La última trinchera cautelar del Grupo Clarín ha sido tomada
y anulada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Así nomás.
De la resolución dictada por la Corte en el día de ayer se
infiere claramente que lo único válido es el acto de justicia y no las
conductas obstructivas permanentes.
De este modo se rechazó el
“per saltum” presentado por Clarín solicitando la prolongación de la
cautelar más allá del 7D y se ordenó a un juez de primera instancia que se dicte
sentencia de fondo de una buena vez.
Es que la “cautelar eterna”, según lo definió el ministro de
Justicia, Julio Alak, pretendía precisamente eso: obstruir “in eternum” cualquier
encuadre del monopolio mediático en los derechos y deberes propios de cualquier
empresa de comunicación.
Usted dirá, posiblemente, que ya era hora que se produzca
este fallo.
Pero como dice el senador Marcelo Fuentes “una cosa son las
sentencias y otra los tiempos que demandan las sentencias. Lo primero es un instrumento
de la justicia y lo segundo, un asunto que se rige por el reloj de la
política”.
Y en este país, como se sabe, volvió la política para todos
y todas.
Los días que faltan para el 7D correrán presurosos y
alborotados.
Se nombrarán los jueces que hagan falta; funcionarán a mil
por hora las computadoras de los juzgados; los bufetes de abogados echarán humo
por las chimeneas; citarán a periodistas como testigos, ya no como acusados de
un delito; incendiarán las praderas en cada editorial y en cada tapa diaria;
nos harán “buuu” desde el noticiero de TN para asustarnos por si no tomamos de
su sopa.
Harán las mil y una, no se sabe para qué.
Por que la pelea de fondo, digámoslo rapidito para que no se
enojen, la perdieron hace rato.
Ganó la democracia.
Clarín sólo se banca el Estado de Derecho cuando es el poderoso
Grupo quien escribe la agenda.
En fin.
Vamos hacia el 7D, derechito y sin paradas intermedias.
El disparate de la denuncia contra periodistas y
funcionarios y su consiguiente reculada, más este fallo de la Corte rechazando
la cautelar y reafirmando así el 7D, son tropezones muy fuleros.
¿No es raro, entonces, el silencio de la oposición y la
marcha del personal de Cablevisión?
Los trabajadores del Grupo deberían celebrar que el Estado
garantice sus puestos de trabajo después del 7D, según reza el convenio firmado
por el ministro Tomada, el titular del AFSCA, Martín Sabbatella y el Secretario
de Comunicación, Alfredo Scoccimarro.
Y la oposición política podría darse una ducha de pura
democracia poniéndose de su lado antes
que de las corporaciones.
No lo hicieron y ellos sabrán por qué.
Eso sí: la historia y el voto popular juzgarán estos días
con rigor.
El Argentino,
miércoles 28 de noviembre de 2012
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