La Fragata
Libertad llegará unos días después o unos días antes de la plena vigencia de la
ley de medios de la democracia. Artículo 161 incluido.
Llegará
cuando millones de compatriotas cubran playas, serranías y glaciares
gozando sus vacaciones.
Llegará
cuando el nuevo año se esté desperezando y caminando sus primeros pasos.
Seguramente
un pueblo irá a recibirla y en el saludo patrio y ciudadano, vamos a poder decir, con orgullo y emoción, que sólo la política
de estado de Memoria, Verdad y Justicia del gobierno hicieron posible lo que la
impunidad y el olvido no pudieron ni podrán lograr jamás: ser un solo pueblo y
una misma nación.
Ciudadanos todos,
con uniformes o no.
Será un
abrazo sanmartiniano con los herederos del Almirante Guillermo Brown.
Los
argentinos en las calles y en sus casas viven un momento de plena felicidad.
En estos
años protagonizamos el derrumbe, a pura voluntad e inteligencia, de
corporaciones poderosas que se sentían
con derecho de pernada sobre la sociedad.
Si hubo
ruido en el vecindario fue por la resistencia que esos poderosos opusieron a
las transformaciones económicas, sociales y culturales.
De ese lado
vinieron los odiosos cacerolazos de la resignación, del odio, de la
frustración, de la división.
Lo queremos
recordar ahora que resulta que, sin derecho de autor alguno, los lenguaraces de
la oposición celebran el rescate de la Fragata como si hubiera sido obra de
ellos y de una voluntad divina y meramente “técnica y profesional”.
Nuestra
capacidad de asombro, no tiene límites. Mejor así.
“Aquí nadie
se olvida” es otra forma de decir “aquí nadie se rinde”.
Y nosotros
no olvidamos que destacados legisladores opositores hicieron pública una y mil
veces su desacuerdo con la estrategia política de una mujer, a la sazón Presidenta
de los argentinos, que se comprometió por cadena nacional recuperar la Fragata
sin renunciar a nuestra soberanía.
Fueron los
opositores y sus editores del Grupo Clarín los que se solazaban con la afrenta
total a nuestra soberanía y pedían a gritos que había que pagar a los fondos
buitres para liberar la Fragata.
Fueron esos
opositores los que llegaron al colmo de proponer hacer una vaquita de
millones de dólares para pagar a los
buitres por debajo del mostrador de la infamia y así quebrar la política de
dignidad nacional empleada por el Estado argentino.
Busque sus
nombres en los archivos recientes y allí los encontrará. Están casi todos.
La vigencia
plena de la ley de medios y la recuperación de la Fragata fueron posible por la
firme y consecuente política democratizadora y soberana del gobierno de
Cristina Fernández de Kirchner.
¿Tanto cuesta
aceptarlo?
El Argentino, lunes 17 de diciembre de 2012
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