viernes, 16 de abril de 2010

LA DEMOCRACIA GANÓ LAS CALLES

La multitud avanzó alegremente desde el Congreso hasta el edificio de Tribunales. Portaban carteles de todos los colores.

Cantaban consignas a favor de la Ley de Medios y contra el monopolio Clarín.

La oposición política y parlamentaria recibió lo suyo en el desprecio colectivo.

Quien se llevó todos los premios en el repudio bullanguero fue Julio Cobos.

De los balcones, caían papelitos saludando la marcha con entusiasmo contagiante.

Caminando entre los manifestantes era fácil percibir la sensación unánime de que la vigencia de la Ley de Medios de la democracia, no será secuestrada eternamente por los tribunales de la inquisición monopólica. Que más temprano que tarde, los jueces deberán liberar la Ley del injusto presidio al que la sometieron a pedido del otrora poderoso monopolio mediático y de sus testaferros.

Las 50 mil almas reunidas ayer dejaron en claro que no habrá marcha atrás en este proceso democrático.

Porque no hay vuelta al pasado cuando las leyes y la Constitución se defienden a lo largo y ancho de la patria con la misma convicción.

Del artista callejero al diputado; del maestro al camionero; de los estudiantes a las Madres de la Plaza. Todos marcharon con la misma certeza.

Y es eso lo que ayer se vio en las callecitas de Buenos Aires y en las distintas convocatorias que se realizaron en todo el país.

La pelea es paradojal, pero por sobre todo histórica.

Histórica porque se está reclamando por la vigencia de una ley mayor de la democracia. Y paradojal porque la ley fue construida colectivamente por diversos sectores políticos, sociales y gremiales, luego convertida en Ley por una amplia mayoría en el Congreso y sin embargo, vuelve a ser la movilización de la sociedad el eslabón necesario para evitar que la ley fuese abandonada en la puerta de un juzgado.

Al mismo tiempo que se realizaba la marcha, el Ministro de Economía, Amado Boudou, anunciaba al mundo que la Argentina ponía a consideración el Canje de deudas para los bonistas, presos aún del default decretado por Rodríguez Saa en el 2001.

El menemista puntano fue la exacerbación en extremo de la alianza delarruista. Terminó por hundir al país.

De ahí empezamos a salir recién con la presidencia de Néstor Kirchner.

Hoy la República Argentina ha entrado nuevamente por la puerta de su digna historia, dejando atrás su etapa de país con prontuario delincuencial.

Delincuencial por que el origen de nuestros males está en la dictadura cívico militar, que fue la banda de delincuentes genocidas que taló casi de cuajo las raíces del país que fuimos alguna vez.

Delincuencial porque se robaron el país, descuartizándolo, durante el neoliberalismo imperante durante el menemismo, la Alianza radical y los mini presidentes que se sucedieron entre el derrumbe del 2001 y mayo de 2003.

Este canje es la expresión contemporánea de la opción soberana y liberadora imprescindible para una economía en constante crecimiento.

Todo hace prever que el éxito está asegurado.

Pese a quienes se oponen a este crecimiento económico y que no son encabezados solamente por el juez Griesa, de los fondos buitres en los EE.UU.

Algunos están acá nomás.

Son los senadores opositores que confunden la palabra “cheque” con “choque”. Volvieron a chocar el Congreso. Esta vez es gravísimo. Porque desde la casa de las leyes, chocaron contra la Constitución. La violaron.

Al mejor estilo autoritario, pusieron cara de “republicanos” para explicar lo inexplicable.

Precisaban al menos 37 votos para simular que co-gobiernan; consiguieron 35 y dieron por válido el resultado. Vergüenza total.

Cobos se convirtió así en el Tejero criollo.

No le hace falta el uniforme de vigilante ni el cómico sombrero del golpista que asaltó el parlamento español hace ya algunos años. Desde la madrugada de ayer, quedó claro que presidió una sesión donde se violó la Constitución.

Muy lejos de allí, Cristina anunció el Plan de Viviendas “Casa propia” y hoy recibirá al Primer Ministro de Vietnam.

La vida sigue. Y esa es una buena noticia.


Jorge Giles. El Argentino, 16 de abril de 2010
http://www.elargentino.com/nota-86722-La-democracia-gano--las-calles.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sobre los jueces, muchos critican que tengan de alguna forma que revalidar su título.. Los médicos deben hacerlo, y no protestan, además que siempre tienen algún abogado pagando para encontrar un juicio, que si ganás, igual pagás el juicio. Otros dicen que se deben jubilar a los 1000 años, para que el ejecutivo no los precione. Yo pregunto: te gustaría operarte con un cirujano de 89 y un anestesiólogo de 91? Qué diferencia anátomofisiopatológica hay entre unos y otros?