Hoy vence
el plazo de presentación de alianzas para participar en las elecciones
primarias de agosto próximo.
Uno tiende
a creer que por estas horas los partidos afinan su instrumento, repasan el
programa político que van a proponer a la ciudadanía y terminan por componer
los equipos de estudio, investigación y gestión que desarrollarán los futuros
legisladores.
El Frente
para la Victoria, por ejemplo, gobierna a nivel nacional, la mayoría de las
provincias y ciudades de todo el país. O sea. Sus propuestas y sus equipos están
a la vista de todos desde hace diez años.
Importa lo
que digan sus candidatos, pero importa mucho más todo lo que hicieron en esta
década transcurrida.
La
oposición que no gobierna, salvo un puñado de provincias y municipios ¿qué
puntos cumple de esta guía para la acción democrática electoral que antes
enunciábamos?
Dicho de
otra manera: ¿Cuáles son sus propuestas, equipos y perfiles de sus candidatos?
Por el
carril derecho todo pasó por amontonarse contra el gobierno nacional, contra
Cristina, contra el kirchnerismo, contra La Cámpora, contra el proyecto
nacional, popular y democrático que inauguró Néstor Kirchner y continúa
Cristina. O sea. Todo es “contra de”. ¿Pero qué proponen como política
superadora para cuando estén sentados en sus bancas?
Por el
carril de la progresía queda claro que el objetivo es el mismo. Pero pagando un
costo irreversible: el progresismo antiperonista estalló en varios pedazos. Y
lo que es peor: Solanas ya anunció que la alianza que constituyeron tiene fecha
de vencimiento en el próximo octubre. O sea. Todo es un envase vacío. Como si
usted eligiera en la góndola del supermercado la latita de tomates más vistosa
pero cuando la abre en su cocina, sólo encuentra aire en su interior.
La otra
particularidad de este cierre de listas es el fracaso estrepitoso de la
operación mediática instrumentada en el programa de Lanata con los ya famosos lumpen-boys
Fariñas y Elaskar. Todo tiene que ver con todo y la serie de operaciones de
difamaciones de presuntos ilícitos que conjeturalmente afectarían al gobierno
para que luego favorezcan a los candidatos opositores se pinchó antes del día
indicado, es decir, el día de las elecciones. Era todo mentira.
Como
mentira fue que Pino era la izquierda y De Narvaez tenía un plan contra la
inseguridad.
En el
estribo: hoy más que nunca hay que volver a las palabras de la Presidenta
cuando ligó la seguridad a la democratización de la justicia.
El horrible
y repudiable asesinato de Ángeles Rawson y la muerte del hincha de Lanús así lo
exigen.
Que el que
las hizo las pague.
Si a la
oposición cualquier bondi los deja bien; a la democracia y a la gente, no.
El Argentino, miércoles 12 de junio de 2013
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