Ocurrió un
10 de Junio de 1829.
La noticia
corrió como reguero de pólvora por las callecitas de Buenos Aires: el
Gobernador Martín Rodríguez nombró Comandante Político y Militar de las Islas
Malvinas a don Luis Vernet.
Ahora verán
los ingleses lo que hemos de hacer en aquellas tierras que nos pertenecen.
Construiremos granjas y potreros para el ganado cimarrón. Construiremos una
iglesia para rezar los domingos y encomendarnos a dios. Construiremos un muelle
en Soledad para que nuestros barcos amarren sin problemas. Construiremos caminos
para transitar mejor de sur a norte de las Islas. Y haremos un mástil muy alto
para que la bandera azul y blanca se vea esplendorosa desde alta mar.
Así soñó
Vernet y así aconteció durante tres largos años.
Después,
pasó lo que pasó.
Vinieron los
ingleses, Vernet no estaba allí, el teniente de marina José María Pinedo no
resistió como debía y las Malvinas fueron
ocupadas por el invasor colonial.
Sólo
resistió heroicamente el Gaucho Rivero y sus compañeros.
Pero esa es
otra historia. La verdadera historia.
Quien quiera oír que oiga.
Argentina y
América Latina las reclaman para sí, reproduciendo las voces de los gauchos.
Otros
argentinos, en cambio, reproducen la conducta colonial de negar la patria
negando al único gobierno que malvinizó la causa como nunca antes se
hiciera en democracia.
Sabrán por
qué lo hacen.
Difícil
creer que por convicciones puedan juntar el agua y el aceite, vender el alma al
diablo y a Magnetto, desear que desaparezca la Presidenta de los argentinos,
prometer que si ganan las próximas elecciones derogarán de un solo plumazo las
leyes de reparación social, la Asignación Universal porHijo, la recuperación de
YPF y Aerolíneas Argentinas, la ley de Medios, el Fútbol para todos, el ahorro
nacional de los trabajadores y los jubilados.
Lo cierto es
que allí los vemos a los opositores juntando y desjuntando voluntades al mejor
postor por un mejor lugar en las listas electorales. En la subasta de vanidades
el martillero pregunta “¿quién da más por él, quién da más?”.
Baja el
martillo y sube la desesperanza.
Veremos
mucho más bochornos en las 48 horas que faltan para que venza el plazo de
presentar alianzas para las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y
obligatorias, las PASO, esas que tanto condenaron los opositores cuando las
propuso Cristina.
Y ahora se
arrancan el pellejo por figurar al menos.
Esta
mediocridad y esta vergüenza ajena que provocan, se lavan de una sola manera:
haciendo que en agosto y en octubre una verdadera pueblada electoral llene las
urnas de contenido social, transformador, latinoamericano y revolucionario.
¿Nos hacemos
cargo entre todos para que así suceda?
El Argentino, lunes 10 de junio de 2013
1 comentario:
grande jorge! tal como marcás, hay muchas luchas por ganar todavía.
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