Argentina recordó
un nuevo 24 de marzo en las calles, en
las plazas, en las escuelas, en las universidades, en las fábricas y en los barrios. Allí están
las imágenes y las columnas escritas para reflejarlo y guardarlo en el baúl de las
estrellas de los grandes días populares.
La memoria
vuelve una y otra vez a su nido original. Levanta sus banderas dignamente. Se
lame las heridas y canta una canción de amor en rebeldía.
Pero si preguntan
de qué otra manera se podría evocar la memoria los días y los años por venir
entre nosotros, responderíamos al toque: con un país para todos.
La memoria
de los pueblos desprecia las estatuas de sal, esas moles perennes que gustan
quedar fijas para siempre en el pasado para rendirle culto año tras año,
generación en generación, pero sin cuestionar ni una pizca las injusticias del
presente ni menos proponerse construir un futuro más digno e inclusivo, más
justo y más bello.
La memoria sirve
cuando hace justicia hacia atrás y hacia adelante. Sirve cuando cuestiona y
molesta a los poderosos y a los conservadores de cuño diestro o siniestro.
La memoria
sirve cuando logra lo que ahora: bajó el nivel de pobreza en la Argentina al
5,4 % y el nivel de indigencia al 1,5 %.
En el año
2000 fueron de 29 % y 8% respectivamente y siguió creciendo la miseria de la
mano de ineptos y corruptos hasta que todo estalló.
Memoria.
Y entonces
uno recuerda el punto de partida de nuestros dolores. La dictadura destrozó un
país de todos para imponer un país de pocos. De allí venimos. Y hay que decirlo
sin pudores ni vergüenza, también de una democracia que nos dejó con el orgullo
herido y la panza vacía de millones de compatriotas.
Por eso
cuando Kirchner bajó los cuadros de los genocidas se propuso bajar la impunidad
y bajar la pobreza y bajar el odio de las minorías y bajar la falta de
viviendas y bajar el cielo hasta la tierra para ser un poco más libres y
felices.
Decir que se
construyen 400 viviendas por día por el Plan Procrear, decir que la economía
viene creciendo a paso redoblado con un 3,2% del PBI, decir que son 16 las
vacunas obligatorias y gratuitas para los pibes, son el correlato de decir que
los juicios por lesa humanidad avanzan, que los genocidas pagarán sus crímenes,
que la Justicia Legítima empieza a ser una realidad.
Este 24 de
Marzo consolida ese debate.
Las Madres
que parieron sueños, la Universidad, cien barrios y la nueva
Radio que ayer se escuchó con la voz de Hebe, son vanguardia de esta vocación que liga la memoria
y el futuro.
Los
dictadorzuelos financieros y la corporación judicial tendrían que saber que esta
marea nacional y popular ya no vuelve atrás.
Porque tiene
memoria.
El
Argentino, lunes 25 de marzo de 2013
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