El calendario
se empeña en decir que hoy es 7D.
La voluntad
de un pueblo y su gobierno, también.
Es que todo
proceso histórico tiene una fecha de inflexión, un punto de quiebre, un antes y
un después.
Y eso es el
7D.
Ni la
Revolución de Mayo se explica por un solo día, ni el 17 de Octubre del ‘45, ni
el 19 y 20 de diciembre del 2001.
Son expresiones
de una fecha larga en el almanaque donde se condensa la transformación y el
cambio de una época a otra.
Eso es el
7D.
Uno de esos
días vale por lo que trae en sus alforjas, por lo antes vivido, por todo lo
llorado, por todo lo reído, por todo lo luchado para llegar hasta él.
Eso es el
7D.
Y cuando
llega el día se ve mejor el horizonte, las utopías se tocan con la yema de los
dedos, alumbra otro país, más justo e inclusivo, el egoísmo se muestra en su
amarga desnudez, los jueces del poder colonizado dictan sus cautelares en el
último intento por retrasar la historia, la lluvia tapa las calles y abre la indignación
colectiva, el alcalde de la ciudad, Mauricio Macri, regresa volando desde afuera,
Federico Pinedo del partido porteño gobernante PRO se burla de los inundados,
Gabriela Michetti del PRO habla del aroma a jazmines mientras una nube tóxica
caía sobre la ciudad.
Todo eso es
el fruto del 7D.
Por que quedan
expuestas a la luz del sol que se niega a salir, todas las mezquindades y las
miserias humanas, pero también su contraparte, la belleza de las causas justas.
La
dictadura sigue teniendo sus bolsones de resistencia entre nosotros. Hay que
reconocerlo.
Pero no hay
que temer ni desesperarse. La verdad está del lado de los justos.
Y la verdad
es la que convoca a Plaza de Mayo el 9 de diciembre.
Habrá que
seguir batallando.
No importa
que la cuestionada Cámara Civil y Comercial Federal extendiera la cautelar a
favor del Grupo Clarín por el artículo 161.
No importa
que se comente en los pasillos tribunalicios que el presidente de la Corte
Suprema recibió a los camaristas que oportunamente fueron recusados por
connivencia con el monopolio.
Importa no
parecerse a ellos.
Importa no
bajar los brazos.
Importa
saber y recordar que antes de ser gobierno nacional, popular y democrático, una
buena parte de este elenco gobernante se recibió de peritos en la resistencia.
Cuando
terminaba el día el titular del AFSCA, Martín Sabbatella afirmó: “El fallo es
una vergüenza, lesiona la democracia y se pedirá a la Corte que revea este acto”.
Y agregó:
“El fallo demuestra que teníamos razón cuando dijimos que los jueces que viajan
a Miami financiados por Clarín terminan convertidos en su equipo jurídico”.
Democracia
o monopolio, es el asunto.
El 9D,
cantando y bailando, un pueblo dará su fallo.
El Argentino, 7 de diciembre de 2012
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