El 7 de Setiembre es el Día del Metalúrgico, en homenaje al natalicio de quién la propia UOM considera el primer artífice de la actividad en nuestro país: Fray Luis Beltrán.
Alistado junto al Libertador General José de San Martín, se despojó de su rol franciscano para ponerse a fabricar las armas y utensilios imprescindibles para la gesta liberadora de América.
Durante 1815, relata Norberto Galasso en su libro “Seamos libres y lo demás no importa nada”, las minas Pismante y Huayaguaz proveyeron 27 quintales de plomo al Ejército y gran cantidad de azufre y las minas de Uspallata, alguna plata y plomo. Todo por iniciativa de San Martín. Con esa base el General fundó la fábrica militar bajo la orden del teniente coronel Fray Luis Beltrán, quien llegó a disponer de 700 obreros en sus talleres donde se preparaban desde las piedras de chispa para los fusiles y el herraje para los caballos, hasta el calzado para la tropa.
El Ejército de Los Andes se autoabastecía con su propio esfuerzo y sacrificio. Nada le fue dado más que por la solidaridad y patriotismo de los criollos, los negros y los indios que acompañaban al General.
Beltrán mandó a fundir las campanas de las iglesias para fabricar los cañones que cruzarían las montañas días después.
Así nació la Patria.
Este espíritu solidario fundante de nuestra identidad es el que hoy posibilita que la ministra Alicia Kirchner junto al INTA, estén capacitando a técnicos haitianos para la producción de alimentos en Haití.
Y es también el que permite que miles de estudiantes latinoamericanos, de distintos países de la región, elijan a las Universidades argentinas para venir a completar sus estudios.
Le cuento lo que nadie le va a contar, seguramente.
Una investigación comparativa realizada por algunas agencias internacionales (Euromonitor, entre otras) refleja que la crisis económica mundial impulsó a miles de jóvenes latinoamericanos a emigrar de sus países, principalmente hacia la Argentina. ¿Por qué elijen nuestro país?: por el bajo costo de vida, por los niveles de seguridad, sí, de seguridad, por la calidad educativa, por la situación de creciente prosperidad económica.
El ministerio de Educación de la Nación reveló que entre 2007 y 2009 la cantidad de estudiantes latinoamericanos aumentó un 200 %. Fueron 23. 737 jóvenes en el 2008 y se cree que durante 2010 el número llegará a los 45.000 y en 2012 alcanzará 90.000. También se incluyen estudiantes de Europa, Asia y Estados Unidos. El nivel cultural de los argentinos es uno de los motivos que invocan los nuevos inmigrantes educativos.
Son estos datos los que desnudan la verdadera realidad argentina y los que permiten afirmar que el “operativo crispación” ha fracasado rotundamente. ¿Se acuerdan aquel deseo de vernos “aislados del mundo”? Hoy el ex presidente Néstor Kirchner encabeza la UNASUR por el voto unánime de los presidentes sudamericanos y la Presidenta de la Nación representa a la Argentina en el seno del G-20.
El pueblo no come vidrios, pese al empeño del Grupo A y sus mandantes del Grupo Clarín. Por eso las encuestas que hoy aparecen a la luz no pueden evitar el registro de lo que es inocultable: crece la confianza popular en el país y en el gobierno nacional a la par que crece la imagen y la intención de voto para Néstor y Cristina.
Con leves matices diferentes, las encuestadoras coinciden en registrar que las expectativas personales y colectivas de mejoras crecieron casi un 80 % en el último año.
Pero la prueba más contundente la brindaron la política y la economía: en Santiago del Estero el espacio kirchnerista (Frente Cívico y Frente Justicialista) triunfaron en las elecciones comunales del domingo en la totalidad de los 26 municipios; el Ministerio de Trabajo pronosticó un desempleo del 5 o el 6 % para el próximo año y la industria automotriz anunció planes de inversión y producción récords para el mediano y largo plazo.
Por impunes que se crean algunos, nadie puede tapar el sol con el dedo índice.
Alistado junto al Libertador General José de San Martín, se despojó de su rol franciscano para ponerse a fabricar las armas y utensilios imprescindibles para la gesta liberadora de América.
Durante 1815, relata Norberto Galasso en su libro “Seamos libres y lo demás no importa nada”, las minas Pismante y Huayaguaz proveyeron 27 quintales de plomo al Ejército y gran cantidad de azufre y las minas de Uspallata, alguna plata y plomo. Todo por iniciativa de San Martín. Con esa base el General fundó la fábrica militar bajo la orden del teniente coronel Fray Luis Beltrán, quien llegó a disponer de 700 obreros en sus talleres donde se preparaban desde las piedras de chispa para los fusiles y el herraje para los caballos, hasta el calzado para la tropa.
El Ejército de Los Andes se autoabastecía con su propio esfuerzo y sacrificio. Nada le fue dado más que por la solidaridad y patriotismo de los criollos, los negros y los indios que acompañaban al General.
Beltrán mandó a fundir las campanas de las iglesias para fabricar los cañones que cruzarían las montañas días después.
Así nació la Patria.
Este espíritu solidario fundante de nuestra identidad es el que hoy posibilita que la ministra Alicia Kirchner junto al INTA, estén capacitando a técnicos haitianos para la producción de alimentos en Haití.
Y es también el que permite que miles de estudiantes latinoamericanos, de distintos países de la región, elijan a las Universidades argentinas para venir a completar sus estudios.
Le cuento lo que nadie le va a contar, seguramente.
Una investigación comparativa realizada por algunas agencias internacionales (Euromonitor, entre otras) refleja que la crisis económica mundial impulsó a miles de jóvenes latinoamericanos a emigrar de sus países, principalmente hacia la Argentina. ¿Por qué elijen nuestro país?: por el bajo costo de vida, por los niveles de seguridad, sí, de seguridad, por la calidad educativa, por la situación de creciente prosperidad económica.
El ministerio de Educación de la Nación reveló que entre 2007 y 2009 la cantidad de estudiantes latinoamericanos aumentó un 200 %. Fueron 23. 737 jóvenes en el 2008 y se cree que durante 2010 el número llegará a los 45.000 y en 2012 alcanzará 90.000. También se incluyen estudiantes de Europa, Asia y Estados Unidos. El nivel cultural de los argentinos es uno de los motivos que invocan los nuevos inmigrantes educativos.
Son estos datos los que desnudan la verdadera realidad argentina y los que permiten afirmar que el “operativo crispación” ha fracasado rotundamente. ¿Se acuerdan aquel deseo de vernos “aislados del mundo”? Hoy el ex presidente Néstor Kirchner encabeza la UNASUR por el voto unánime de los presidentes sudamericanos y la Presidenta de la Nación representa a la Argentina en el seno del G-20.
El pueblo no come vidrios, pese al empeño del Grupo A y sus mandantes del Grupo Clarín. Por eso las encuestas que hoy aparecen a la luz no pueden evitar el registro de lo que es inocultable: crece la confianza popular en el país y en el gobierno nacional a la par que crece la imagen y la intención de voto para Néstor y Cristina.
Con leves matices diferentes, las encuestadoras coinciden en registrar que las expectativas personales y colectivas de mejoras crecieron casi un 80 % en el último año.
Pero la prueba más contundente la brindaron la política y la economía: en Santiago del Estero el espacio kirchnerista (Frente Cívico y Frente Justicialista) triunfaron en las elecciones comunales del domingo en la totalidad de los 26 municipios; el Ministerio de Trabajo pronosticó un desempleo del 5 o el 6 % para el próximo año y la industria automotriz anunció planes de inversión y producción récords para el mediano y largo plazo.
Por impunes que se crean algunos, nadie puede tapar el sol con el dedo índice.
El Argentino, 7 de septiembre de 2010
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