La nueva
etapa del Plan de viviendas PROCREAR presentado ayer por la Presidenta, tiene
como lema nuestro título de hoy.
Y vaya la
hermosa paradoja a horas del 24 de Marzo en que la Memoria bailará, llorará y
cantará en la Plaza como lo viene haciendo todos estos años.
En la dictadura
nadie sabía si el hijo, la hija, la compañera llegaban a su casa sano y salvo.
Cristina
puso números a la inclusión. 400 de viviendas por día y otras miles en marcha
le dan marco a la inminente victoria del Hambre Cero. Será una gran victoria.
Se prohibió
por ley el trabajo infantil. Se viene avanzando en las causas por delitos de
lesa humanidad.
Todas
señales que el amor continúa su marcha contra las trincheras del horror, el odio
y el olvido.
En un país
como el nuestro nunca hay que bajar la guardia ante los golpistas del cuño que
sean. Nada hay que temer. Sólo hay que estar prevenidos.
La historia
y la memoria llaman a valorar, apoyar y estimular todas las acciones que se
ocupen y preocupen de los derechos humanos de los pibes pobres que hoy pueblan
las prisiones de los pobres.
Hay
autoridad moral más que suficiente para hacer este llamado. Los juicios a los
genocidas deben seguir profundizándose, pero sin caer en la trampa que nos
tienden los que quieren fijarnos al exclusivo terreno del pasado.
El mejor
homenaje a la Memoria será el domingo 24, sin lugar a dudas.
Pero que se
hayan reunido en la ex ESMA varios organismos y funcionarios convocados por la
Defensora de la Nación, Stella Maris Martínez, alrededor de una mesa común
contra la tortura, de una idea y un repudio común contra la tortura, quizá sea
la antorcha memoriosa que esté alumbrando el presente y el futuro que nos
merecemos como sociedad.
Quienes enjuiciaron
a los represores de la dictadura tienen ganado el derecho de decir que los uniformados
no estaban solos sino acompañados y hasta conducidos por una casta de civiles
jueces, empresarios, sindicalistas, periodistas, religiosos que participaron de
esa dictadura cívico-militar.
Con el
mismo derecho habrá que decir que la memoria sirve para ver el pasado y mucho
más, para construir presente y alumbrar futuro.
En esa
memoria creemos. En la que busca justicia para atrás y también para adelante.
Este 24 de
Marzo nos acordaremos, como siempre, de nuestros muertos queridos, de nuestros
desaparecidos.
Pero la
mejor memoria para ellos será desterrar de una vez y para siempre el inhumano tormento
de los torturadores. Y los especuladores.
Que la rosa
blanca de Santa Teresita que le regaló el Papa a Cristina le diga a todo el
mundo que aquí nadie baja la vista ante nadie, ni el orgullo de sentirse más
argentino que nunca.
El Argentino, viernes 22 de marzo de 2013
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