viernes, 15 de noviembre de 2013

El país que espera a Cristina



El lunes vuelve Cristina.
Y el país cuenta las horas a la espera de volver a verla y escucharla.
La historia viene al galope en los días que corren.
La constitucionalidad de la ley de medios es uno de los grandes temas que inauguró esta etapa.
El otro tema es el hallazgo de los archivos secretos de la dictadura.
Y el otro, que se relaciona con ambos, es el estricto control de lavado de dinero y la pronta denuncia de apropiación de bienes, genocidio mediante, que presentará ante la Justicia la Unidad de Información Financiera conducida por José Sbatella.
Salvo honrosas excepciones, la prensa escrita, radial y televisiva en general, chorrea tintas y palabras sobre otros temas, que con ser importantes, no le alcanzan ni al tobillo a los mencionados.  
La inseguridad, la inflación, el narcotráfico, la presunta evasión de divisas, la inserción en el mundo, el precio del pan, la toma de rehenes, etc. etc.,  son temas importantes, nadie dice que no. Pero no habrá país en serio si la matriz del poder económico real sigue conservando vestigios del terrorismo de estado.
O sea. No hay que perderse en ningún laberinto y cortina de humo que nos tiran los medios concentrados. A todos los temas habrá que atender con rigor de gestión. Pero no son comparables.
¿O no nos da miedo saber que el principal asesor de Macri es un admirador confeso de Adolf Hitler?
¿O no nos da miedo saber que una buena parte de las grandes empresas “nacionales” son el producto espurio de los secuestros y las torturas y los crímenes del terrorismo de estado? 
¿O no nos mete miedo Sergio Massa proponiendo derribar aviones sospechosos cuando lo único que derribará, si un día gobierna, es a la clase media y a los trabajadores?
El empresario Carlos Blaquier está procesado por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. Era un intocable hasta hace poco tiempo.
El ex funcionario de Martínez de Hoz, Alejandro Reynal, fue denunciado por el secuestro y  tortura con fines de robo al empresario Eduardo Sahiegh.
La dictadura fue la banda de delincuentes más tenebrosa que asoló nuestro país. Y esa banda dejó sus huevos de serpiente cuando la democracia reemplazó en el gobierno a los dictadores.
De eso se trata, de identificar esos nidos de serpientes y ponerlos a disposición de la justicia.  
El caso más grave  es el de Papel Prensa.
Ajústense los cinturones y aunque tengan vértigo, no se abstengan de mirar la maravilla.  
Porque el país que vendrá será más libre y más justo, con toda seguridad, cuando nuestros hijos crezcan en una democracia descontaminada de tanto criminal de guantes blancos manchados de sangre, esos que aún caminan por las mismas calles donde caminamos todos.

El Argentino, viernes 15 de noviembre de 2013

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