DE LO ÚNICO QUE NO SE VUELVE

Es del ridículo de lo único que no se vuelve

La secuencia informativa del escándalo que sacude al bloque de Pino Solanas y Claudio Lozano, ya constituye un verdadero grotesco. Veamos.

1.- El lunes la prensa informó que fue detenido un individuo de apellido Larosa, asesor de Lozano, descubierto mientras se escondía, de manera muy sospechosa en oficinas del Ministerio de Economía.

Hasta ahí se trataba de la detención de un presunto topo, un espía, o simplemente un buchón.

2.- El martes, la elevación a “categoría política” del delito la dio el propio Lozano y la dirigencia del bloque dirigido por Solanas, llamando a una conferencia de prensa, madre de todas las batallas para la oposición, argumentando que se trataba de una persecución oficial por su rol opositor. Defendieron a Larosa a través de un relato más acorde con la serie de Benny Hill que a un policial entre ladrones y policías:

“Entregate Larosa”, le habrían gritado, mientras lo corrían por el pasillo una horda de cosacos armados y el pobre hombre, claro, fue a esconderse en el primer refugio que encontró a mano.

Si quiere reírse, hágalo con gusto nomás.

3.- Luego, el Ministro Boudou salió a responder estos dichos y se armó la gorda. No sólo por que afirmó que Lozano mentía, sino porque difundió el video que las cámaras de seguridad habían registrado, mostrando a Larosa caminando por los pasillos ministeriales hasta dirigirse a una oficina, introducir las llaves en su cerradura y entrar a la misma.

¿Y los cosacos policiales que lo corrían? Bien, gracias.

4.- Pese a estas pruebas contundentes, Solanas siguió haciendo causa común con Lozano, atacando burdamente al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

5.- Lozano declaró finalmente en la tarde de ayer que Larosa no tenía nada que ver contractualmente con él y que sigue preso pese a “que no le encontraron ni un clip de Economía”. ¿Y cómo sabe que es así?

Lo que viene pasando con el arco opositor, el autodenominado “Grupo A”, es de una gravedad tan desopilante que sus principales actores terminan por parecerse a los personajes de películas del estilo “La pistola desnuda” o “Robó, huyó y lo pescaron”, con guiones basados en el absurdo y el grotesco.

Vaya a modo de comprensión piadosa para con esos opositores, que la historia enseña que cuando la acción política de un gobierno democrático, nacional y popular, alcanza niveles de verdadera épica en su acción transformadora, los opositores corren el riesgo de mostrarse patéticos en su desmesura, o si se prefiere, sencillamente ridículos.

Alguna vez la tragedia coronó esas conductas. Fue cuando contaban con espías tenebrosos pero también con cuarteles que hoy ya no están en su dominio. Los espías con los que cuentan hoy son de tan pobre nivel que sólo se destacan por sus torpezas.

Es el caso de Ciro James, el Fino Palacios ¿Ahora será el turno del ala progre?

Son estos opositores los que se proponen gobernar la Argentina, los mismos que ayer arrancaron una sesión especial para modificar el Presupuesto nacional y maniatar el derecho constitucional del veto presidencial. De terror.

Atacan al gobierno nacional en todo lo que de bueno tiene su política económica y social.

¿O acaso va mal la marcha de la economía? ¿Quieren borrar la Asignación Universal por Hijo? ¿Quieren volver al default? ¿Quieren pagar escandalosos intereses a los fondos buitres en lugar de usar las reservas monetarias que dispone el Banco Central? ¿Quieren bajar salarios y jubilaciones como lo hicieron antes? ¿No les alcanza con los desaguisados de Cobos?

Si la Argentina no cae en el lazo opositor, seguirá creciendo como lo viene haciendo desde el 2003. Hasta el FMI lo tuvo que reconocer ayer.

El señor que entró al Ministerio de Economía como los ladrones en la noche, es la mejor metáfora de una oposición que busca llevarse los bienes de los argentinos que producen, que trabajan, que sueñan con un país mejor.

En fin.

A la izquierda del gobierno de Cristina ya no hay una pared. Hay un espía.


Jorge Giles. El Argentino, 22 de abril de 2010
http://www.elargentino.com/nota-87586-De-lo-unico-que-no-se-vuelve.html