Habló
Cristina. Y aunque algunos se enojen, nuevamente anunció el reparo de derechos conculcados
sin quitarle nada a nadie: promulgó dos leyes que amparan a la niñez y a las
trabajadoras a domicilio.
Los
abusadores, los explotadores, los “negreros” de siempre, vayan poniendo las
barbas en remojo.
Nosotros,
mientras tanto, oremos con la bella poesía de María Elena Walsh:
“Señora de ojos vendados, con la espada y la
balanza, a los justos humillados no les robes la esperanza. Dales la razón y
llora. Porque ya es hora”.
Cantemos todos. O casi todos. Porque hay quienes
desafinan hasta cuando respiran.
Y vendrá la
lluvia nuevamente y luego saldrá la luna y después el sol y así será sin parar
hasta el último de los días sobre la faz de la tierra.
Y estaremos
siempre aquí. Sin penumbras en el alma.
No habrá
descanso mientras quede un solo pibe sin la luz de su candil; es decir, sin la
escuela ni el abrigo ni el juguete que le corresponde por derecho propio.
No habrá descanso
hasta que la justicia sea una justicia plena y vigorosa en manos del pueblo.
Y eso no
será posible sin que vos y yo y nuestra descendencia y nuestro vecindario
entendamos que ha llegado el momento de calzar las alas, no para volar al cielo
sino para que el cielo baje a la panadería y de allí a la plaza del barrio
donde juegan nuestros pibes.
El domingo
la patria es Venezuela.
Dicen los
que saben que el chavismo bolivariano es como el peronismo de los años
cincuenta.
Si es así, entonces
el kirchnerismo es el chavismo cincuenta años adelante. Y vaya la paradoja: la
oposición anhela ser apenas un Capriles. O sea. Una oposición que atrasa
cincuenta años de historia. Braden o Perón.
No les
vendría mal notificarse que estamos ya en pleno siglo XXI.
El domingo Nicolás
Maduro vencerá. Para que Chávez se reencuentre con su pueblo. Y con nosotros.
Vendrá la
lluvia otra vez y no habrá cautelares que sirvan de paraguas. Sólo servirá para
guarecernos esto que aquí decimos: unidad, solidaridad y organización contra
los temporales que vengan al derecho y al revés.
Fijate los
que se juntan en Rosario con Vargas Llosa y compañía.
La derecha
en nuestro país no es una variante de la democracia, sino del golpismo. Con
ellos en el gobierno no habrá justicia que valga. Ni Asignación Universal por
Hijo ni Fútbol para todos ni TV Pública ni Jubilación digna ni soldados y pibes
abrazados solidariamente socorriendo inundados. Los soldados serían mandados
nuevamente a tirar contra los pibes.
Fijate
Carrió, los ruralistas y los camaristas.
Blasfeman.
Con un incendio de azufre y osamenta que pretende asustar el patio de la escuela y quemar el
sillón de la abuela.
Aún así,
seguiremos cantando.
El Argentino, viernes 12 de abril de 2013
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