domingo, 2 de septiembre de 2012

Rebeldes, soñadores y patriotas



Nos acercamos vertiginosamente a un nuevo punto de resolución en la pugna de los modelos que disputan el sentido común de la sociedad.
De un lado la ampliación de derechos; del otro, el monopolio y la censura.
El que afloja, pierde. 
La derecha lo advirtió hace tiempo y salió desesperada a juntar los porotos necesarios para impedir que continúe el avance nacional y popular.
Saben que les será difícil ganar elecciones, pero al menos intentarán demorar el proceso de cambio que se ha instalado en el país y en la región.
Tienen varios inconvenientes y algunos sobresalen. A saber:
Los sujetos que representan el modelo de exclusión son sujetos vetustos. No hay renovación de cuadros en sus filas. No hay ideas nuevas. No hay proyectos que seduzcan a una sociedad que aprendió a soñar en estos últimos años.   
Por eso el miedo es su única táctica y su principal estrategia.
El Grupo Clarín sabe mucho de esto.
Tiran hacia atrás permanentemente, difamando en cada circunstancia; bailando torpemente, con zapatones o con tacos altos, un ballet que, por su música y sus pasos, está compuesto y dirigido por ese Peronismo kirchnerista al que tanto desprecian.
Las últimas medidas de Mauricio Macri, el “0800 Buchón” y la sanción a los docentes de una escuela por ejercer el digno oficio de pensar y expresarse, no son medidas aisladas ni resoluciones tomadas al azar ni conductas alocadas de un grupo que no entiende nada.
Por el contrario, esa es la política de la derecha. Esa es su ideología. Esa es su conducta histórica. Así son y así gobiernan.
Entonces, el tono dramático de la situación no se expresa porque lo hizo el PRO, sino por el daño que pretenden causar a una sociedad que empieza a naturalizar la democracia inclusiva de la que hoy goza.  
Las respuestas masivas de la comunidad educativa y de distintos sectores contra las medidas represivas en la Ciudad de Buenos Aires, son una clara advertencia a tiempo para todo el mundo: de las conquistas políticas, culturales, institucionales alcanzadas desde el 2003 a esta parte, ya no se vuelve sin conflicto social.
De un gran amor, nunca se vuelve. 
La derecha lo sabe, pero prefiere el conflicto antes que se consolide un nuevo sentido común en el inconciente colectivo.
O sea. Antes que perder definitivamente la batalla cultural que se viene librando.
Esa oposición al Kirchnerismo, en sus distintas gamas, no tiene nada superador al gobierno de Macri para ofrecer al electorado.
Con el legítimo y profundo desprecio que provoca el macrismo con estas medidas, hay  que admitir sin embargo, que hay una feta social que piensa y actúa como Macri. Se manifiesta de a ratos. En los muros de las redes sociales, por ejemplo, esa derecha da rienda suelta a sus instintos represivos con un retorcimiento más propio de la Edad Media que del siglo XXI.
Están allí, conviven entre nosotros. Y a ese sector descabezado, esta rejuntada de Macri, De la Sota, De Narváez, Duhalde, Moyano, Biolcati y otras personalidades de igual catadura, busca representar.
Para lograrlo tienen que hablarle claramente sobre sus intenciones. Pero al hacerlo, se achican el espacio por el otro costado. Ellos, la antítesis del modelo de país inclusivo, están por primera vez en una encrucijada: No tienen votos ni tienen cuarteles.
Y Paris ya no es una fiesta.  
A la “izquierda” de este dispositivo de la derecha más rancia, no faltarán las voces de alguna progresía aportando lo suyo.
Como lo que abunda no daña, hay que decir que este punto de bifurcación histórico se explica por una razón principal: por primera vez en democracia, un gobierno nacional, un proyecto político, un pueblo, una nueva generación de militantes, se ha decidido a enfrentar el poder económico concentrado en su más alta expresión: el monopolio mediático. Y lo hace gestionando el día a día en los asuntos cotidianos de la gente común, pero también proyectando y construyendo obras de gran porte con fierros, cemento, ladrillos, un Polo Audiovisual y Cinematográfico, una YPF que marcha decidida a ser tan o más poderosa como lo fuera nunca, una Aerolíneas Argentinas que se ubicó entre las primeras a nivel mundial, rutas y viviendas, que cuida la producción y el empleo con medidas económicas y encima, dicen que van por más.   
Así, el modelo de crecimiento argentino se da de bruces contra las intenciones de la red internacional financiera que está saqueando el mundo. No sólo porque no le abre las puertas al activo sucio que desparrama la crisis provocada por los organismos que están haciendo estragos en Europa y van ahora por el asalto final en los Estados Unidos, sino porque se atrevió a construir una alternativa diametralmente opuesta a la del FMI y sus asociados.
Ahora bien, el antagonismo viene de un solo lado, del lado de los que pierden privilegios, del lado de los que advierten que se les escapó el relato de la historia de la jaula mitrista donde la tenían secuestrada, del lado de los que no quieren siquiera compartir un fifty-fifty en la distribución del ingreso y la cultura.  
Allí está el punto nodal de la bifurcación.
Y de vuelta, el que afloja pierde.
¿Dónde basar la fortaleza entonces? En la unidad y en la organización de los sectores populares, esos que vienen demostrando que son los únicos que aprendieron de sus propios errores y derrotas, que no se suben al caballo de sus victorias y no pisan el palito de la discordia inútil.
Así como el país sigue creciendo en medio de la tempestad mundial, hay un deber generacional de seguir creciendo y avanzando, pacíficamente, en medio de tanto odio de cabotaje.  
La raya está trazada. Nada de bueno habrá que esperar del mando conservador. Harán lo imposible para destituir, boicotear, desmoralizar y dividir las fuerzas del progreso social. Con virulencia mayor hasta el 7 de diciembre. Y con lo que les quede en pie, después de esa fecha.
Pero esta batalla se gana con argumentos.
Y con mucha juventud.
Con esos jóvenes rebeldes, soñadores y patriotas que llenan plazas y escuelas y que se ganaron el derecho a votar, si quieren, desde los 16 años. 

Miradas al Sur, domingo 2 de septiembre de 2012





1 comentario:

K-talina dijo...

Que bueno!