y por supuesto, el rol protagónico de la juventud y los
trabajadores en la construcción de esa consigna escrita en la pata del pingüino
que le regalaron: “Organizarse para transformar”.
Ese
encuentro entre la Presidenta y una parte de su pueblo, la más joven, la más
soñadora, la más comprometida con pasión y vida con el proyecto de país que
ella lidera y conduce, quizá sea un signo de estos tiempos que hay que saber
leer y valorar.
El clima que
se vivió ayer era el clima de un estreno antes que el de la despedida que auguran
los medios concentrados.
La Argentina
demuestra que en tiempos del kirchnerismo la vieja ley de gravedad que regía a
los gobiernos al llegar a medio término, también se
cumple ahora, pero al revés.
El pato
rengo es la oposición, no el oficialismo.
El kirchnerismo
luce tan renovado y luminoso como su conductora.
Pasemos
lista.
*El nuevo
gabinete cuenta con un amplio apoyo de la opinión pública y de los principales
sectores representativos de la sociedad.
*El
peronismo territorial cuenta desde ayer con uno de los suyos en el elenco
gubernamental. El más votado de los gobernadores peronistas es el nuevo Jefe de
Gabinete.
*El
nombramiento de Kicillof es aire fresco y puro para la gestión.
No importa
el lugar que cada uno ocupe. Importa el viento que soplamos.
Quizá por
sentimos que ayer juramos todos.
El Argentino, jueves 21 de noviembre de 2013
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