La
presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, está internada desde
hace varios días por un agravamiento de su asma crónico.
La viene
peleando. Como lo hizo a lo largo de su vida. Como peleó la aparición con vida
de sus hijos y de todos los hijos desaparecidos por la dictadura.
Aún así,
Hebe se inventó las fuerzas necesarias para hablarles a los jóvenes militantes
que vienen construyendo solidariamente el nuevo país que emerge después del
temporal.
Hebe los
alienta, los admira, les agradece y les pide que no bajen la pechera ni el
corazón ante nada ni ante nadie.
Por mujeres
como Hebe, la Argentina sigue viva.
En la otra
orilla de la vida, no esperaron ni un segundo para responder.
La
Presidenta anunció el envío al Parlamento de los proyectos de ley para
democratizar la justicia, y el aparato de propaganda del viejo país injusto y
excluyente atacó sin piedad.
Lo venían
haciendo de manera preventiva antes de hablar Cristina.
“Por las
dudas, decimos que No” sigue siendo su consigna.
El Grupo A
de las corporaciones mediáticas funciona en estos casos de manera aceitada y
consecuente.
En nombre
de la república perdida, atacan a la república encontrada.
En nombre
de la década perdida, dictan cátedra de libertad y civismo a esta década
ganada.
Así estamos.
Con un gobierno nacional que pasa de ponerle el cuerpo a la peor tragedia de
los últimos años, a diseñar y presentar en sociedad una propuesta que mejore,
que agilice, que transparente, que haga más justa la justicia ¿y qué propone la
oposición?: nada. O lo que es peor,
seguir como estamos con esa injusta justicia. Total, los que sufren prisión sin
condenas durante años, son pobres entre los pobres.
Ellos, los
poderosos, están a salvo siempre.
Una cautelar
y chau pinela.
Sin querer
queriendo, Macri homenajeó a la extinta Margaret Thatcher con esta frase: “Con
más estatismo tenemos menos Estado”.
Se queja, claro, de la Asignación Universal por Hijo, del
Fútbol para todos, del Programa de Viviendas Pro-Crear, de la participación del
Estado en la defensa del trabajo, la producción y el consumo.
Se queja de este Estado, no del que se sirvieron hombres de
igual calaña en tiempos del neoliberalismo.
Abal Medina le respondió con datos, respetando el ámbito
universitario que los albergaba, repasando cifras del incremento en la
matrícula universitaria que en 2001 era de 1.400.000 y en 2011 de 1.800.000 estudiantes.
El número de egresados universitarios en 2001 era de 65 mil
y en 2011 trepó a los 110.000 egresados. La población con nivel universitario
completo, en 2001 alcanzaba a 2.174.672 personas y en 2010 se elevó a 3.363.119
argentinos.
O sea.
Pese a Macri, la Argentina avanza igual.
El Argentino,
miércoles 10 de abril de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario