MÁS CERCA DE LA VERDAD

Marcela y Felipe, los hijos adoptados por Ernestina Herrera de Noble, finalmente hablaron.

Lo hicieron a través de una solicitada dirigida "a la opinión pública", publicada ayer en distintos diarios de circulación nacional.

Ahora sí estamos en libertad de hablarles, de responderles directamente a ellos, de reflexionar juntos, de intercambiar ideas sin que medie interpósita persona. Nos habilitaron ellos, al fin y al cabo, dedicándonos el texto de la carta.

Es un avance, más allá de su contenido.

Quizás la nuestra es una mirada obstinadamente esperanzadora.

Cargada de las mismas tristezas que expresó Estela Carlotto. Pero una mirada grávida de optimismo por llegar a la verdad, más temprano que tarde.

Desde esta actitud, creemos que desde ayer, Marcela y Felipe están más cerca de los ciudadanos que sólo se empeñan por lograr un país con verdad, memoria y justicia.

Están más cerca de ellos mismos. Aunque lo nieguen.

Vamos, es preciso soñar que es así. Es preciso creer que es posible construir un país donde se respeten las leyes y la Constitución sin tener vergüenzas que esconder y que nadie puede perseguir a nadie en este país de todos.

Al igual que otras opiniones, acertadas o equivocadas en su buena fe, luego de leer a Marcela y Felipe en los diarios, también nos preguntamos ¿lo escribieron ellos o no?

Si así no fuera en pocas horas seguramente saldrán por las calles a mostrar su libertad de gente y decir la verdad.

Pero vamos a creer que lo escrito es lo que sienten.

La suya es una causa abierta a toda la historia de este pueblo que somos. Si fuese sólo un tema personal, de su sola incumbencia, ¿porqué entonces una solicitada?

Es una causa colectiva porque hay 400 hombres y mujeres de la misma edad que están siendo buscados por unas señoras muy dignas que se llaman Abuelas de Plaza de Mayo.

No de ahora, Marcela y Felipe. Los buscan desde tiempos de la dictadura. Hay registros filmados. Mírenlas dar la vuelta en la Plaza con sus pañuelos blancos al lado de las Madres, unas y otras por sus hijos. Y sus hijas embarazadas.

Allí se ganaron el derecho a buscar a sus nietos, a todos. Incluidos, ustedes.

Es una causa de humanidad.

¿Y saben que? No se les perdió ningún pariente en un zaguán oscuro. Se los robaron. Los secuestraron. Los arrancaron del trabajo, de la escuela, los bajaron de un colectivo, de un tren, de una vida plena.

Por eso mismo, la apropiación de menores es un delito de lesa humanidad y por tanto no prescriben. Es el crimen más grave de todos. Allí no hay perdón ni olvido que se justifiquen. Ni cuestión de voluntad personal.

Ya se, Marcela y Felipe dicen en su carta de ayer que "nunca tuvimos ningún indicio concreto de que podamos ser hijos de desaparecidos"

Con todo respeto, sería bueno que repasaran la carta de la señora de Noble publicada en su diario, Clarín, el 12 de enero de 2003 y que en uno de sus párrafos dice "Muchas veces he hablado con mis hijos sobre la posibilidad de que ellos y sus padres hayan sido víctimas de la represión ilegal".

No son sólo dos familias las que reclaman saber. Son 400 los nietos que se buscan. Y si de buscar la verdad se trata ¿Por qué no hacerse de una buena vez todos los análisis que se requieran y así salir de este agobio que tanto les preocupa y angustia a tantas familias? ¿Qué temen? ¿A un Banco de Datos Genéticos creado por ley hace ya muchos años y que es del Hospital público y donde todos tienen, tenemos, plenas garantías?

¿A un gobierno que no inició esta causa que los involucra, pero sí recuperó para la memoria, la Esma y La Perla y todos los lugares donde se torturó y asesinó a los compatriotas desaparecidos? ¿A un gobierno que sólo cumplió con la ley asegurando el justo juicio por las violaciones cometidas durante el terrorismo de estado? ¿A una Presidenta que cada vez que se recupera un nieto, la Casa Rosada es una Casa Cuna?

El amor, de verdad, no debería perturbar a nadie. Sólo a los apropiadores.

Ojalá la próxima carta abierta la escribamos entre todos.



Jorge Giles. El Argentino, 23 de abril de 2010
http://www.elargentino.com/nota-87752-Mas-cerca-de-la-verdad.html