jueves, 16 de septiembre de 2010

La noche de los lápices


El 16 de Septiembre de cada año, el calendario de la memoria derrama más de una lágrima.
Ese día de 1955 se produjo el golpe militar que derrocó al gobierno democrático y popular de Juan Domingo Perón e instaló la dictadura cívico-militar, llamada “Revolución libertadora”.
Ese día de 1974 la banda fascista “Tres A”, comandada por José López Rega, asesinó a uno de los más honestos, lúcidos y combativos de los dirigentes sindicales argentinos, el Negro Atilio López.
Ese día de 1976 la última dictadura cívico-militar de Videla, Massera y Agosti, secuestró y desapareció a militantes juveniles que militaban en la ciudad de La Plata, tragedia conocida como “La Noche de los lápices”.
Ese día de 1973 en Santiago de Chile, la dictadura de Pinochet asesinó al cantor popular Víctor Jara.
Estos hechos parecieran a la distancia como un reflujo en escala de los horrores causados por el Inquisidor General de España, el temible Torquemada, el que quemó en la hoguera cientos de bibliotecas y más de 10 mil personas acusadas de herejes y contrarias al orden establecido por la Corona y la Santa Inquisición.
Estremece recordar que también un 16 de setiembre, de 1498, falleció Torquemada.
Como si en su estertor final, dejara un mandato siniestro a los inquisidores del futuro.
Lo cierto es que el terror siempre vino del mismo lado, es decir, de la derecha.
Hay que celebrar que hoy no tengan la capacidad de fuego que en el pasado tenían. Podrán agredir de palabras, como lo hacen las plumas ricas y famosas del Clarín y La Nación; podrán reagruparse por su gusto al azufre y la naftalina; podrán montar un show mediático antidemocrático y autoritario como el que ejercieron los diputados de la Coalición Cívica agrediendo al Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; justo ayer, 16 de setiembre. Cualquier coincidencia ¿es sólo casualidad?
Pero lo que no podrán hacer es girar las agujas del reloj hacia atrás. Nunca más.
Por más que se esfuercen en presentar una realidad virtual de un país virtual nacido de sus odios, de sus frustraciones y de su impotencia política.
¿Saben porqué? Porque la Argentina está atravesando el crecimiento económico más importante de los últimos 200 años, como afirmó ayer la Presidenta ante los directivos y empresarios de medios de comunicación provinciales y locales.
Los sectores populares corrigen sus errores en el tiempo, los asumen, los enmiendan, los superan. Pero la derecha pisa la misma piedra una y otra vez. Son tan autoritarios que se abrazan con los viejos aliados de la última dictadura pero le niegan el saludo respetuoso a un ministro de un gobierno democrático elegido por el pueblo. Fue lo que pasó ayer con diputados que responden a Elisa Carrió. Un bochorno y una vergüenza para la calidad institucional y los buenos modales que tanto declaman. Contaron con la solidaridad republicana de las huestes de Pino Solanas y Claudio Lozano.
Para colmo de males TN adelantó una hora antes, en vivo y en directo, que este grupo se iba a retirar del recinto y que sólo esperaría la ocasión propicia.
La delación está en su naturaleza.
La vida en el país real anda por otros carriles.
El consumo interno sigue aumentando; el sector industrial crece a tasas chinas; por unanimidad la Argentina fue elegida para presidir el llamado G 77 de Naciones Unidas; la venta de electrodomésticos creció un 20 % en lo que va del año como consecuencia de la vuelta de los planes de créditos en 50 cuotas fijas; en la bolsa suben los bonos; la venta de autos a crédito registró un crecimiento del 54,36 % en términos interanuales.
Y un dato muy significativo: el país volverá a producir chapas de acero para uso naval. La noticia dice que hace más de 30 años que no se fabrica ese producto siderúrgico en el país. Los empresarios del sector aseguran que los astilleros estarán en condiciones de construir una embarcación de porte mayor cada quince días.
Lo que sí continúa bajando es el riesgo país y el consumo de tabaco.
“¡Y el gobierno no hace nada!”


El Argentino, 16 de septiembre de 2010

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