Hoy
jugamos con Bolivia por las
eliminatorias del próximo Mundial de Futbol a disputarse en Brasil el próximo
año.
El
principal rival es la altura, dicen los que saben.
El
maravilloso gesto del presidente Evo Morales queriendo condecorar a Lio Messi en la ciudad de La Paz, habla
también de los tiempos que corren en América Latina.
Esa
es la unidad, la solidaridad y la organización
de nuestros pueblos en guiños tan sencillos y fraternales como generosos y sublimes.
Eso
sí, Evo, cuando el referí pite el inicio del partido, discúlpenos pero sólo
quedará el deporte y las ganas de ganar.
Arrancamos
así porque al igual de lo que ocurrirá esta tarde en términos futboleros, la
realidad de estos días da mucha tela para cortar y por un largo tiempo. Empecemos.
*150
mil personas se movilizaron para
repudiar el terrorismo de estado impuesto a sangre y fuego por la dictadura
cívico militar el 24 de marzo de 1976.
*El
80 % de los que se movilizaron el domingo eran jóvenes y el 90 % de ese total
juvenil, fueron militantes de agrupaciones kirchneristas, como La Cámpora,
Kolina y Movimiento Evita entre otras.
*Las
consignas y el documento consensuado por los organizadores, esta vez fueron
mucho más allá de la sola condena a los militares de la dictadura. Se denunció
a las empresas que también fueron la dictadura y a la corporación judicial que
sigue obstruyendo el paso de la corriente de justicia abierta desde el 2003.
*Minoritarios
partidos de “izquierda” irrumpieron en la Plaza cuando hablaban las Abuelas y
las Madres, armados de palos y garrotes con una furia propia de facciosos de
derecha.
*El
mismo día un grupo de jóvenes de familias adineradas agredieron violentamente
en San Isidro, Buenos Aires, a una pareja homosexual, Pedro y Agustín, al grito
de “El Papa es argentino, no pueden haber putos argentinos.” Esa violencia fue
una expresión distinta pero de la misma
raíz que la que utilizaron los genocidas que portaron la escarapela papal ante
el Tribunal que los juzga por sus crímenes.
Con
estos elementos, ahora hablemos claro.
El
proyecto de país que gobierna la Argentina está movilizado, está unido, está
organizado y está en condiciones de ganar las calles cada vez que sea necesario
e inteligente hacerlo. No hay una mera gestión de gobierno, más o menos
eficiente. Hay un proyecto de país, con
memoria y con futuro, que es algo muy diferente.
Quizá
por eso las minorías vuelven a ser violentas y a tener puntos de contactos entre
derecha e izquierda.
Ya
están avisados. Nadie pisará el palito en esta etapa de la historia. Aprendimos
todos. Menos esas minorías. Y es una
pena, por ellos y por el país que se pierden.
El Argentino, martes 26 de marzo de
2013
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