Amanece Argentina. Que no es poco.
La Presidenta se emociona hablando en Villa Constitución,
Santa Fe.
Dice: “Seguimos convocando a la responsabilidad social, al
amor por la Patria y al compromiso colectivo porque los argentinos debemos
avanzar todos juntos”. Y define: “No es posible que un sector se beneficie
mientras el resto se hunde”.
Inauguraba fábricas. Trabajo y producción.
Tecnópolis cerró su ciclo 2012 con un récord en cantidad de
visitantes: tres millones y medio de personas pasaron por la mega muestra de
arte, ciencia y tecnología.
Comparemos esta realidad con quienes el 8N pidieron “que se vaya
el gobierno”.
Un pueblo pasó por
Tecnópolis. Medio millón de estudiantes. 16 mil personas recibieron atención
gratuita en consultorios de odontología y oftalmología.
La Presidenta sigue hablando y dice: “Estamos inaugurando un
mojón de la industria pesada del país…La chapa naval es la punta de lanza,
insumo básico para la industria pesada del país porque con ellas se pueden
construir barcos, molinos de viento y puentes”.
Y de vuelta repasamos aquel odio envasado en diarios, radios
y televisión.
¿Ambos lados de la vida tienen cuotas de razón?
La Presidenta agrega: “Para la derecha y los trogloditas, los
científicos son enemigos porque sirven para crear conciencia”.
En octubre crecieron en un 4 % interanual las ventas de autos usados y la
administración del comercio exterior permitió ahorrar 2.550 millones de dólares
y el gobierno declaró de Interés Nacional la Semana de la Soberanía Nacional.
20 mil personas se manifestaron en Lomas de Zamora contra la
violencia de género y se inició el Primer Festival de Cine Indígena en Buenos
Aires mientras el INCAA informó que lleva 2 mil horas filmadas en juicios por
lesa humanidad.
Recordemos las escenas violentas del cacerolazo y cotejemos
con esta noticia: será récord el turismo el próximo verano.
¿Y entonces?
Cristina va terminando el discurso ante trabajadores,
empresarios y ese piberío que la quiere y protege y agrega: “Tenemos que ser
muy inteligentes, muy sensatos y muy tranquilos frente a las provocaciones que
algunos quieren hacer para volver a retornar al régimen ultraconservador que
arruinó a la Argentina. No les vamos a hacer el juego. No nos vamos a dejar
provocar”.
Se me aclaró todo cuando afirmó: “A nadie se le ocurría
hablar de aumentar la producción de alimentos para mascotas en el 2001 cuando
golpeaban las puertas de los bancos con los martillos para que les devolvieran
los ahorros” porque “cuando se le puede dar de comer a las mascotas es porque
está comiendo el pueblo”.
O sea.
Si pudieron manifestar con absoluta libertad, es porque somos
un país inclusivo y soberano.
El Argentino, martes 13
de noviembre de 2012
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