lunes, 17 de diciembre de 2012

Una mujer, una fragata, una ley



La Fragata Libertad llegará unos días después o unos días antes de la plena vigencia de la ley de medios de la democracia. Artículo 161 incluido.
Llegará cuando millones de compatriotas cubran playas, serranías y glaciares gozando   sus vacaciones.
Llegará cuando el nuevo año se esté desperezando y caminando sus primeros pasos.
Seguramente un pueblo irá a recibirla y en el saludo patrio y ciudadano, vamos a poder  decir, con orgullo y emoción, que sólo la política de estado de Memoria, Verdad y Justicia del gobierno hicieron posible lo que la impunidad y el olvido no pudieron ni podrán lograr jamás: ser un solo pueblo y una misma nación.
Ciudadanos todos, con uniformes o no.  
Será un abrazo sanmartiniano con los herederos del Almirante Guillermo Brown.  
Los argentinos en las calles y en sus casas viven un momento de plena felicidad.
En estos años protagonizamos el derrumbe, a pura voluntad e inteligencia, de corporaciones  poderosas que se sentían con derecho de pernada sobre la sociedad.
Si hubo ruido en el vecindario fue por la resistencia que esos poderosos opusieron a las transformaciones económicas, sociales y culturales.
De ese lado vinieron los odiosos cacerolazos de la resignación, del odio, de la frustración, de la división.
Lo queremos recordar ahora que resulta que, sin derecho de autor alguno, los lenguaraces de la oposición celebran el rescate de la Fragata como si hubiera sido obra de ellos y de una voluntad divina y meramente “técnica y profesional”.
Nuestra capacidad de asombro, no tiene límites. Mejor así.
“Aquí nadie se olvida” es otra forma de decir “aquí nadie se rinde”.
Y nosotros no olvidamos que destacados legisladores opositores hicieron pública una y mil veces su desacuerdo con la estrategia política de una mujer, a la sazón Presidenta de los argentinos, que se comprometió por cadena nacional recuperar la Fragata sin renunciar a nuestra soberanía.
Fueron los opositores y sus editores del Grupo Clarín los que se solazaban con la afrenta total a nuestra soberanía y pedían a gritos que había que pagar a los fondos buitres para liberar la Fragata.
Fueron esos opositores los que llegaron al colmo de proponer hacer una vaquita de millones  de dólares para pagar a los buitres por debajo del mostrador de la infamia y así quebrar la política de dignidad nacional empleada por el Estado argentino.
Busque sus nombres en los archivos recientes y allí los encontrará. Están casi todos.
La vigencia plena de la ley de medios y la recuperación de la Fragata fueron posible por la firme y consecuente política democratizadora y soberana del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
¿Tanto cuesta aceptarlo?

El Argentino, lunes 17 de diciembre de 2012

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