La
Argentina pasó de los saqueos de supermercados en el 2001, a los saqueos de los
remarcadores de precios en esos mismos supermercados.
En diez
años pasamos de la desesperación y la hambruna de los más pobres, al lucro y la
especulación obscena de empresarios y comerciantes angurrientos de ganancia
fácil.
La primera
fue la Argentina en su estallido final, resistiendo como se podía, levantando baldosas
para inventar el futuro, enjuagando el llanto y el hambre de una niña tucumana.
La segunda es
la que no queremos sufrir nunca más: la de los tipos que antes bajaban las cortinas de sus comercios
por temor al saqueo y hoy suben los precios remarcando a destajo cuando llega
la noche.
Esos
empresarios son la contracara de los pibes con pechera azul y blanca que
solidariamente pasan entre las góndolas luciendo una sola frase: “Miramos
los precios para cuidar tu bolsillo”.
Estamos hartos de los especuladores de los malos
comerciantes, de los malos jueces, de
los malos periodistas, de los malos gobernantes como Mauricio Macri apaleando a
los pacientes del Hospital Borda y borrando la Historia de la escuela pública.
Se conoció una encuesta de la Consultora D`Alessio Irol que
afirma y demuestra que el 58 % de los empresarios remarcan sus precios en la
misma proporción o más que la suba salarial otorgada a los trabajadores.
El 38 % de los empresarios ajustó sus precios en la misma
proporción que los aumentos salariales de su sector, otro 14 % subió sus
valores entre 5 y 9 puntos porcentuales por encima de la suba salarial.
Otro 6 % del empresariado sostuvo que hizo ajustes que
superaron en más de 10 puntos el porcentaje acordado en paritarias.
La Presidenta advirtió en muchas ocasiones esta conducta
antisocial y egoísta de algunos empresarios. Lo hizo extensamente cuando
presentó el programa “Mirar para cuidar”. Se refería justamente a mirar los
precios para cuidar el bolsillo de todos.
Pero la maquinita remarcadora parece que, al menos para
algunos, es un fusil de caza mayor contra la esperanza de la gente.
Es hora de organizarse desde abajo y participar socialmente
para que esto no suceda, se piense como se piense.
Ya sabemos quiénes son los que remarcan: los que formando
precios provocan la inflación y de paso buscan la devaluación y el
endeudamiento como lo hicieron en el 2001.
Denunciemos en cada hipermercado y en cada gran comercio a los
saqueadores de precios que siguen dando vueltas por los barrios, por la city
bancaria y por los silos de soja de los patrones rurales.
Si lo hacemos como pueblo habremos de empoderarnos
colectivamente como propuso Cristina el 25 de Mayo en la histórica Plaza.
Si así no fuera, que Dios nos libre y nos guarde.
El Argentino, lunes 17
de junio de 2013
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