miércoles, 7 de abril de 2010

NO HABRÁ MÁS BRECHA NI OLVIDO


La brecha digital empezó ayer su tiempo de descuento, tras el anuncio de la Presidenta.

A esa noticia trascendente nos queremos referir.

Por eso hoy sólo apuntamos la citación judicial a Macri por el espionaje a familiares de la AMIA, entre otros espiados; aguardamos la resolución judicial sobre la identidad inconclusa de los hijos adoptados (¿o apropiados?) de la dueña de Clarín.

Y abrazamos solidariamente a los docentes de San Luís y a los trabajadores de prensa despedidos por el monopolio mediático de Vila y Manzano.

La decisión presidencial de dotar de más de 3 millones de computadoras personales a estudiantes secundarios de todo el país, constituye una medida sólo comparable, por su trascendencia, al otorgamiento de la Asignación Universal por Hijo.

Por sus características y potencialidades, es una decisión propia de una democracia participativa.

Reducirla mediáticamente a la sola entrega de instrumentos tecnológicos es no comprender el horizonte de país que se viene construyendo en esta etapa de la historia argentina.

Como si dijéramos que la trascendencia de Mariano Moreno pasa sólo por haber dirigido La Gazeta o la de Manuel Belgrano, por crear la Bandera.

Estamos en el umbral de una nueva sociedad.

La Presidenta está anunciando, en verdad, que las nuevas generaciones de ciudadanos se formarán conectadas a su entorno y al mundo de una manera solidaria, comunitaria, asociativa.

Es la escuela la que oficiará de enlace real y virtual de los miembros de la comunidad educativa; la antítesis del aislamiento social y el más maravilloso eslabón socializador de una sociedad.

Imagínese a partir de ahora el aula, el profesor, el alumno, su familia, sus vecinos, sus amigos del barrio y del club social, empoderados de esta nueva tecnología

Todos interconectados, para siempre.

En un país inclusivo, una computadora es un arma cargada de futuro; como la poesía de Celaya.

En un pupitre de hambre, sería un pasatiempo.

Es una verdadera revolución social la que se está produciendo.

Vista así, la tecnología contribuye a la socialización, a la inclusión, a la igualdad de oportunidades y también al desarrollo económico, cultural, educativo de un país.

Crecemos todos como miembros de esta sociedad.

Es un pueblo el que se apodera de la tecnología para transformar su entorno y al mismo tiempo, transformarse a si mismo, construyendo una sociedad de iguales entre todos.

Claro, si estos anuncios presidenciales se reducen al aparatismo tecnológico y sólo se habla de la brecha digital como un fenómeno aislado, será imposible no advertir la magnitud y la cualidad de la medida anunciada.

Es que la brecha digital debe ser caracterizada como una consecuencia de las otras brechas sociales que siempre son el producto inevitable de una sociedad desigual, excluyente, injusta.

La brecha entre un joven y un teclado informático es la brecha entre ese joven y el acceso a la educación digna, al trabajo, a la cultura, a sus derechos civiles, sociales y humanos.

Quienes investigan sobre estos asuntos proponen hablar de las brechas digitales, en plural y no en un singular absolutista que no explica nada.

O peor, promueve el individualismo y la segmentación siempre interesada desde el poder económico concentrado.

Se trata entonces de seguir imaginando y soñando una sociedad igualitaria para pensar y decidir en consecuencia, cuáles son los caminos que nos llevan adecuada y rápidamente hacia su construcción.

Desde esta perspectiva, habrá que identificase con quienes sostienen que la tecnología es un proceso social y no un fin en sí mismo.

Si existe un fin a lograr, esa es la sociedad justa, el modelo inclusivo de país que queremos para los argentinos.

Solos, desconectados, aislados, no podremos lograrlo nunca.

Las computadoras en manos de la comunidad serán el mejor medio para ejercer la solidaridad y acceder al conocimiento.

Si así resulta, más temprano que tarde, no habrá más penas ni olvido, como cantaba Gardel.


Jorge Giles. El Argentino, 7 de abril de 2010
http://www.elargentino.com/nota-85306-No-habra-mas-brecha-ni-olvido.html

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pufff...una idea bárbara, en vez de comprar computadoras de escritorio y dejarlas en el colegio se las van a dar a gente que (por culpa de este gobierno que no mejora las condiciones de vida) no llega a fin de mes y que cuando tenga la laptop en sus manos lo más probable es que por necesidad la venda.

La China dijo...

Amigo/a: Se nota que ni siquiera te tomaste la molestia de leer el decreto en el cual se establecen las pautas, no? Está todo friamente calculado para que todos los pibes terminen el colegio y para que tengan acceso informático!

Leelo y después hablamos, con mucho gusto.

Jorge: Qué buena frase... "En un país inclusivo, una computadora es un arma cargada de futuro; como la poesía de Celaya.
En un pupitre de hambre, sería un pasatiempo."

Gracias y abrazo.

Antonio (el Mayolero) dijo...

Empezamos a cerrar la brecha tecnológica que se abrió en 1966 con la "Noche de los Bastones Largos" y la destrucción de los equipos de la Facultad de Ciencias Exactas