Sucede
vertiginosamente.
*La Corte
rechazó el per saltum del gobierno aduciendo cuestiones instrumentales. ¿Sabrán
que el tiempo es finito?
*La
oposición respondió al llamado del Grupo Clarín y conformó una “Unión
Democrática”, vuelta y vuelta.
Ganan
tiempo; pierden legitimidad.
*Dignos
jueces y fiscales se convocan exigiendo liberar la Justicia de las
corporaciones económicas.
La
naturaleza del poder está a la vista gracias al 7D.
De un lado,
el pueblo y la democracia.
Del otro,
el monopolio y el poder económico parasitario.
Llamemos a
las cosas por su nombre: parasitarios.
Cuando la
Plaza de Mayo se da el lujo de citarse con la historia, permite que se la aprecie
en toda su inmensidad y luminosidad.
La Plaza del
9 de Diciembre, con medio millón de almas, fue una de ellas.
Hablemos de
su luminosidad porque nos permite alumbrar sus circunstancias.
*La
convocatoria se dio tres días después que el andamiaje democrático de la ley de
medios recibiera un artero golpe judicial: el fallo prolongando la cautelar a
favor del Grupo Clarín.
Ese fallo tuvo
dos efectos inmediatos:
1.- Terminó
de hundir en el descrédito a una justicia y a una oposición que en cada
encrucijada optan por estar amparados por la tapa de Clarín antes que por un
pueblo que se manifiesta a cielo abierto. Renunciaron a su razón de ser como expresión
de la democracia.
2.- Lejos
de causar el estrago desmoralizador y desmovilizador que los opositores
supusieron iba a causar el fallo corporativo de los jueces denunciados, el
gobierno revalidó su título de garante de la democracia con el pueblo en las
calles.
La multitud
tuvo varios componentes, armónicamente complementarios.
Estaban las
coloridas y nutridas columnas de las principales organizaciones políticas,
sociales y sindicales que se identifican con el proyecto de país que lidera
Cristina.
Estaba esa infinidad
de pequeños agrupamientos de productores, artesanos, profesionales, de radios comunitarias,
centros culturales y barriales, agrupaciones estudiantiles, artistas y
murguistas.
Pero la
mayoría lo constituyó ese colectivo de familias enteras y bandadas de jóvenes
que portando pequeños carteles hechos en casa, no paraban de vivar a la
Presidenta.
El repudio
a Clarín y el apoyo a Cristina, prevalecían en esas expresiones.
El discurso
presidencial se llevó todos los aplausos y emociones.
La hondura
del mensaje merece un análisis particular.
Subrayamos la
alegría, la abrumadora chiflatina contra la corporación judicial y la ovación
conmovedora a tres presidentes de la democracia: Alfonsín, Kirchner y Cristina.
Señores
jueces: Antes de fallar nuevamente, escuchen esa Plaza.
La
democracia no tiembla, late.
El Argentino, martes 11 de diciembre de 2012
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