Al fin llegó la más linda de todas las estaciones.
Este año se parece, mucho más que otras veces, a los pibes que ganaron nuevamente las calles con sus rebeldías.
La derecha se creyó que ya no quedaban utopías, sólo sueños rotos para siempre.
El negacionismo de nuestro propio genocidio, se extendió hasta los heraldos de esa progresía quebrada de todo y de nada.
“Que esto no se dice, que esto no se hace, que esto no se toca”
No quieren que se discuta aquello que los compromete, que los enloda, que los encarcela.
No son los años setenta lo que les molesta sino la memoria que construimos con nuestra propia memoria. No con el olvido de ellos.
Al final del camino quedamos nosotros, ustedes, en la Plaza y en los Bosques de Palermo y al costado del arroyo o del río. Celebrando la primavera como dios manda. Y si dios no manda, celebrando igual.
Quedamos nosotros, con nuestras angustias y nuestros dolores, sabiendo que de vez en cuando hay que animarse a palpar con la yema de los dedos, cada herida, cada ausencia, cada emboscada al corazón, para saber que estamos vivos como pueblo.
¡Es primavera y que nos agarren si pueden!
Dicen que Pablo Neruda escribió aquello de “podrán cortar mil flores pero no podrán detener la primavera”
Ahí está Laguna Paiva para demostrarlo.
“Votos sí, huevazos no”. Parece que fue la consigna de quienes triunfaron.
En el mismo pueblo santafesino donde hace pocos meses un grupo de patrones rurales cargó con patadas y huevazos contra el diputado Agustín Rossi y su hermano Alejandro, también diputado elegido por su pueblo, el domingo último la gente, la sociedad, el electorado, como se guste en llamar la democracia al fin y al cabo, le dio el triunfo a Rodrigo Fernández, del espacio vecinalista y kirchnerista que dobló en votos a la candidata del peronismo federal, ese que comandan Duhalde, Solá, De Narváez y ya no se sabe quién más.
Más al norte, en la ciudad de Fontana, provincia del Chaco, Antonio Rodas del frente liderado por el gobernador kirchnerista Jorge Capitanich, también dobló en votos al candidato de la Alianza radical, esa alianza de Cobos, Sanz, Rozas y De la Rúa.
Estos resultados, con sus ganadores y sus perdedores ¿están dando una señal de lo que se viene? Es para pensarlo.
Pero cuidado con los vientos que vienen de afuera. El tembladeral del mundo no ha pasado. Mire lo que sucedió en Suecia. El mismo domingo del que venimos hablando, se realizaron las elecciones generales para elegir el nuevo Parlamento.
Ganó la derecha gobernante y por primera vez, la extrema derecha, racista, xenófoba, obtuvo 20 escaños, convirtiéndose en el fiel de la balanza de la democracia sueca. La social democracia, la izquierda y el partido verde, todos juntos, se ubicaron segundos, pero los medios los señalan como los grandes perdedores.
Si usted viaja a Europa, ya sabe, no vaya desabrigado.
Hoy es el Día de la Capital de la República, mi Buenos Aires querido, declarado por ley en 1880.
Y es el Día de la Sanidad y el Día Internacional de la Paz.
Es tu Día, estudiante.
Nos vamos recordando que un 21 de septiembre de 1899 nació en Gálvez, Santa Fe, el poeta José Pedroni.
En su poema “La cuna” dice:
“Haz con tus propias manos la cuna de tu hijo. Que tu mujer te vea cortar el paraíso.
Para colgar del techo, como en los tiempos idos que volverán un día. Hazla como te digo.
Trabajarás de noche. Que se oiga tu martillo. “Estás haciendo la cuna”, que diga tu vecino.
Alguna vez la sangre te manchará el anillo. Que tu mujer la enjuague, que manche su vestido. Las noches serán blancas, de columpiado pino. Harás según el árbol, la cuna de tu niño. Para que tenga el sueño en su oquedad de nido. Para que tenga el ángel en un oculto grillo. La obra será tuya. Verás que no es lo mismo. Será como tus brazos, la cuna de tu hijo. Se mecerá con aire. Te acordarás del pino. Dirás: “Duerme en mi cuna”. Verás que no es lo mismo”
Es nuestra forma de abrazarlo al nuevo nieto recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo.
Este año se parece, mucho más que otras veces, a los pibes que ganaron nuevamente las calles con sus rebeldías.
La derecha se creyó que ya no quedaban utopías, sólo sueños rotos para siempre.
El negacionismo de nuestro propio genocidio, se extendió hasta los heraldos de esa progresía quebrada de todo y de nada.
“Que esto no se dice, que esto no se hace, que esto no se toca”
No quieren que se discuta aquello que los compromete, que los enloda, que los encarcela.
No son los años setenta lo que les molesta sino la memoria que construimos con nuestra propia memoria. No con el olvido de ellos.
Al final del camino quedamos nosotros, ustedes, en la Plaza y en los Bosques de Palermo y al costado del arroyo o del río. Celebrando la primavera como dios manda. Y si dios no manda, celebrando igual.
Quedamos nosotros, con nuestras angustias y nuestros dolores, sabiendo que de vez en cuando hay que animarse a palpar con la yema de los dedos, cada herida, cada ausencia, cada emboscada al corazón, para saber que estamos vivos como pueblo.
¡Es primavera y que nos agarren si pueden!
Dicen que Pablo Neruda escribió aquello de “podrán cortar mil flores pero no podrán detener la primavera”
Ahí está Laguna Paiva para demostrarlo.
“Votos sí, huevazos no”. Parece que fue la consigna de quienes triunfaron.
En el mismo pueblo santafesino donde hace pocos meses un grupo de patrones rurales cargó con patadas y huevazos contra el diputado Agustín Rossi y su hermano Alejandro, también diputado elegido por su pueblo, el domingo último la gente, la sociedad, el electorado, como se guste en llamar la democracia al fin y al cabo, le dio el triunfo a Rodrigo Fernández, del espacio vecinalista y kirchnerista que dobló en votos a la candidata del peronismo federal, ese que comandan Duhalde, Solá, De Narváez y ya no se sabe quién más.
Más al norte, en la ciudad de Fontana, provincia del Chaco, Antonio Rodas del frente liderado por el gobernador kirchnerista Jorge Capitanich, también dobló en votos al candidato de la Alianza radical, esa alianza de Cobos, Sanz, Rozas y De la Rúa.
Estos resultados, con sus ganadores y sus perdedores ¿están dando una señal de lo que se viene? Es para pensarlo.
Pero cuidado con los vientos que vienen de afuera. El tembladeral del mundo no ha pasado. Mire lo que sucedió en Suecia. El mismo domingo del que venimos hablando, se realizaron las elecciones generales para elegir el nuevo Parlamento.
Ganó la derecha gobernante y por primera vez, la extrema derecha, racista, xenófoba, obtuvo 20 escaños, convirtiéndose en el fiel de la balanza de la democracia sueca. La social democracia, la izquierda y el partido verde, todos juntos, se ubicaron segundos, pero los medios los señalan como los grandes perdedores.
Si usted viaja a Europa, ya sabe, no vaya desabrigado.
Hoy es el Día de la Capital de la República, mi Buenos Aires querido, declarado por ley en 1880.
Y es el Día de la Sanidad y el Día Internacional de la Paz.
Es tu Día, estudiante.
Nos vamos recordando que un 21 de septiembre de 1899 nació en Gálvez, Santa Fe, el poeta José Pedroni.
En su poema “La cuna” dice:
“Haz con tus propias manos la cuna de tu hijo. Que tu mujer te vea cortar el paraíso.
Para colgar del techo, como en los tiempos idos que volverán un día. Hazla como te digo.
Trabajarás de noche. Que se oiga tu martillo. “Estás haciendo la cuna”, que diga tu vecino.
Alguna vez la sangre te manchará el anillo. Que tu mujer la enjuague, que manche su vestido. Las noches serán blancas, de columpiado pino. Harás según el árbol, la cuna de tu niño. Para que tenga el sueño en su oquedad de nido. Para que tenga el ángel en un oculto grillo. La obra será tuya. Verás que no es lo mismo. Será como tus brazos, la cuna de tu hijo. Se mecerá con aire. Te acordarás del pino. Dirás: “Duerme en mi cuna”. Verás que no es lo mismo”
Es nuestra forma de abrazarlo al nuevo nieto recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo.
El Argentino, 21 de septiembre de 2010
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